Papel de Arbol

lunes, 16 de junio de 2014

REENCUENTRO EN CARAZ: LA IMPORTANCIA DE UN BUEN COLEGIO



Francisco Carranza Romero. Profesor de la Universidad de  Corea del Sur.-

Por la celebración de las Bodas de Oro (Quri Wata), los integrantes de la Promoción 1964 del Colegio Nacional “2 de Mayo” de Caraz, capital de la provincia de Huaylas, tuvieron el reencuentro después de cincuenta años. Los que hablan quechua exclamaron: ¡Pullan pachak tinkuy! (¡El encuentro de medio siglo!). Con este motivo muchos exalumnos retornaron a Caraz desde el sur (Lima) y norte (Chimbote y Trujillo), y fueron recibidos por la Banda de Músicos del Colegio 2 de Mayo. Algunos, al mirarse y saludarse en el reencuentro después de medio siglo, recordaron un verso del Poema 20 (Pablo Neruda): “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. 


 Una verdad indiscutible porque todos superaban los 65 años; por tanto, con arrugas, canas, calvicie y algunos hasta con la columna algo curvada y hasta rengueando. Y el pensamiento silencioso o el comentario en voz baja de los que contemplaban al grupo sexagenario desfilando por las calles fue: El tiempo no pasa en vano. Claro, y algunos de la Promoción 64 ya se habían ausentado del escenario de la vida, por eso fueron recordados en el cementerio.

El alcalde provincial, Fidel Broncano, los recibió en un acto solemne en el local de la municipalidad. Como el actual alcalde es un profesional egresado de la universidad supo dar la bienvenida a la Promoción 64 integrada por profesionales quienes concordaron en un pensamiento: Caraz merece seguir teniendo autoridades con estudios superiores.

Estos añosos ciudadanos que volvieron por unos días al colegio no se cansaron contándose las travesuras y ocurrencias de los años idos, y gozaron llamándose por sus apodos. Los que se habían marchado humildemente de Caraz volvieron con la humildad madura, por eso hablaron sólo lo necesario. Sin embargo, no faltaron los exageradores y los ansiosos de figurar en el breve reencuentro. Uno, llevado por su emotividad, dijo: “¡Oh Colegio 2 de Mayo! ¿Qué misterio tienes para atraer a los exalumnos?”

El reencuentro, indudable, fue valioso. Fueron breves días para mirarse y juzgarse.
Caraz necesita aprovechar la fiesta dosdemaína para promocionar otras actividades culturales porque muchas promociones de exalumnos se juntan llenando hospedajes, mercados, restaurantes, cafeterías… Se reúnen para fastidiarse, para fanfarronear, reír, bailar… en un ambiente de música y chupa.

En el momento del baile, si se dieron cuenta los menores, los sexagenarios prefirieron más los huainos y marineras. Más de seis décadas habían servido para valorar lo peruano. Sólo dejaron de bailar cuando la banda tocó las piezas modernas, imitación de ritmos extranjeros. Entonces, mientras descansaban, observaban las contorsiones y brincoteos de los menores. Cada generación tiene sus gustos; o los gustos maduran con la edad.  

Esta vez hubo el aporte académico de los que cumplían las Bodas de Oro porque ofrecieron algunas conferencias para los estudiantes, docentes y público en general. No todo fue desfile carnavalesco ni pachanga.

Sin embargo, atención: El local del colegio muestra las huellas del tiempo y del descuido. Como es un centro educativo nacional depende mucho del presupuesto regional y nacional. Y, por lo que se ve, no ha tenido buena suerte en la subvención porque hasta sus servicios higiénicos dan asco y lástima. Ojalá que las promesas de algunos visitantes muevan los trámites estancados en Huaraz y Lima. 

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