Por Jorge Zavaleta Alegre, Perú.- "¡Anchatan munakuykin sunquchalláy!", es un equivalente al inglés "I love you" o a la fría frase castellana "te quiero mucho". El equivalente de la frase es, en cambio, más musical y más tierno. Algo así como "¡yo te quiero mucho, corazoncito mío!", (Demetrio Tupac Yupanqui).
La construcción de un mundo mejor en América Latina puede encontrarse en la educación intercultural bilingüe, como una certera invitación a la paz y un camino a la convivencia.
Abundan las propuestas de políticas educativas en contextos multilingües, pluriculturales y multiétnicos. Sin embargo, la aplicación de los distintos programas, encuentra obstáculos infundados, irracionales. No obstante, hay antecedentes históricos que marcan la presencia de El Quijote de la Mancha, cabalgando en los Andes.
La traducción de la obra de Cervantes al idioma andino opera como
testimonio de la resistencia de una lengua nativa, como el quechua, que
actualmente hablan 20 millones de personas a lo largo de toda
Sudamérica, frente a la imposición del español como lengua oficial en
América. Mucho más significativo es el hecho de que la edición cuenta
con ilustraciones propias del pueblo Sarhua, conocidas como "tablas",
que recrean el trabajo comunitario, y enfatiza la solidaridad colectiva,
opina Luis Millones en su trabajo auto-etnográfico Amor Brujo (1989)
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia denuncia: «La escuela que hemos conocido antes nos hizo callar, nunca permitió expresarnos ni comunicarnos, teníamos miedo de equivocarnos, nos castigó tanto moral como físicamente y nunca nos trató con afecto y cariño...»
La revista Iberoamericana comenta: «El sistema de educación del que hemos sido siervos en tantos años nos ha hecho frágiles y seriamente vulnerables a los distintos riesgos y provocaciones. Por eso el Consejo Regional Indígena formula que la educación sea propia»
En los territorios indígenas en los cuales las lenguas autóctonas son idiomas de uso predominante, la persistencia de lo indígena es innegable. Las constituciones de por lo menos once países - Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela - reconocen y aceptan su pluri o multiculturalidad y algunos, como en el caso ecuatoriano, que trasluce el carácter «multinacional» del país.
El multilingüismo latinoamericano está relacionado con la presencia de cerca de medio millar de idiomas indígenas u originarios. Con la existencia de lenguas criollas y de diversas lenguas extranjeras, producto de las migraciones africana, europea y asiática.
Si nos atenemos sólo a las lenguas amerindias, en la región se hablan entre 400 y 450 idiomas y un número mucho mayor de dialectos o variantes de aquellos. En Colombia, país en el cual la población indígena constituye sólo un 1,7% de la población total, se hablan entre 64 y 68 idiomas diferentes. En Bolivia y Guatemala, con una proporción de población indígena que bordea el 60%, están ante 32 y 23 idiomas, respectivamente. Brasil tendría más de 170 lenguas, cuando su población indígena no superaría los trescientos mil habitantes o el 1% de la población total.
En Perú unos siete millones de personas hablan quechua y unas 400 mil personas las 41 lenguas habladas en la Amazonía.
A excepción del Uruguay y de la subregión caribeña, hay presencia indígena desde el sur del Río Bravo o Grande hasta la Tierra del Fuego. Un poco más del 10% de la población total.
El Quijote de Túpac Yupanqui
Los lingüistas latinoamericanos cumplen una loable, compleja y controversial labor para promover las lenguas nativas, cual Torre de Babel.
En este grupo destaca actualmente Demetrio Túpac Yupanqui - DTY traductor del Quijote en quechua. Su trabajo académico permite que la obra de Miguel de Cervantes Saavedra se pueda leer en el idioma de los incas. La traducción y adaptación de Tupac Yupanqui lleva el titulo: “Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan”.
El Copyright ha sido asignado al peruano Miguel de la Quadra-Salcedo y los derechos de esa primera edición han sido cedidos a la Empresa Editora El Comercio, conglomerado periodístico, a quien los familiares y amigos del notable traductor peruano exigen un mayor reconocimiento al inmenso trabajo que le ha significado al equipo de la Academia “Yachay Wasi”, más aún cuando se anuncia una nueva edición. La primera del 2005 fue una presentación de lujo, para un mercado cautivo.
DTY es reconocido en diversos círculos de España que remarcan el valor del quechua, como el instrumento ideal para establecer el diálogo y evitar las rebeliones populares. Así se le escucha en sus concurridas clases con grupos de brasileros, suecos, americanos o compatriotas.
Cusqueño de nacimiento, padre de 11 hijos, lleva el mismo nombre de su antecesor, el Inca Túpac Yupanqui. Desde joven recibió exclusiva educación en un seminario, preparándose para ser sacerdote. Aprendió latín y música, y profundizó sus conocimientos en la gramática de la lengua que aprendió de su madre, en su hogar de San Jerónimo. Logró llevar el quechua a las aulas de la universidad de Cornell. Continuó en las universidades de La Paz y Cochabamba. Dio una conferencia a los neuoropsiquiatras de la OMS en Buenos Aires, a cargo de Washington University. El periplo académico continuó con exposiciones en el grupo cervantino mundial en su reunión anual de Guanajuato.
DTY, Cuzco, 1924, periodista, estudió filosofía y derecho en las principales universidades peruanas. En el 2008, su curso de quechua fue traducido al ruso, por A. Skromnitsky. Su sólida formación y personalidad permitió hablar en quechua en la sede de las Naciones Unidas, al igual que en Madrid, Toledo, y Segovia. en el monasterio de benedictinos que data del siglo IV.
En 1968, el gobierno del general Velasco, en una época en que gran parte de América del Sur era gobernada por dictadores de extrema derecha, se promovió la igualdad de derechos para los grupos indígenas y decretó que el quechua debería contar con una igualdad de base jurídica igual al español. DTY, en 1975, recibió el encargo del gobierno para traducir el himno nacional de Perú al quechua, e impartió clases a militares, funcionarios públicos y algunos extranjeros interesados en los campesinos indígenas.
El gobierno de Alejandro Toledo, a través de la primera dama Eliane Karpe, antropóloga de profesión, trató de impulsar la enseñanza del quechua, pero le resultó difícil dar pasos firmes por el profundo racismo en el Perú, empezando por la tierra natal de Cabana, del presidente, donde en tiempos pasados, era penalizado el hablar la lengua de los andes: “La autoridad eclesiástica podría arrancarle hasta 50 cabellos por cada palabra expresada”, señalan sacerdotes y pobladores de los pueblos de la Cordillera Blanca donde habitó el gamonalismo y abuso con el campesino.
"La traducción de 'El Quijote' es importante no como una curiosidad, sino como un signo de lo que se debe hacer en una escala más amplia en las repúblicas andinas si los quechua hablantes fueran incluidos plenamente en sus respectivas comunidades nacionales", dice Bruce Mannheim, un antropólogo de la Universidad de Michigan.
La ruta del Quetzal
Es el nombre de proyecto patrocinado por el Rey de España, en el que participan más de 300 jóvenes de 50 países, a través de un viaje cultural de un mes y medio. Demetrio Túpac Yupanqui es un invitado por su dedicación a la difusión del Quechua.
Para DTY, el Quechua es el idioma más importante de América, hablado por cerca de 30 millones de personas, lengua que tiene la cualidad de ser sencilla y de gran precisión lingüística. Está considerada, a nivel de estudios avanzados, como el medio de expresión para exponer los elementos más sutiles del pensamiento humano.
Un antecedente editorial de Don Quijote en quechua santiagueño, lo encontramos en fragmentos que fue presentado durante el V Festival Cervantino, en Buenos Aire, 2005, por Javier Merás, quien recopila fragmentos cortos tipo haikus y pensamientos del propio Cervantes extraídos de El Quijote.
La traducción de DTY fue lograda en un par de años de intenso trabajo, que fue el gran atractivo de la Feria del Libro de Guadalajara. La primera parte de Don Quijote, consta de 514 pp y está ilustrado con dibujos de campesinos y paisajes de pueblos andinos.
EL QUIJOTE EN EL VOLCAN SARA SARA
Introducción de Don Quijote:
"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no/
quiero acordarme, no hace mucho tiempo que/
vive un idalgo de los de lanza en astillero,/
adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".
--
La versión quechua de estas líneas, dice: "Huh k'iti,/
la Mancha llahta suyupin, mana yuyarina markapin,/
yaqa kay watakuna kama, huh axllasqa wiraqucha,/
t'uhsinantin 'hidalgo' inka yawar, ch'aki rocin kawalluchayuh,/
phawakachah
Los pueblos ayacuchanos, ubicados al pie del volcán Sara Sara, fueron visitados en las últimas elecciones generales del Perú del 2012. Si en el siglo XVI, en estas tierras se escenificó el Quijote de la Mancha, por primera vez en América; hoy adquieren notoriedad porque Oyolo, remoto distrito, a 18 horas de Lima, es la cuna de los Humala Tasso. El ex comandante Ollanta Moisés Humala, es elegido presidente de la República 2011-2016.
Ayacucho - el rincón de muertos, en quechua - es una región emblemática de la historia sudamericana, porque en ella se dio en 1824 la última batalla por la independencia de la corona española. En tiempos electorales salieron a luz las bondades y limitaciones de la provincia de Páucar de Sara Sara, al pie de un volcán, con su capital La Pauza, la ciudad Cervantina de América, y Oyolo, uno de los distritos más rebeldes.
La reconciliación llegó a Oyolo, “zona roja” en los años noventa, para inventariar la barbarie de Sendero Luminoso y la represión militar. Antes, en 1914 - 1930, los campesinos se levantaron contra los “mistis” y gamonales, en épocas de sequía y fríaje.
La Pauza, cuna de músicos y artesanos, vivió una fugaz fama literaria, que los maestros de escuela suelen repetir, como una quimera de oro. En aquella ciudad serrana, ocurrió algo histórico a partir de un 19 de octubre de 1607, por espacio de dos meses. Ese día, El Quijote de don Miguel de Cervantes, salió del libro para viajar a los andes americanos.
A esa localidad había llegado el recién nombrado virrey Marqués de Montesclaros. Pues, el corregidor de Parinacochas, Pedro de Salamanca, en homenaje a la autoridad, propició la escenificación de la obra cumbre de la literatura castellana. Se trataba de la segunda puesta en escena en el mundo, después de Valladolid, en junio de 1605. A la plaza de La Pauza acudieron los españoles radicados en esa rica zona de oro y plata.
Durante el Virreinato, el eje del comercio mundial fluía entre España, Boston, Lima, Huamanga (capital de Ayacucho), Potosí y Buenos Aires. Pues con el tiempo, la cruz y la espada instauraron fiestas y costumbres eternas.
El quechua y la ley
DTY explica que promover el quechua no es cuestión de leyes. Ninguna lengua se expande mediante una ley, y menos en un país como el Perú, en que no hay ni textos ni suficientes profesores de quechua. A las lenguas le dan vida los pueblos y no las leyes; lo lamentable es que el pueblo quechua no cuenta con los medios modernos de la comunicación.
A lo largo del siglo XX el porcentaje de quechua hablantes en el Perú no ha dejado de reducirse, y en el último censo de 2007 solo el 13,2% de la población confesaba tener el quechua como primera lengua de comunicación.
Respecto al quechua, diversos escritores, desde diferentes vertientes han opinado sobre las bondades de la integración a través de nuestras lenguas nativas. Son múltiples esos textos: de José María Arguedas, Mario Vargas Llosa y Carlos Eduardo Zavaleta, entre otros. CEZ, quien solía retornar a la tierra de su infancia (Callejón de Huaylas), solía decir: “Mi vida me permitió conocer el Perú y me permitió conocerme a mí mismo. Me acuerdo nítidamente de las escenas serranas que están en mis cuentos, el paisaje, la gente pobre, pero resistente. Los ancashinos han pasado tremendos aluviones, peligros, terremotos salvajes. Son indestructibles. El quechua es una lengua muy tierna, para hablar de amor”
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia denuncia: «La escuela que hemos conocido antes nos hizo callar, nunca permitió expresarnos ni comunicarnos, teníamos miedo de equivocarnos, nos castigó tanto moral como físicamente y nunca nos trató con afecto y cariño...»
La revista Iberoamericana comenta: «El sistema de educación del que hemos sido siervos en tantos años nos ha hecho frágiles y seriamente vulnerables a los distintos riesgos y provocaciones. Por eso el Consejo Regional Indígena formula que la educación sea propia»
En los territorios indígenas en los cuales las lenguas autóctonas son idiomas de uso predominante, la persistencia de lo indígena es innegable. Las constituciones de por lo menos once países - Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela - reconocen y aceptan su pluri o multiculturalidad y algunos, como en el caso ecuatoriano, que trasluce el carácter «multinacional» del país.
El multilingüismo latinoamericano está relacionado con la presencia de cerca de medio millar de idiomas indígenas u originarios. Con la existencia de lenguas criollas y de diversas lenguas extranjeras, producto de las migraciones africana, europea y asiática.
Si nos atenemos sólo a las lenguas amerindias, en la región se hablan entre 400 y 450 idiomas y un número mucho mayor de dialectos o variantes de aquellos. En Colombia, país en el cual la población indígena constituye sólo un 1,7% de la población total, se hablan entre 64 y 68 idiomas diferentes. En Bolivia y Guatemala, con una proporción de población indígena que bordea el 60%, están ante 32 y 23 idiomas, respectivamente. Brasil tendría más de 170 lenguas, cuando su población indígena no superaría los trescientos mil habitantes o el 1% de la población total.
En Perú unos siete millones de personas hablan quechua y unas 400 mil personas las 41 lenguas habladas en la Amazonía.
A excepción del Uruguay y de la subregión caribeña, hay presencia indígena desde el sur del Río Bravo o Grande hasta la Tierra del Fuego. Un poco más del 10% de la población total.
El Quijote de Túpac Yupanqui
Los lingüistas latinoamericanos cumplen una loable, compleja y controversial labor para promover las lenguas nativas, cual Torre de Babel.
En este grupo destaca actualmente Demetrio Túpac Yupanqui - DTY traductor del Quijote en quechua. Su trabajo académico permite que la obra de Miguel de Cervantes Saavedra se pueda leer en el idioma de los incas. La traducción y adaptación de Tupac Yupanqui lleva el titulo: “Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan”.
El Copyright ha sido asignado al peruano Miguel de la Quadra-Salcedo y los derechos de esa primera edición han sido cedidos a la Empresa Editora El Comercio, conglomerado periodístico, a quien los familiares y amigos del notable traductor peruano exigen un mayor reconocimiento al inmenso trabajo que le ha significado al equipo de la Academia “Yachay Wasi”, más aún cuando se anuncia una nueva edición. La primera del 2005 fue una presentación de lujo, para un mercado cautivo.
DTY es reconocido en diversos círculos de España que remarcan el valor del quechua, como el instrumento ideal para establecer el diálogo y evitar las rebeliones populares. Así se le escucha en sus concurridas clases con grupos de brasileros, suecos, americanos o compatriotas.
Cusqueño de nacimiento, padre de 11 hijos, lleva el mismo nombre de su antecesor, el Inca Túpac Yupanqui. Desde joven recibió exclusiva educación en un seminario, preparándose para ser sacerdote. Aprendió latín y música, y profundizó sus conocimientos en la gramática de la lengua que aprendió de su madre, en su hogar de San Jerónimo. Logró llevar el quechua a las aulas de la universidad de Cornell. Continuó en las universidades de La Paz y Cochabamba. Dio una conferencia a los neuoropsiquiatras de la OMS en Buenos Aires, a cargo de Washington University. El periplo académico continuó con exposiciones en el grupo cervantino mundial en su reunión anual de Guanajuato.
DTY, Cuzco, 1924, periodista, estudió filosofía y derecho en las principales universidades peruanas. En el 2008, su curso de quechua fue traducido al ruso, por A. Skromnitsky. Su sólida formación y personalidad permitió hablar en quechua en la sede de las Naciones Unidas, al igual que en Madrid, Toledo, y Segovia. en el monasterio de benedictinos que data del siglo IV.
En 1968, el gobierno del general Velasco, en una época en que gran parte de América del Sur era gobernada por dictadores de extrema derecha, se promovió la igualdad de derechos para los grupos indígenas y decretó que el quechua debería contar con una igualdad de base jurídica igual al español. DTY, en 1975, recibió el encargo del gobierno para traducir el himno nacional de Perú al quechua, e impartió clases a militares, funcionarios públicos y algunos extranjeros interesados en los campesinos indígenas.
El gobierno de Alejandro Toledo, a través de la primera dama Eliane Karpe, antropóloga de profesión, trató de impulsar la enseñanza del quechua, pero le resultó difícil dar pasos firmes por el profundo racismo en el Perú, empezando por la tierra natal de Cabana, del presidente, donde en tiempos pasados, era penalizado el hablar la lengua de los andes: “La autoridad eclesiástica podría arrancarle hasta 50 cabellos por cada palabra expresada”, señalan sacerdotes y pobladores de los pueblos de la Cordillera Blanca donde habitó el gamonalismo y abuso con el campesino.
"La traducción de 'El Quijote' es importante no como una curiosidad, sino como un signo de lo que se debe hacer en una escala más amplia en las repúblicas andinas si los quechua hablantes fueran incluidos plenamente en sus respectivas comunidades nacionales", dice Bruce Mannheim, un antropólogo de la Universidad de Michigan.
La ruta del Quetzal
Es el nombre de proyecto patrocinado por el Rey de España, en el que participan más de 300 jóvenes de 50 países, a través de un viaje cultural de un mes y medio. Demetrio Túpac Yupanqui es un invitado por su dedicación a la difusión del Quechua.
Para DTY, el Quechua es el idioma más importante de América, hablado por cerca de 30 millones de personas, lengua que tiene la cualidad de ser sencilla y de gran precisión lingüística. Está considerada, a nivel de estudios avanzados, como el medio de expresión para exponer los elementos más sutiles del pensamiento humano.
Un antecedente editorial de Don Quijote en quechua santiagueño, lo encontramos en fragmentos que fue presentado durante el V Festival Cervantino, en Buenos Aire, 2005, por Javier Merás, quien recopila fragmentos cortos tipo haikus y pensamientos del propio Cervantes extraídos de El Quijote.
La traducción de DTY fue lograda en un par de años de intenso trabajo, que fue el gran atractivo de la Feria del Libro de Guadalajara. La primera parte de Don Quijote, consta de 514 pp y está ilustrado con dibujos de campesinos y paisajes de pueblos andinos.
EL QUIJOTE EN EL VOLCAN SARA SARA
Introducción de Don Quijote:
"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no/
quiero acordarme, no hace mucho tiempo que/
vive un idalgo de los de lanza en astillero,/
adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".
--
La versión quechua de estas líneas, dice: "Huh k'iti,/
la Mancha llahta suyupin, mana yuyarina markapin,/
yaqa kay watakuna kama, huh axllasqa wiraqucha,/
t'uhsinantin 'hidalgo' inka yawar, ch'aki rocin kawalluchayuh,/
phawakachah
Los pueblos ayacuchanos, ubicados al pie del volcán Sara Sara, fueron visitados en las últimas elecciones generales del Perú del 2012. Si en el siglo XVI, en estas tierras se escenificó el Quijote de la Mancha, por primera vez en América; hoy adquieren notoriedad porque Oyolo, remoto distrito, a 18 horas de Lima, es la cuna de los Humala Tasso. El ex comandante Ollanta Moisés Humala, es elegido presidente de la República 2011-2016.
Ayacucho - el rincón de muertos, en quechua - es una región emblemática de la historia sudamericana, porque en ella se dio en 1824 la última batalla por la independencia de la corona española. En tiempos electorales salieron a luz las bondades y limitaciones de la provincia de Páucar de Sara Sara, al pie de un volcán, con su capital La Pauza, la ciudad Cervantina de América, y Oyolo, uno de los distritos más rebeldes.
La reconciliación llegó a Oyolo, “zona roja” en los años noventa, para inventariar la barbarie de Sendero Luminoso y la represión militar. Antes, en 1914 - 1930, los campesinos se levantaron contra los “mistis” y gamonales, en épocas de sequía y fríaje.
La Pauza, cuna de músicos y artesanos, vivió una fugaz fama literaria, que los maestros de escuela suelen repetir, como una quimera de oro. En aquella ciudad serrana, ocurrió algo histórico a partir de un 19 de octubre de 1607, por espacio de dos meses. Ese día, El Quijote de don Miguel de Cervantes, salió del libro para viajar a los andes americanos.
A esa localidad había llegado el recién nombrado virrey Marqués de Montesclaros. Pues, el corregidor de Parinacochas, Pedro de Salamanca, en homenaje a la autoridad, propició la escenificación de la obra cumbre de la literatura castellana. Se trataba de la segunda puesta en escena en el mundo, después de Valladolid, en junio de 1605. A la plaza de La Pauza acudieron los españoles radicados en esa rica zona de oro y plata.
Durante el Virreinato, el eje del comercio mundial fluía entre España, Boston, Lima, Huamanga (capital de Ayacucho), Potosí y Buenos Aires. Pues con el tiempo, la cruz y la espada instauraron fiestas y costumbres eternas.
El quechua y la ley
DTY explica que promover el quechua no es cuestión de leyes. Ninguna lengua se expande mediante una ley, y menos en un país como el Perú, en que no hay ni textos ni suficientes profesores de quechua. A las lenguas le dan vida los pueblos y no las leyes; lo lamentable es que el pueblo quechua no cuenta con los medios modernos de la comunicación.
A lo largo del siglo XX el porcentaje de quechua hablantes en el Perú no ha dejado de reducirse, y en el último censo de 2007 solo el 13,2% de la población confesaba tener el quechua como primera lengua de comunicación.
Respecto al quechua, diversos escritores, desde diferentes vertientes han opinado sobre las bondades de la integración a través de nuestras lenguas nativas. Son múltiples esos textos: de José María Arguedas, Mario Vargas Llosa y Carlos Eduardo Zavaleta, entre otros. CEZ, quien solía retornar a la tierra de su infancia (Callejón de Huaylas), solía decir: “Mi vida me permitió conocer el Perú y me permitió conocerme a mí mismo. Me acuerdo nítidamente de las escenas serranas que están en mis cuentos, el paisaje, la gente pobre, pero resistente. Los ancashinos han pasado tremendos aluviones, peligros, terremotos salvajes. Son indestructibles. El quechua es una lengua muy tierna, para hablar de amor”
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