Papel de Arbol

viernes, 25 de junio de 2021

Monseñor Ivo Baldi Gaburry (+). Escribe David Flores Vásquez, Perú.

 


Monseñor Ivo Baldi Gaburry (+).No hace falta conocer directamente a algunas personas para llegar a quererlas plenamente. Yo no he conocido a Monseñor Ivo.  Sin embargo y sin que  lo haya advertido, dada la narración de Francisco Carranza Romero*, de pronto se ha ganado un lugar en mi corazón y creo que difícilmente saldrá de él.

 Venido de un país  tan lejano como Italia país museo, diría yo, no es fácil  imaginarlo en Quitaracza, dejando su Diócesis,  con mayor razón si  yo,  desde mi Huaylas querido, tan cerca,  solo  me  limité    a contemplar hacia el norte las cumbres azuladas y majestuosas sobre ese lugar,   cumbres aparentemente inaccesibles a las que  desde nuestro mirador natural  llamamos  el “Alto Perú”, considerándolas, por alguna razón,  demasiado distantes.

 Entre tanto,  muy al fondo, junto a Huallanca, sigue discurriendo un río rumoroso, el  Santa, cuyas aguas, luego de cruzar   horizontalmente por  kilómetros  el vientre de la montaña,  con su perpendicular caída de 600 metros, en el lugar  denominado “El Pique”, mueven las famosas “Pelton”, instaladas en una especie de catedral incrustada en  la roca, para  dar energía eléctrica  al Callejón de Huaylas y gran parte del norte del Perú. Después, esas aguas, como si nada hubiera pasado,  retoman tranquilamente su cauce para desembocar suavemente y adormecerse  en el Océano  Pacífico,  junto al pueblo de Santa.

Al saber ahora que un grupo de seminaristas, por idea de Monseñor Ivo, llegó  a Quitaracza  a arreglar la iglesia y jugaba  fútbol después de la misa, recuerdo a otro religioso italiano, el Padre Hugo De Censi,  que se afincó por Chacas y alrededores y lo transformó. Recuerdo  que con él  recé el Padre Nuestro más sentido de mi vida. No olvidaré nunca  su hábito hecho con “bayeta” del lugar y que durante la misa, por falta de espacio, los niños se sentaban en el suelo, al rededor del Altar Mayor,  pues en el inmenso templo, literalmente,  no había espacio para una persona más.

Por la presencia de estos sacerdotes italianos,   que viniendo de tan lejos han dejado su alma en la zona, deseo imaginar que las serranías de mi departamento de Ancash, son propicias para el brote espontáneo del amor al prójimo y sobre todo de la fe y  que,  misteriosamente, apuntan hacia la belleza y el  arte que lucen mejor cuando llegan  mezclados  con sentimientos de solidaridad.

Si a  todo esto añadimos el afán de Monseñor Ivo de aprender el quechua y hablarlo, para llegar mejor  a sus fieles,  es definitivamente  algo  muy digno de resaltar y valorar. Conozco de la dulzura del quechua, especialmente para las  narraciones y,  sobre todo, para ese  lenguaje mágico que  brota del corazón. Alguna vez  escuché en mi tierra a un sacerdote predicar  su homilía en ese idioma  y declaro que simplemente quedé extasiado.

Imagino que por  eso y mucho más,   los amigos de Quitaracza  extrañarán  a Monseñor Ivo pues él,  no solo  dejó  su tierra, sino  que cruzó azulados  mares para llevar la palabra de Dios a lugares muy distantes  y de intrincada geografía.



A todo esto  solo añadiría, con el permiso de Francisco Carranza Romero, que los amigos de Quitaracza no están solos. Que existen otras  personas que aman sinceramente a quienes dejándolo todo, se entregan a los demás, sin exigencia alguna. Ellos cumplen, plenamente,  aquel precepto bíblico de “Id y enseñad…..”  que  tanta  falta hace.

Monseñor Ivo, vino de muy lejos; dejó todo lo suyo y se entregó íntegramente  a otros que lo necesitaban más. Cumplió plenamente con  los preceptos de su religión.

 Paz en su tumba ancashina.

*Francisco Carranza: http://papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com/2021/06/requiem-por-el-obispo-ivo-baldi-escribe.html


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Papel de Arbol. 

Fundadores 1992 por July Balarezo, pintora e historiadora peruana. Taller Mestres-Barcelona-Madrid. Jorge Zavaleta Balarezo, PhD en literatura y cine iberoamericano por Unniversidad de Pittsburgh. PA. Director de Psicoanálisis  Estival.

Desde  2017.  Editores: Julia Z. Camerieri (Universidad Mont St Mary, Emmitsburg, MD.

Jorge Zavaleta Alegre, Corresponsal en América de Diario16,  El Mercurio, Panamerican  Italia. TIME line,

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