http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-el-fantasma-de-felicidad-41290.aspx
Ruidos y Silencios de José María Salcedo
Jorge Zavaleta Alegre.
Cambio16, Madrid
Lima. El reciente informe de las Naciones Unidas sobre la
Felicidad no debe sorprender a los
países como el Perú, donde la guerra civil ha sido una constante histórica,
alentada casi siempre desde fuera, inclusive entre las comunidades más antiguas
que habitan en la geografía de los andes.
JMS,, Los Ruidos, su reciente libro |
Hay literatura de alta calidad sobre este tema, ocultada por
los “tradicionales dueños” del país, que
crearon una engañosa sociología del hombre latinoamericano, como una imagen
estática ligada al paisaje, prototipo de
todos los males sociales, de su pereza y
escasa imaginación.
José María Salcedo, natural de Bilbao, llegó a Lima en 1951, a los cinco años de edad, en compañía de sus padres. El es un notable
escritor, autor de numerosos ensayos, libros, documentales, películas (Ashánnika
y Amazónico soy) y programas de radio
y televisión (conductor de RPP, la principal emisora del Perú) que nos explican las
razones de un Perú marcado por la tristeza, la angustia, la urgencia y la
desesperanza. Y al mismo tiempo por la
voluntad férrea para superar la agresión
del paisaje y de un Estado distante de la inmensa y laboriosa mayoría que extrae la riqueza natural de El Dorado para la exportación.
Ruidos, Editorial Tierra Nueva-Iquitos, es la más reciente obra de
José María Salcedo, donde el autor es atrapado por el fantasma del ruido, una
forma de tinnitus o acúfenos que lo acompañará
hasta el fin de sus días. “Cuando más siento esos fantasmas sonoros es cuando el
silencio me rodea”.
Tal expresión es una metáfora presente en cada una de las
páginas, al igual que en sus anteriores entregas
“El Libro de las sospechas”
o “El vuelo de la bala” sobre los
secretos del poder. Es una síntesis de las múltiples vivencias recogidas de
todas las regiones del país y de múltiples visitas a ciudades de los cinco continentes, particularmente de
Tayikistán (1987) cerca de las fronteras
de Afganistán, en la entonces república
soviética, que motiva la carátula de Ruidos: un musulmán que se cubre los
oídos para llamar a los fieles de la mezquita, mientras el autor graba
el mensaje (Foto Carlos Domínguez).
Esa experiencia soviética de 60 años de socialismo
frustrante, la traslada a la
comunidad de Uchuraccay, desde donde se extendió una guerra civil entre comuneros,
alentados por la violencia senderista y
el militarismo.
No hay página que no atrape al lector. El barrio de los tres niños es una recreación
de su infancia en Miraflores, cuando tenía dos amigos ayacuchanos, amistad
cuestionada por una vecina. Recuerda a su madre con una frase eterna: “Debí escribirle menos y abrazarla más”, destacando
el estoicismo y la abnegación de su padre
cuidándola las 24 horas del día.
Otras páginas, igualmente valiosas nos hablan del ciego que busca a su amigo José María
Arguedas, de la violencia y los medios de comunicación desde el vientre de la ballena, cincuenta años de
choledad en diez escenas, la irónica
sonrisa de un periodista en verso, al inventor de la papa quieren darle papas
fritas, su pasión por el fútbol y el
container de la muerte que describe el drama de la migración.
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