Jorge Zavaleta Alegre.
La Cooperación Internacional, especialmente de la Unión Europa y de los países de Alemania y España, está retomando su énfasis con los pueblos indígenas de América Latina. Motiva esta cooperación la mayor participación en los procesos electorales de los gobiernos municipales, regionales y nacionales. Chile, El Salvador, México, Perú, son países que provocan el mayor interés internacional, incluyendo al gobierno democrático de los EEUU.
Independientemente de si se trata de población mayoritaria o minoritaria, las poblaciones aborígenes, estas son presentadas con un grado de autoconfianza notablemente mayor. En otros tiempos los pueblos indígenas, grandes o pequeños eran mayormente ignoradas como "minorías étnicas" excluidas.
Esto no sólo plantea desafíos a los indígenas, sino también, en igual medida a las estructuras políticas de los países democráticos, cuya movilización se da a través de una diversidad de partidos políticos.
La explotación de los recursos naturales, de los bosques tropicales, como la amenaza a la diversidad cultural a nivel mundial debido a la creciente industrialización y homogenización, son reconocidas como problemas globales urgentes, que superan los intereses específicos de pueblos individuales.
Actualmente no se ignora que muchos pueblos luchan desesperadamente por su mera supervivencia y por el reconocimiento de sus derechos ambientales, culturales, políticos, económicos. Sus derechos humanos y su condición de ciudadanos universales, se ponen de manifiesto. Ahora se asume la urgencia de una nueva actitud frente a la diversidad cultural, la pobreza, la exclusión y la destrucción del medio ambiente.
Las luchas de los pueblos indígenas –los cuales en América Latina son además los más pobres entre los pobres– han ido adquiriendo una creciente importancia simbólica y estratégica. Incluso se observa que en algunos países (como México o Ecuador) las agrupaciones indígenas están a la cabeza de los movimientos sociales.
Igual fenómeno está registrándose en el Perú. Las poblaciones rurales van logrando espacios cada vez más amplios. La elección en junio último del presidente de la República. a un profesor de un pequeño y olvidado distrito de la Región de Cajamara, revela el cambio de paradigmas en este país andino.
"Juro por Dios, por mi familia, por los campesinos, por los pueblos originarios, por los ronderos, pescadores, profesionales, niños, adolescentes, que ejerceré el cargo de presidente de la República en el periodo 2021-2026. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución”, declaró Pedro Castillo, en el Parlamento caminando de la mano de su esposa, Lilia Paredes,
Castilllo atrae la atención no solo del electorado peruano sino de la comunidad internacional. En las elecciones peruanas, ha sido derrotada la representacion de los más grandes grupos de poder económico que prefieron disfrazar su presencia a través de una candidata, que encarna una larga historia de corrupción y violación de DDHH, cuyo padre, presidente durante 11 años. ahora está cumpliendo 25 años de prisión.
Los estados nacionales de América Latina ahora están dispuestos a tomar nuevas medidas políticas a favor de las “minorías indígenas” o los “asuntos indígenas”. El Estado multiétnico incluso ha pasado a formar parte de la Constitución. Hay una corriente que propone reducir las dimensiones del Estado a un mínimo, transferir las responsabilidades estatales a las propias organizaciones indígenas y contener los procesos de migración hacia las ciudades.
Las fundaciónes alemanas como Konrad Adenauer y Ebert tuvieron más de un programa regional en los países del Grupo Andino. Los resultados se aprecian ahora en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú. En todos estos países resulta de gran importancia el conducir a las agrupaciones políticas indígenas hacia una democratización constructiva..
Aún existe confusión y falta de unanimidad sobre las estrategias más exitosas para inducir a los gobiernos y aparatos estatales a implementar en forma eficiente las medidas que propicien una ciudadanía indígena con igualdad de derechos, y al mismo tiempo con derechos especiales y respeto por sus múltiples y diversas identidades culturales propias.
Entre los objetivos aún pendientes están –entre otros– la estructuración del estado de derecho, la mejora de la situación legal, la superación de la marginación política, económica, social y cultural, e incluso la implementación de las aspiraciones a la autodeterminación a nivel local, como lo señala Angela Meentzen –socióloga y antropóloga social, especialista en temas indígenas, con diversas estadías de campo en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario