Juventud y Rebeldía. Verónica Mendoza candidata a las elecciones presidenciales del Perú en Abril 2021.
Jorge Zavaleta Alegre.
Tras su reciente ola de protestas, Perú es uno de los países latinoamericanos que irá a las urnas en el presente año. Esta misma conducta asumen los millones de ciudadanos pensando que cambiando de régimen se encontrará alguna respuesta más eficiente para las pandemias que azotan.
Toda la Región, con mínimas diferencias, se ve afectada. Las cifras estremecen la contracción de la economía. Las cifras revelan que los índices de pobreza serían mayores que en 2020, con 40 millones más de personas afectadas.
Más pobres, vulnerables y ansiosos que unos meses atrás, buscarán responder en 2021 algo urgente: ¿quién puede sacarlos del pozo en que se encuentran?, se pregunta la BBC, Diario16, El Mercurio de España...
Francisco Sagasti Hochhausler es el nuevo presidente interino de Perú, el tercer mandatario que tuvo el país en poco más de una semana. Sagasti asumió la presidencia un día después de que el Congreso aprobara con 97 votos a favor, 26 en contra y cero abstenciones su candidatura a presidir la Mesa Directiva del Legislativo.. Ingeniero industrial, será presidente hasta julio de 2021, cuando está previsto que tome posesión el ganador de las elecciones generales del próximo 11 de abril.
La votación del Congreso se produjo en medio de la grave crisis política y social en el país, tras la destitución (vacancia) del presidente Martín Vizcarra y la posterior asunción del Poder Ejecutivo por parte del presidente del Congreso, Manuel Merino.
En el Perú, existen más de 20 agrupaciones que participan en las elecciones de abril. Inclusive hay una representante oficial de la corrupcion, cuyo padre está condenado a 25 años de cárcel por violación de los Derechos Humanos y haberse fugado a Japón con parte de los fondos generados con la privatización de las empresas públicas.
La convocatoria incluye la elección de Presidente de la República, dos Vicepresidentes, Congresistas y representantes peruanos ante el Parlamento Andino: El Decreto Supremo 122-2020-PCM precisa que si ninguna candidatura hubiese alcanzado más de la mitad de los votos válidos en la primera elección, se debe realizar una segunda, dentro de los treinta (30) días siguientes a la proclamación de cómputos oficiales, entre los dos candidatos que obtuvieron la votación más alta.
"Más allá de cambiar gobierno en 2021, urge cambiar las relas de juego". Esta afirmación es de Verónika Fanny Mendoza Frisch (Cusco, 9 de diciembre de 1980). Psicóloga, antropóloga y política franco-peruana, desde diciembre de 2017 es presidenta del movimiento Nuevo Perú. ... Hoy es candidata a la presidencia por la coalición "Juntos por el Perú" en las próximas elecciones generales. En 2016 estuvo a dos puntos porcentuales en segunda vuelta. Las mujeres y hombres universitarios de todo el Perú, en su mayor parte simpatizan con Verónica Mendoza.
Una publicación de la Universidad de Chile, que entrevista a Verónica Mendoza, comenta la crisis que afecta a su país no empieza con la vacancia presidencial. La crisis política la venimos arrastrando hace varios años. Todos los expresidentes elegidos en democracia, después de la dictadura fujimorista, están procesados por corrupción. Uno fugado en el extranjero, el otro se suicidó para eludir la justicia, y son numerosos los gobernadores regionales, magistrados del poder judicial que también están procesados por corrupción o por vínculos con el narcotráfico y toda suerte de mafias.
Esto sumado a la pandemia develó con mucha crudeza hasta qué punto el Estado peruano estaba decrépito, incapaz de garantizar los mínimos de salud, de educación, de pensiones dignas. Cada vez más el pueblo peruano fue tomando consciencia de que no se trata solamente de cambiar de personas, sino que se necesitan cambios de fondo.
Al comentar la represión contra los que salieron a las calles, maniesta que hace muchísimo tiempo que no veíamos en el Perú tal nivel de represión y de abuso policial. Quizás se podría comparar episodios similares en otras regiones del país vinculadas a conflictos socioambientales contra grandes proyectos mineros que contaminaban o que no respetaban los derechos de la población local. En Lima no habíamos visto este nivel de violencia arbitraria, con un alto costo de dos vidas humanas, dos jóvenes de 24 y 22 años, cerca de noventa y tantos heridos, 60 de ellos estuvieron hospitalizados.
Hace poco vivimos episodios similares en Chile. Alguien podría decir aquí, tuvimos 36 muertos y Sebastián Piñera sigue en el poder, ¿qué es entonces lo que termina siendo trascendental para la renuncia de Merino, entonces presidente del Congreso?
Las movilizaciones ciudadanas se desataron en el minuto en el que se produjo la vacancia y se nombró al señor Merino presidente ilegítimo. La ciudadanía no ha dado tregua, pero además, cada una de las decisiones que fue tomando el Gobierno ilegítimo abonó en el descontento, así como nombrar también a un gabinete no de ancha base, como él había anunciado y como en última instancia hubiera sido lo pertinente, sino un gabinete completamente de ultraderecha, conservador y racista.
Este gabinete, además, fue avalado por una organización de empresarios llamada CONFIEP, configurándose entonces uno no solamente ilegítimo sino completamente de espaldas a los intereses y a las preocupaciones de la ciudadanía. Entonces, cada una de las decisiones ilegítimas, pero además burdas y torpes del gobierno ilegitimo del señor Merino reforzaron la movilización ciudadana y confirmaron la idea de que la vacancia de ninguna manera se había dado en defensa a la democracia o por luchar contra la corrupción, sino claramente por defender intereses particulares.
Al día siguiente de la vacancia pretendieron incluso nombrar y por lo tanto cooptar el Tribunal Constitucional, pretendieron hacer modificaciones a la ley universitaria para favorecer los negocios educativos de dos de las principales bancadas del Parlamento. Todo esto contribuyó a confirmarle a la ciudadanía que tocaba movilizarse e impedir que ese Gobierno ilegítimo se consolidara. Ahora, es lamentable, sin embargo, que el señor Merino haya esperado tanto tiempo, tantas movilizaciones, tantos heridos, tanta represión, para recién decidirse a renunciar.
¿Le llamó la atención que el gabinete empiece a retirarse, dejando a no más de 6 ministros en el juego?
No, en realidad era bastante previsible porque, por un lado, el factor más importante ha sido la solidez y la persistencia de la movilización ciudadana que hay que resaltarlo se produjo en todas las regiones del país como nunca antes habíamos visto, que creo que esta clase política y quienes acompañaron al señor Merino en sus pretensiones de Gobierno, no habían calculado y no esperaban. Pero además porque no hay una cohesión política entre quienes se encontraron en este gabinete, sino que confluyeron coyunturalmente a partir de sus intereses particulares, pero sin tener tampoco un proyecto político claro.
Esto, evidentemente, parece no terminar aquí. ¿Qué otras demandas se están levantando?
Muchos de quienes se están movilizando tienen plena consciencia de que la crisis no se resuelve reemplazando a Merino. Primero por un tema muy concreto, y es que la mayoría parlamentaria mafiosa que vacó al presidente Vizcarra de manera cínica va a seguir ahí, los 68 congresistas procesados por corrupción, 68 de 130, y van a pretender seguir haciendo de las suyas. Por lo tanto, si realmente queremos un Gobierno de transición, con una agenda acotada, que nos garantice elecciones libres, separación de poderes, investigación por la represión policial de estos últimos días, y salvaguardar la vida de la gente en el marco de la pandemia, la ciudadanía va a tener que seguir movilizada y vigilante.
Además, empieza a entrar en la escena política la necesidad de empezar a organizarse y a generar espacios de diálogo y de debate desde la ciudadanía para discutir la posibilidad de un proceso constituyente. Al respecto, nosotros hemos planteado en ese marco que este 11 de abril, junto a las elecciones generales, presidenciales y parlamentarias, se incluya una segunda urna en la que se pueda consultar al pueblo peruano si quiere o no una nueva Constitución, para que democráticamente sea el pueblo soberano el que defina este tema.
Usted dijo a inicios de noviembre que “Perú necesita una nueva reforma agraria”, un concepto que despierta mucha polarización en el país. ¿Cómo empalma esto con la nueva Constitución?, ¿por qué sería necesario este proceso?
Primero hay que señalar que el sector agrario es un sector estratégico para el desarrollo del Perú. En promedio, 25 por ciento de la población económicamente activa se dedica a este sector productivo. En regiones como la mía, Cuzco, esta actividad comprende al 40 o incluso al 60 por ciento de la población. Tenemos además una tierra rica y una enorme biodiversidad, lo cual hace de este sector uno con enorme potencial, que sin embargo a estado completamente abandonado en los últimos años y durante la pandemia en particular, a pesar de que el 60 por ciento de lo que consumimos los peruanos viene de la agricultura familiar, y eso porque nuestra Constitución actual ata de manos y pies al estado para poder promover y apoyar como debería ser a este sector.
Promueve, por ejemplo, la no intervención estatal, lo cual ha devenido en un ministerio de Agricultura que está completamente pintado en la pared, incapaz de por lo menos ayudar a planificar el desarrollo agropecuario, ayudar a proveer crédito barato, capacitación a quienes se dedican a esta actividad. Por eso plantemos la necesidad de una segunda reforma agraria, en el sentido de reformar la institucionalidad para que pueda impulsar a este sector como corresponde, sin dejar de recordar que la Constitución que tenemos fue impuesta en dictadura, en medio de un golpe con militares en las calles, con medios de comunicación cerrados, con gente reprimida y desaparecida.
¿Cómo hacer para que la ciudadanía vuelva a entregarle un voto de confianza a la izquierda peruana?
Creo que la clave está en reafirmar la política no como ejercicio de algunos sujetos o individuos que están por encima de la gente, sino como un ejercicio colectivo y solidario por el bien común de la gente. Por eso yo espero que no solamente la gente vote, sino que participe activamente como lo está haciendo ahora en estas amplias movilizaciones ciudadanas, que poco a poco también empiezan a generar espacios de organización, de debate y de reflexión. Es decir, empiezan a hacer política de la buena, de la genuina, de la que necesita el país, y de la que se necesita para renovar la política y recuperar el Estado para ponerlo al servicio de la gente. Nuestro mensaje no es confíen y voten por nosotros, es más bien confíen en ustedes mismos, hagamos política juntas y juntos.
EL BIEN COMUN PARA AMERICA.
América Latina no está sola: de acuerdo con ldatos del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), más de 70 países y jurisdicciones subnacionales en el mundo han decidido postergar eventos electorales de todo tipo y más de 50 los han llevado a cabo en condiciones de pandemia.
Pero en la región, que ha batallado por décadas para dar credibilidad a sus elecciones, debemos estar más atentos que nunca y preparar los procesos electorales para enfrentar los desafíos planteados por la crisis del coronavirus.
En los próximos 25 meses habrá una media docena de comicios presidenciales en América Latina. Muchas de estas elecciones se realizarán en un contexto aún definido por la emergencia de salud.
La segunda lección tiene que ver con la necesidad de habilitar diversas modalidades para emitir el sufragio. El método tradicional de aglomerar a millones de electores, miembros de mesa, representantes partidarios y observadores en centros de votación a lo largo de pocas horas presenta obvios riesgos para la salud pública en medio de una pandemia.
Celebrar elecciones en cuarentena es imposible. Aún más, la evidencia muestra que el momento de la curva de contagios en que se encuentre un país impacta decisivamente la participación electoral.
Más pobres, vulnerables y ansiosos que unos meses atrás, millones de latinoamericanos buscarán responder en 2021 algo urgente: ¿quién puede sacarlos del pozo en que se encuentran?
Los datos estremecen: la región sufre la que ha sido llamada su peor contracción económica en un siglo, cercana a 8% en 2020, con unos 40 millones de personas entrando en la pobreza.
El Perú, sacudido por la pandemia y una fuerte inestabilidad política que le ha llevado a tener tres presidentes distintos durante 2020. La crisis de liderazgo peruana ha derivado en la preparación de más de una veintena de candidaturas presidenciales, ninguna con una mayoría clara en las encuestas, que marcan una amplia indecisión o apatía de los votantes.
Más pobres, vulnerables y ansiosos que unos meses atrás, millones de latinoamericanos buscarán responder en 2021 algo urgente: ¿quién puede sacarlos del pozo en que se encuentran?
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