Opina: Arq. Javier Sota (Cusco 1943), maestro universitario durante 30 años, estudios de planeamiento urbano en la República Checa, decano de Arquitectura y Rector de la UNI, presidente de la Asamblea Nacional de Rectores, Ministro de Educación 2004 - 2006 y ex decano del Colegio de Arquitectos.
Nota. Adjuntamos una entrevista publicada por el Diario La Primera y comentarios de Gestión sobre los nuevos proyectos de creación de universidades.
Por Jorge Zavaleta.- Es un grave error creer que el solo aumento del presupuesto para la Educación es la llave para salir del círculo perverso de la pobreza. No se puede apoyar a una mejora de la Educación porque combate a la pobreza sino porque una buena Educación nos hace más personas, afirma Javier Sota Nadal, ex ministro de ese sector del gobierno del presidente Alejandro Toledo.
Plantea también una profunda reforma del Ministerio de Economía y Finanzas, empezando por la Contraloría General de la República, y revivir y renovar el concepto del “nacionalismo” dentro de la óptica arguediana “Todas las sangres” –la gran riqueza de naciones que es el Perú- y el proceso de la globalización.
-De pronto en el Perú la Educación se ha convertido en el tema prioritario. ¿Qué ha ocurrido en el país para llegar a este grado de madurez?
- Desde hace más o menos 25 años, en los círculos intelectuales, políticos y académicos ya se hablaba de la necesidad de invertir en Educación, no tanto como un derecho ciudadano que tiene que hacerse tangible en un país moderno y democrático, sino como instrumento básico para abatir la pobreza y para desarrollar el país.
Pero la clase política y los que llegaron al poder, no elevaron a propuesta política esta teoría, de probada validez. Los poderes fácticos al asumir el poder comienzan a rodear a la dirección del Estado y al Congreso con otros temas vinculados a infraestructura, salud, energía, absolutamente necesarios, pero en esa lista de lavandería gigantesca, la Educación pasaba a un último o penúltimo lugar.
-Después de esta etapa, la Educación empeora mucho más. ¿Qué sucede?
- Porque a partir de los ochenta comienza un proceso de privatización de la Educación. Gente que ahora se denomina B, C, D, E, comenzó a optar por la Educación privada desde las universidades públicas y colegios estatales. La clase política, los ideólogos liberales pensaron que era un asunto que podría resolverlo el sector privado, por lo tanto la Educación pública venía a ser una suerte de gracia del Estado con la ciudadanía y optaron simplemente por ampliar la cobertura en la Educación pública, dejando que la actividad privada se encargara de ese tema sustantivo.
-¿Cómo se expresa después del autoritarismo Fujimorista y de la crisis que nos dejó?
-Hoy en día la matrícula a la universidad privada es el doble que en la pública. Entonces hay una desatención de la Educación pública, y se convierte en un placebo, terapéutico.
La respuesta del Estado, después del Fujimorismo, fue con el fugaz gobierno del presidente Valentín Paniagua, quien convocó a la comunidad educativa para plantearse los principales temas centrales del país. Participé en esta secuencia de reuniones hasta entregar un documento al Presidente. A partir de ese momento considero que hay un cambio, y se piensa que la Educación es una responsabilidad del Estado. Aquí no se habla de la subsidiaridad del Estado sino una responsabilidad del Estado, que puede ser compartida, ciertamente, con el sector privado.
-¿Y en qué momento se empieza a concretar esta propuesta como un proyecto nacional?
-Durante el gobierno del Presidente Toledo, y durante mi gestión como Ministro del sector, este Consejo Nacional de Educación, plural, amplio, realizó múltiples consultas y elaboró un Proyecto Educativo, que es la hoja de ruta de la Educación peruana no solo para promover la justicia social y superar las brechas terribles en calidad educativa urbano-rural sino también para potenciar hacia una calidad educativa en todos los niveles, incluyendo el sector universitario.
-¿Pero esa proclama del presidente Toledo tampoco toma fuerza?
-Es bueno recordar qué sucede en ese entonces. El presidente Toledo, por razones inexplicables, tenía un frente político terrible contra él, es una víctima de muchos ataques y la percepción ciudadana positiva estaba en cerca de un dígito. Además, el presidente Toledo recibió un país en crisis. La última etapa de Fujimori fue terrible para el país en términos económicos y obviamente, el Presidente Paniagua en un año no tuvo tiempo para revertir esa realidad.
Sin embargo, en el gobierno del Presidente Toledo se constituye el Consejo Nacional de la Educación. Me encargué de promoverlo con el magisterio, sindicatos, educadores y se dieron varias leyes como la del Sineace (Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Educación), Ley de Carrera Pública Magisterial.
El Consejo de Ministros aprobó la propuesta y fue enviada al Congreso, pero terminó encarpetada. También se dio la Ley de Reforma Universitaria que tenía como propósito aumentar calidad y dinero a las universidades públicas, mediante un planeamiento indicativo, es decir tratar de vincularlas con las necesidades reales del país y de las regiones.
Habiendo acuerdo por el Consejo de Ministros y el liderazgo del presidente Toledo, pero no teníamos recursos. Pero el presidente decía “Soy un presidente sembrador”, porque estamos sembrando las bases para un futuro fiscal promisorio.
-¿Y cómo la cosecha ha sido aprovechada por el gobierno aprista?
-Está probado que el presidente Alan García recibió un Estado sólido, lo que sembró el presidente Toledo. Me alegra que eso haya ocurrido. Durante nuestra gestión había de un 5% a 6% en la inversión en Educación y 95% era gasto corriente; ahora está por el orden del 25% o sea se ha multiplicado en cinco veces, monto que es posible de ser destinado al presupuesto a proyectos, programas nuevos para mejorar la calidad, utilizando solo el 65% al 70% en el gasto corriente.
-¿Cuál es la actitud de los partidos políticos en este nuevo contexto?
-Considero que ahora vivimos una situación saludable para todos los candidatos. Lo ha destacado especialmente el presidente Toledo. Algo ha dicho al respecto el candidato Ollanta Humala. No he escuchado a los representantes de Luis Castañeda o muy poco. El partido de la señora Keiko Fujimori, prácticamente no ha participado de esta idea, solo he escuchado decir que es un problema de gestión y nada más, que no es necesario más recursos.
-¿Ahora existen las condiciones financieras, pero el Estado no está aún en capacidad de llevar adelante, con eficiencia y rapidez los programas de inversión social?
-Está en el horizonte programático de todas las fuerzas políticas invertir, repito no solo para saldar las inequidades, la pobreza, sino también que mediante la Educación se acompañe el desarrollo del país.
-El Sutep ha renovado su directiva. Su secretario general René Ramirez plantea el desarrollo de un modelo didáctico nacional concientizador y hacer realidad la Educación pluricultural, que el Consejo Educativo Nacional sea una aglutinador de todos los sectores, y que nada asegura que una derecha conservadora oriente todo esos recursos hacia un modelo no social, no esperado por la colectividad nacional.
-Yo suscribo varias de estas ideas que plantea el dirigente sindical. Comienzo por lo que no coincido. Creo que plantear desde el sector Educación es equivocado proponer cualquier ideología porque todas se ubican en un deber ser político.
Yo veo no solo poco pertinente, sino peligroso, plantear las tesis ideológicas en el sistema educativo en ninguno de sus niveles. En China, actualmente, en sus primeros niveles de la currícula ya dejaron de lado el marxismo leninismo y todos los cursos de ideología. Lo que hacen es que los niñas y niños chinos lean bien, entiendan lo que lean, conozcan matemáticas y ciencias que puedan aportar en la construcción del país. Y eso implica básicamente adherirse a la razón, al conocimiento.
En el caso de la Unión Soviética ellos tenían dos formas de universidad. Y eso lo conozco directamente: Unas universidades ideologizadas que las destinaban a los becarios del tercer mundo para darles cursos de revolución, y otras universidades que le permitieron llegar al espacio, aportar a la ciencia y construir tecnología propia.
Creo que la Educación debe tener el propósito de empoderar a las niñas y niños en el conocimiento, claro sí con valores éticos, para el bien colectivo. Ese aspecto ideológico yo no lo considero pertinente.
La importancia del diálogo
-¿Con cuáles otras tesis de la institución sindical de los maestros está de acuerdo?
-Ciertamente el Perú no puede tener un solo diseño curricular, ni puede tener una sola manera de educar, porque somos un país diverso y en nuestra diversidad está nuestra riqueza. Todos los candidatos algo han dicho sobre el tema, pero no estoy proponiendo una partición del país, porque en el Perú hay culturas que son varias naciones. En el mundo andino, el mundo aymara y quechua, las comunidades nativas de la selva, y en esos casos la enseñanza tiene que aterrizar en esos contextos.
Estamos proponiendo que las profesoras y profesores enseñen en la lengua materna, el castellano y otro idioma extranjeró y que los niños ingresen al mundo moderno con las modernas técnicas de la información, que entiendan las ciencias naturales, los procesos técnicos y que lleguen a la universidad para transformar el país.
En ese sentido no puede haber un solo currículo ni una sola manera de enseñar en el Perú. Existe un Proyecto Nacional de Educación, incluso el Sutep ha participado, lo ha hecho suyo.
Es un documento que lo suscribe plenamente el presidente Toledo, en el cual se plantea: enseñanza relevante, salvar los déficits de cobertura, participación de las instituciones de empresarios y no empresarios, comunidad educativa y no educativa. Conseguir que sea una política de estado que haya un esfuerzo mayor del Estado por la Educación. Ese proyecto es la guía fundamental que debe conducir los próximos quince años la Educación en el Perú.
-¿Desde la democracia, cree que lo más importante es mantener el diálogo?
-Estoy plenamente de acuerdo en cultivar y mantener el diálogo. Creo que hay aspectos positivos del Presidente García al haber ampliado el presupuesto de Educación. En segundo lugar haber dado la Ley de Carrera Magisterial que tiene que modificarse en los sistemas de evaluación, en la velocidad de su implementación que ha sido muy lenta y ha tenido problemas que debe evaluar al maestro en aula, que debe participar los resultados de los chicos en aula y que se tomen en cuenta la opinión de los padres de familia.
“La Educación es muy importante para dejarla solo a los educadores” es un afirmación conocida. Aquí tenemos que participar todos.
Jorge Zavaleta Alegre
Colaborador
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http://gestion.pe/impresa/noticia/opinan-sobre-nuestro-editorial-anterior-que-mas-universidades/2011-07-01/34405
Opinan sobre nuestro editorial anterior: "Para qué más universidades"
Concuerdo con las críticas y sugerencias del editorial del diario Gestión en relación con la creación de nuevas universidades en general y por este Gobierno en particular. La inflación universitaria pública y privada produce los mismos efectos perniciosos que la inflación económica: la educación se devalúa como se devalúa la moneda, es decir, pierde valor de cambio. Ocurre que tanto el Congreso como el Ejecutivo tienden a sufrir de labilidad creativa cuando de adhesiones y votos futuros se trata. Por ello, atienden a la conveniencia politiquera antes que a la racionalidad y funcionalidad educativa. Opino que se debe dar otra Ley Universitaria que regule mejor el proceso de creación, rescatándola de los apetitos políticos. Mientras tanto, una moratoria sería más que conveniente.
Javier Sota Nadal
Ex ministro de Educación
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http://gestion.pe/impresa/edicion/2011-06-30/19226
Para qué más universidades
En el año 2010 existían en el Perú, según datos de la Asamblea Nacional de Rectores, 110 universidades, de las cuales 39 eran públicas y 71, privadas. Ahora bien, decimos que existían porque ahora no sabemos cuántas otras se han integrado o se integrarán al circuito de la educación superior, dado que están listas, para que el Poder Ejecutivo promulgue, las leyes de creación de otras 13 universidades nacionales en diferentes puntos del país.
A este Gobierno le restan exactamente 27 días para dejar el poder e intentar reconciliarse con sectores de la población, sobre todo de los departamentos andinos, que denuncian postergación, lo que puede llevarlo a hacer esas promulgaciones. Si no lo hace, que creemos que es la medida más inteligente, el nuevo presidente tendría que definir si más universidades beneficiarán social, económica y científicamente al país.
Hay aspectos que se deben resolver antes, como señalar cuáles serán las bases que sostendrán el desarrollo científico y profesional del país, generar una adecuada masa científica para impulsar proyectos científicos desde las universidades, disolver la burocracia que lo impide y acercar a estos centros de estudios superiores a la empresa y a la propia comunidad.
Si las nuevas autoridades no resuelven esto, la creación de más universidades generará, contradictoriamente, más pobreza, porque los profesionales egresados de sus aulas no encontrarán empleo adecuado a sus expectativas o harán actividades ajenas a sus especialidades.
Tengamos en cuenta que las universidades públicas que ya existen en provincias, algunas de mucha categoría, son incapaces de usar los recursos que obtienen por canon minero, justamente por la existencia de las barreras mencionadas.
Hasta ahora son S/. 1,200 millones los que han debido devolver al Ministerio de Economía, justamente porque no cuentan con proyectos de investigación o porque se les pide que el grueso de ese dinero lo dediquen a infraestructura y que sus planes de inversión lo pongan en consideración del SNIP.
Estamos perdiendo dinero, pero lo más importante es que estamos perdiendo la oportunidad de generar los profesionales que se requieren para conducir al país hacia el desarrollo.
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