JORGE ZAVALETA ALEGRE, Periodista, licenciado en Ciencias Sociales.-
Construir la ciudadanía sudamericana es un proyecto de largo plazo, pero cada día más viable, tanto que el subcontinente ha dejado de ser el conjunto de pequeñas repúblicas conducidas por caudillos sedientos de poder, al punto que el Libertador Simón Bolívar exclamó en un momento crítico de caos y conspiraciones: "He arado en el mar".
Este año el Perú ejerce la
presidencia pro témpore de Unasur. En esta condición, ha sido la sede de la 1ª
Reunión de Altos Delegados del Consejo Suramericano de Educación, con
participación de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela.
En esa cita los países
sudamericanos han propuesto políticas educativas que se conviertan en mandatos
permanentes.
La redacción del Proyecto de
Estatuto del Consejo Suramericano de Educación confirma este interés colectivo.
Los temas de agenda han incluido Integración regional, Equidad e inclusión
social, Equidad de género, Participación ciudadana, Calidad y cobertura
educativa, Transparencia y divulgación, Intraculturalidad e interculturalidad,
Diálogo y solidaridad, Colaboración en red y Proyección internacional.
En esa misma dirección coinciden
pronósticos de otras instituciones académicas, financieras y religiosas que
consideran el Sur -Sur la tierra de las nuevas oportunidades.
La elección del jesuita argentino
Jorge Bergoglio como Jefe de la Iglesia católica corrobora esta visión.
Vemos que el PNUD, con el Índice
de Desarrollo Humano -IDH 2013 considera que el ascenso del Sur no tiene precedentes
en cuanto a velocidad y escala.
Nunca antes en la historia, las
condiciones de vida y las perspectivas de futuro de tantas personas habían
cambiado tanto ni tan rápido. Desde Ciudad de México, nos señala como condición
de desarrollo regional la superación de las profundas desigualdades sociales
vigentes.
El HSBC (Hong Kong and Shanghai
Banking Corporation, con sede en Londres) pronostica, desde Davos, que el Perú
y Filipinas, como puente entre Asia y Pacífico, serían potencias emergentes para el 2050,
gracias a sus parámetros demográficos y a un aumento en sus estándares
educativos.
De hecho, el Perú ya es
reconocido como una economía emergente y ahora afronta el doble desafío de
acceder al primer mundo, pero cerrando las grandes brechas de la desigualdad.
El citado pronóstico estima que
Filipinas registrará el ascenso más fuerte, avanzando 27 casilleros hasta
llegar al puesto 16 de las economías más grandes del mundo dentro de cuatro o
cinco décadas.
Siempre en la línea de esta
proyección, China, siguiendo a Confucio y su paciencia histórica, superaría a
EE UU como la economía más grande del mundo y las fuertes tasas de crecimiento
en otros países en desarrollo marcarán el camino de la economía mundial.
En cambio, la economía de
Filipinas crecerá un promedio de 7% anual durante los próximos cuarenta años
mientras que el Perú debiera tener un crecimiento promedio de 5.5%, aunque
ahora avanza por encima de 6% y existen
pronósticos que consideran que ese ritmo se mantendrá al menos los cinco años
próximos.
Aunque, en el conjunto
latinoamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte sobre
menor tasa de crecimiento de inversión en América Latina, y podría traer
consigo una brusca caída en la tasa de expansión de las inversiones y los
bancos centrales de la región.
En tal sentido, contempla una
expansión económica cercana al 3.9% para el periodo 2013-2017.
En la agenda filipina, la
transparencia y la lucha contra la corrupción forman parte del gobierno del
presidente Benigno Aquino. Es hijo de la expresidenta Corazón Aquino y del
senador Ninoy Aquino, quien fue asesinado por los esbirros de Ferdinand Marcos
cuando en verano de 1983 regresaba del exilio.
Más allá de las variables
económicas. El idioma y la democracia adquieren un valor extraordinario. En
Filipinas hay literatura en inglés, consecuencia del neocolonialismo de los
WASP usenses, y otra con el actual
idioma nacional a base del tagalo, también en ilocana y por lo menos en diez
otras lenguas más.
Los autores filipinos en español
suman más de ocho mil. Y sus obras pueden formar una enorme biblioteca de
primera fuerza.
El Instituto Cervantes de España
será el eje de la red en el sureste asiático para la enseñanza del español, que
fue postergada durante la dictadura de Marcos.
La población filipina rechazó en
2007 un golpe de Estado, reacción ciudadana que constituye una lección para
seguir fortaleciendo sus instituciones.
"El Proyecto de Estatuto del
Consejo Suramericano de Educación incluye Integración regional, Equidad e
inclusión social, Equidad de género, Participación ciudadana,
Calidad y cobertura educativa,
Transparencia y divulgación, Intraculturalidad e interculturalidad."
Fecha:26/03/2013
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