JORGE ZAVALETA ALEGRE
La violencia es la partera
de la Historia, es una afirmación aceptada a lo largo de los siglos. La
reflexión, en el 2019, sigue siendo válida, aunque la diferencia está en que la
misma naturaleza nos dice: basta, basta, basta con la destrucción del planeta.
La pandemia del corona virus 2019 está generando los más grandes cambios en la visión de hoy y
del mañana para todos los habitantes de la tierra.
The NY Times señaló meses atrás el caso de Bolivia como “golpe de
Schrödinger”, en honor al físico austriaco Erwin Schrödinger, cuando “existen
en un estado permanente de ambigüedad y al mismo tiempo es un golpe de Estado y
no lo es”, sin esperanza de poder
encasillar los acontecimientos de Bolivia en una “sola y clara” categoría
La pequeña república Latinoamericana, no
aceptó el cuarto gobierno del
presidente Evo Morales, quien tuvo que salir al exilio -primero a México y luego a Argentina - y el
gobierno temporal, de Janine Añez, con anuencia
del pueblo, ha convocado a nuevas
elecciones, el próximo 6 de setiembre del 2020, asumiendo la
responsabilidad de concentrar sus
mejores esfuerzos a enfrentar la pandemia que azota a la tierra.
Bolivia, cuya economía al 2019 arrojó saldo negativo en cuenta corriente de la balanza de pagos, aumentó el stock de la
deuda externa, bajó las reservas
internacionales de su Banco Central,
y la entidad monetaria no contaba con
independencia respecto al Poder Ejecutivo.
El nivel de déficit fiscal era alto, emisión y base monetaria acoplada al balance
fiscal con la finalidad de precautelar una baja tasa de inflación y mantener un
Tipo de Cambio Fijo Nominal. El propósito era o es crear el factor de credibilidad ante los agentes
económicos.
La economía boliviana (2006-2019) se caracterizó por un
mayor protagonismo del Estado en todas las actividades conformada por 4/5 por
el sector informal y 1/5 el sector formal. El economista premio nobel Douglas
North (1993) señala: “Las instituciones formales e informales son la clave para
entender el cambio histórico de una sociedad y debe ser parte integrante del
análisis económico”, remarca una investigación de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional de Bolivia.
La desigualdad en los ingresos ha sido un problema económico
que se vino enfrentando con diversas políticas, desde estrategias de lucha
contra la pobreza, la otorgación de bonos a las personas, ampliando la
cobertura de atención médica, priorizando la asignación de recursos públicos a
los programas para personas de menor ingreso.
La actual administración gubernamental transitoria inició su “gestión en condiciones económicas iniciales adversas, serias restricciones de liquidez, y una Gobernanza Pública oficialista dependiente a la buena fe, ética y profesionalismo de un elevado número de funcionarios públicos afines.
El primer trimestre del 2020, la Organización Mundial de la
Salud y su representación regional, declararon la pandemia del COVID-19, y
Bolivia viene enfrentando la disyuntiva
entre la vida o la economía. Pues, la
administración gubernamental eligió la vida y con esta finalidad se protegería
a los ciudadanos que no contraigan y sean vehículos transmisores del virus
letal, además de que enfermen o fallezcan.
La industrialización de los recursos naturales será prioridad en las políticas económicas,
en el marco del respeto y protección del medio ambiente y de los derechos de
las naciones y pueblos indígena originario campesinos y sus territorios. La articulación de la explotación de los
recursos naturales con el aparato productivo interno será prioritaria en las políticas
económicas del Estado y que este será
promotor de la economía plural (sectores público, cooperativista, privado, y
economía comunitaria.
La pandemia del COVID-19, con presencia y riesgo a nivel
mundial, amenaza la vida de más de 11 millones de bolivianos y la única forma
de protegerlos es mediante la cuarentena, lavado de manos, distancia mínima de
más de un metro de distancia entre las personas, uso obligatorio de barbijos y
adecuada alimentación. También esta
medida ocasiona la suspensión de sus actividades diarias de las empresas
privadas y públicas en varias áreas económicas en diferentes magnitudes en la
producción de bienes y servicios en el sector formal e informal, que conduciría
hacia una recesión económica.
El bien mayor en la sociedad es la vida de los bolivianos,
luego está la economía, por ello la política económica no convencional
utilizada se orientó prioritariamente al fortalecimiento del sector salud y
luego a la recuperación de la economía boliviana. Los resultados de la ejecución de las
políticas económicas, para lograr los objetivos que se programaron alcanzar,
permiten señalar que prevalecieron criterios de atender la demanda de los
agentes económicos ante las dos pandemias: COVID-19 y economía.
Después de seis meses
de la administración gubernamental transitoria los líderes de coaliciones
políticas y autoridades del Tribunal Supremo Electoral acordaron la fecha del 6
de septiembre del 2020 para la realización de las elecciones nacionales.
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