Jorge Zavaleta Alegre Cambio16 Madrid.-
El futuro de América
Latina pasa por una perspectiva global. La Cuenca del Pacifico surge en este
siglo como nuevo horizonte. Las
relaciones económicas permitirán atraer capitales, tecnología y mercado para los productos exportables.
Proyectos peruanos como el gasoducto sur andino y el consiguiente complejo
petroquímico tienen la misma o mayor
dimensión integradora que cumple la
Panamericana y el tren de la Sierra Central al puerto del Callao.
Latinoamericana tiene
hoy en día dos grandes oportunidades para ampliar sus relaciones
comerciales. Centroamérica, a partir del
Canal de Panamá, fortalece lazos con los EEUU. Sudamérica vuelca sinergias con Brasil y sigue
de cerca experiencias como la de Noruega y la de Tennessee, cuya canalización
de su principal río permitió abundante
energía y convertir el valle en fuente de gran riqueza, superando la pobreza
dejada por la extracción minera.
El mundo ha cambiado. El
contexto petrolero no es el mismo con relación a 1969. Las siete hermanas ya no
son las principales petroleras. Si
consideramos las reservas, las empresas
privadas tienen un papel irrisorio. The Economist señala que las veinte primeras empresas petroleras
mundiales por sus reservas: 16 son estatales, 3 privadas y una mixta.
Las principales
empresas de hidrocarburos de nuestra Región son públicas. El Perú recién empieza su reactivación mediante
asociaciones con inversionistas privados. Petroperú no cuenta con petróleo. En este
contexto la modernización de Talara, la construcción del Gaseoducto Sur
Andino y el consiguiente complejo
petroquímico, son proyectos que le permitirán retornar al upstream, capacidad que le fue arrebatada en
la década del noventa.
RESISTENCIAS
Pero esta nueva
proyección empieza a tener resistencias desde los liberales
fundamentalistas, ignorando que el sur
andino representa el 23% de la población nacional, potencialmente muy rica en
recursos, pero con una brecha sistémica, una deuda histórica dominada por la
extrema pobreza.
Las dificultades
económicas que atraviesan los EEUU y Europa;
el crecimiento de China e India, cual locomotora que consume materias
primas de América Latina, ponen al descubierto el derrumbe del fundamentalismo
liberal y dejando la evidencia de que la economía no puede ser entregada
exclusivamente a manos del libre
mercado.
El fetichismo del
mercado ha obligado a que los dueños del capital pidan el socorro de los
Estados y éstos tengan que recurrir a las arcas fiscales para y evitar el
colapso del sistema financiero internacional, sacrificando presupuestos para
atender irrenunciables derechos
sociales.
Sin embargo, los grupos económicos beneficiados con los
procesos de privatización, sobre todo en el Perú de fines del siglo pasado, tratan de mantener un
Estado distante de la actividad productiva, avalando una burocracia empírica
que se rebela contra la reforma del Estado y la consiguiente meritocracia.
RESPUESTAS
Como la economía
política no es estática, en el Perú
comienzan a emerger voces democráticas que alientan un modelo donde la empresa
pública y privada formalicen alianzas para que los ciudadanos tengan acceso a los derechos
esenciales, con igualdad de oportunidades.
Según el decano del
colegio de Ingenieros de Lima, Luis Mejía - al inaugurar un primer debate sobre
el gasoducto andino y el rol del Estado con Petroperú - es una oportunidad para
el país, dentro de una visión global, que no debe ser marcada por el inmediatismo ni
por la disputa ideológica.
Dicho foro, organizado
por el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la estatal Petroperú, rompe con el largo silencio de la academia,
de los empresarios y de los partidos políticos. Participaron como expositores Humberto
Campodónico presidente de Petróleos del Perú, el escritor y analista
estratégico Alfredo Barnechea y panelistas como Miguel Vega, presidente de
Capebras; Jorge
Manco, investigador de la Universidad de
San Marcos; Johnny Nahui, especialista en
eficiencia energética y energías renovables y un amplio diálogo con numerosos
asistentes.
En el mundo, las diez
empresas más grandes con concesiones
petroleras son estatales. En el Perú operan varias empresas públicas como ENAP
de Chile, Ecopetrol de Colombia, Petrobras, entre otras. El mandato del actual gobierno peruano es poner el péndulo al centro.
La Ley 29817 declara de necesidad
pública el trasporte de hidrocarburos, y encarga una gestión a favor de la descentralización y a generar
valor agregado al uso petroquímico.
En Ayacucho, tierra
donde apareció el movimiento violentista Sendero Luminoso, no existen
instalaciones de gas, no obstante que el gasoducto Camisea - Pisco atraviesa ese
territorio.
El gasoducto andino es
un mecanismo para construir mercado interno, y se espera que el gobierno
otorgue las mismas facilidades que gozó el proyecto de exportación del gas de
Camisea, con exoneración de impuestos de ocho años, convocatoria a Electroperú
para producir energía con gas y una serie de mecanismos, de leyes y de normas que
favorecieron a formar la cultura del gas
para la comercialización externa.
El gasoducto andino
debe superar aquel efecto histórico del
fallido intento de la Confederación Peruano – Boliviana. En el 2004 el
presidente boliviano Carlos Meza presentó al Perú el proyecto de integración
gasífera señalando que “El Perú y Bolivia no tienen que unirse sino de
reunirse”, propuesta que encontró el silencio de ministros peruanos como Pedro
Pablo Kuczynski y Jaime Quijandría, que
preferían Chile para hablar de un mejor
mercado.
Sin energía no hay
desarrollo. Los departamentos del sur representan el 12% del PBI. El gasoducto
va a dinamizar la economía. En esta región hay proyectos mineros por más 30 mil
millones de dólares, que podrían movilizar la demanda energética con la debida
responsabilidad social y ambiental.
IDEAS CENTRALES
Petroperú debe
conseguir la integración vertical. El gasoducto es una oportunidad de
integración del país, bajo ideas sustanciales: competencia con el mercado de
gas en la estructura Camisea – Pisco -Lima que abastece el centro del país. El fururo
Eje Camisea – Cusco – Ilo, tendrá rápida
repercusión en el parque automotor con gas del lote 88, con precio regulado
como factor de estabilidad, que evitaría
“gasolinazos” en esa zona. En la selva central, una de las 18 cuencas gasíferas del país, según asegura Perúpetro, la agencia nacional de hidrocarburos, hay reservas probadas que aseguran el largo plazo de los proyectos anunciados.
Otra idea central. El
Perú en los noventa fue más lejos de la privatización estableciendo un eje
económico que plantea la supremacía de la ley de la oferta y la demanda. En el mundo
hay varias escuelas económicas que coexisten, pero el problema se complica cuando
una de ellas al proponer una salida, una solución, la considera como única.
Los paseantes de Luz Letts,Centro Cultural de Petroperú |
En el lenguaje de los
economistas se le conoce como Tina: “There is not another”: No hay alternativa salvo la que yo diga. Yo digo solo el mercado. Yo digo no a las empresas
públicas. No debe haber salario mínimo. Lo que dice el otro está sencillamente equivocado.
Si persiste un solo
tipo de planteamiento, tal actitud lleva a mesianismos y autoritarismos. El actual
gobierno peruano propone en su hoja de
ruta el planteamiento de encontrar un equilibrio del mercado. Tanto mercado como sea posible y
tanto Estado como sea necesario. Parece
importante poder lograr ese equilibrio.
MAS ALLA DEL TINA LIBERAL
El mundo está viviendo una
crisis donde hay demasiado déficit fiscal y es necesario austeridad. Estamos viviendo
el coletazo de una sociedad que deja la autonomía de libre mercado, sobre todo
en el sector financiero. Se crearon
enormes salvatajes para los bancos, donde habría especulaciones hipotecarias. El estado creo una deuda importante. Queremos
saber si hay elementos alternativos más allá de la austeridad y el equilibrio fiscal
o que no importa que tengamos cinco…ocho años de
desempleo, de crisis. Las recientes elecciones
de Francia representan la misma búsqueda que hemos tenido en Perú. El objetivo es la sinergia con la empresa
privada, poniendo a la empresa estatal como agente del Estado. El verdadero
debate pasa por el desarrollo del sur andino, que tenga gas, unido al transporte, al polo petroquímico, al país. Debemos
acercarnos no solo a un debate técnico sino a un debate sobre un proyecto importante para el Perú del siglo XXI.
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