Papel de Arbol

sábado, 3 de marzo de 2012

UNA HERRADURA ANCLADA EN EL MAR PERUANO


De la oligarquía al desborde popular.
Jorge Zavaleta Alegre, Cambio16-Madrid.
El mar nunca es el mismo todos los dias: Vargas Llosa,  en La Herradura


Las playas cercanas a las grandes ciudades, casi siempre están ligadas a una primitiva  gresca política.
 En la Costa Verde de Lima, el balneario de La Herradura,  constituye una  dramática radiografía de los conflictos sociales. 
Aquella playa, que en el pasado cobijaba a  la rancia oligarquía,  ahora,  debido a la intensa migración de los andes,   en este   verano la temperatura  ha  conducido, inclusive, a una propuesta de revocatoria de la alcaldesa  metropolitana, elegida por el mayoritario voto popular.
Oleo de July Balarezo 

Susana Villarán,  es víctima de la ira de los sectores  más conservadores. Con argumentos deleznables, se desconocen  las bondades de un  proyecto arquitectónico. Las olas se han tragado la arena de la ya angosta playa, pero los bañistas  no sabían que desde años atrás, esa arena era trasladada silenciosamente  de otros lares,   para encubrir la locura de un antiguo burgomaestre  que ordenó dinamitar parte de un vecino cerro rocoso que protegía y direccionaba los vientos y las aguas.
Carmen,heredera en el mar de sabores andinos
"Mi padre dejó Tauca a los 15 años.Era el mayor de 10 hermanos -6 hombres y 4 mujeres-. Llegó a  La Herradura en 1937. El negoció unió a su familia y a sus socios europeos"  


Los propietarios, cocineros y frecuentes comensales de los tradicionales restaurantes,  como El Nacional, El Cortijo, La Sirena, Las Gaviotas conocen de cerca este conflicto. Una de los  testimonios  más interesantes  nos entrega la heredera de El Suizo, fundado hace 75 años por ciudadanos de cuatro nacionalidades: el peruano, diestro gourmet Rolando Castillo López, quien dejó adolescente  su tierra ancashina de Tauca y su esposa  Eulogia Quintanilla Mendoza, natural de Melipilla-Chile; dos suizos y una inglesa que huyeron de la guerra europea.  
La Herradura, nostalgia del siglo pasado 
La Herradura   convoca a los viejos  políticos de todas las tiendas, empresarios y banqueros, que hoy se confunden con  comensales  de todas las sangres y nacionalidades. Carmen y Lucy Castillo Quintanilla, son defensoras de la tradición  culinaria y no comparten con la comida fusión porque altera la calidad y la esencia del  buen gusto. Sus cocineros han acumulado experiencia y sabiduría  y han tenido oportunidad de atender, entre otros,  a Armando Revoredo,  primer piloto peruano que cruzó los Andes, a  Sarita Montiel, al hijo de Winston Churchill, la princesa de Kent, Dalái Lama,  a los presidentes Odría, Belaúnde, Toledo y hace pocos meses a García.  Mario Vargas Llosa y numerosos escritores y poetas aparecen en la galería.
Los calurosos años 50 
Se recuerda que la alcaldesa Villarán convocó a  los pobladores para llevar adelante la renovación de La Herradura,  mostró planos pero no  la maqueta. El proyecto ha  modificado el paisaje. Postes de luz, estructuras de madera,  pistas  para tránsito  lento, espacios para la recreación, estacionamientos demarcados y lugares para la acumulación de residuos sólidos. Más visitantes en un clima de mayor seguridad.
La playa se ha reducido. Hace 32 años un alcalde distrital, que remató lotes para  diversos negocios en la orilla de las playas vecinas, alteró, con dinamita, el cauce de la quebrada  La Chira, por donde desemboca el desagüe de una gran parte de Lima. En 1962,  el petrolero Caplina encalló en La Herradura.  Hoy, verano 2012,  las obras no pueden ser entregadas al alcalde  de Chorrillos,  representante de un partido de derecha, porque el  aldeano vanidoso, cuestiona al municipio metropolitano y culpa que  las  personas de altos ingresos prefieran los exclusivos  balnearios  del Sur.   
 
 







       

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