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Así es como Finlandia enseña a los chicos a detectar la desinformación
La alfabetización mediática es parte del plan de estudios nacional desde preescolar. Los estudiantes del país nórdico son de los más resilientes contra la desinformación en Europa.
Olli Seppala, de izquierda a derecha, Aatu Aho-Mantila y Arttu Hati aprendían a identificar información errónea en clase en Hämeenlinna, Finlandia.
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Además de eso, el finés es hablado por alrededor de 5,4 millones de personas. Pekkala señaló que los artículos que contienen falsedades que son escritos por hablantes no nativos pueden, en ocasiones, ser identificados con facilidad debido a errores gramaticales o de sintaxis.
Aunque a los maestros en Finlandia se les exige que enseñen alfabetización de medios, tienen mucha discreción sobre cómo llevar a cabo las lecciones. Martikka, la maestra de secundaria, comentó que les encargaban a los estudiantes que editaran sus propios videos y fotografías para que vieran lo fácil que era manipular la información. Una maestra en Helsinki, Anna Airas, afirma que ella y sus estudiantes buscaron términos como “vacunación” y discutieron cómo funcionaban los algoritmos de búsqueda y por qué los primeros resultados podrían no siempre ser los más confiables. Otros docentes también aseguraron que en los últimos meses, en el contexto de la guerra en Ucrania, usaron sitios informativos rusos y memes como base para la discusión sobre los efectos de la propaganda financiada por el Estado.
Finlandia, que comparte una frontera de alrededor de 1300 kilómetros con Rusia, desarrolló sus objetivos nacionales para educación de medios en 2013 y aceleró su campaña para enseñar a los estudiantes a detectar desinformación en los años siguientes. Päivi Leppänen, una coordinadora de proyecto en la Agencia Nacional para la Educación de Finlandia, una institución gubernamental, aseveró que la amenaza de desinformación rusa en temas como la intención de Finlandia de unirse a la OTAN “no ha cambiado los fundamentos de lo que hacemos, pero nos ha demostrado que este es el momento para el cual nos hemos estado preparando”.
Aunque los adolescentes de la actualidad han crecido con las redes sociales, eso no significa que sepan cómo identificar y protegerse ante videos manipulados de políticos o artículos informativos en TikTok. De hecho, un estudio publicado el año pasado en el British Journal of Developmental Psychology encontró que la adolescencia podría ser el momento en el que más se cree en teorías de conspiración. Los autores del estudio anotaron que un factor que contribuye a ello podrían ser las redes sociales, con su influencia sobre las creencias de la gente joven acerca del mundo.
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Aun así, el gobierno finlandés señala que los estudiantes son uno de los grupos más fáciles de concientizar. Pekkala aseguró que, ahora que hay programas en marcha dirigidos a los jóvenes, el gobierno utiliza las bibliotecas como centros para enseñar a las personas de mayor edad a identificar información en línea que tiene la intención de engañar.
Para maestros de cualquier grupo etario, crear lecciones efectivas puede ser un reto. “Es mucho más fácil hablar de literatura, que hemos estado estudiando durante cientos de años”, dijo Mari Uusitalo, una maestra de secundaria y bachillerato en Helsinki.
Ella comienza con lo básico, enseñando a los estudiantes la diferencia entre lo que ven en Instagram y TikTok y lo que leen en los periódicos finlandeses. “Realmente no pueden entender las noticias falsas o la información errónea ni nada si no entienden la relación entre las redes sociales y el periodismo”, dijo.
En los 16 años de Uusitalo como maestra, ha notado una clara disminución en las habilidades de comprensión de lectura, una tendencia que atribuye a que los estudiantes pasan menos tiempo con los libros y más con los juegos y viendo videos. Con destrezas de lectura más deficientes y lapsos de atención más cortos, los estudiantes son más vulnerables a creer en noticias falsas o no tener suficiente conocimiento sobre los temas para identificar información engañosa o incorrecta, dijo.
Cuando sus estudiantes hablaban este verano sobre videos filtrados que mostraban a la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, bailando y cantando en una fiesta, Uusitalo moderó una discusión sobre cómo las noticias pueden originarse a partir de videos que circulan en las redes sociales. Algunos de sus estudiantes habían creído que Marin estaba consumiendo drogas en la fiesta después de ver videos en TikTok y Twitter que insinuaban eso. Marin lo negó y más tarde, una prueba de consumo de drogas resultó negativa.
Uusitalo dijo que su meta era enseñar a los estudiantes métodos que pudieran usar para distinguir entre la verdad y la ficción. “No puedo hacer que piensen como yo”, dijo. “Solo tengo que darles las herramientas para que formen sus propias opiniones”.
Jenny Gross es reportera de asignaciones generales. Antes de unirse al Times, cubrió política británica para The Wall Street Journal. @jgggross
Jenny Gross is a general assignment reporter. Before joining The Times, she covered British politics for The Wall Street Journal. @jggross
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