Papel de Arbol

miércoles, 22 de enero de 2020

ONU, Davos 2020 y el ojo de la aguja

Por Jorge Zavaleta Alegre
Hoy, la globalización ya no representa más el paraíso deseado en el cual se depositan las esperanzas populares ni la realización del bienestar familiar anhelado. Los mismos países y bases sociales que la enarbolaron se han convertido en sus mayores detractores. Nos encontramos ante la muerte de una de las mayores versiones ideológicas de los últimos siglos.

La declaración en Davos, una apacible ciudad de Suiza, país considerado como sede de la banca  más segura del planeta, parece algo loable, pero si no existe ningún tipo de mecanismo de cumplimiento, el móvil del lucro infinito siempre primara, en beneficio de los pocos y  migajas para los olvidados de siempre. Es   una conclusión recogida del sentir del  fundador del Foro de Davos, de jefes de Estado  como el de España y el ideólogo del  partido boliviano que lidera el ex presidente  Boliviano, Evo Morales hoy exiliado en Buenos  Aires.

El camello y el ojo de la aguja. Una de las frases que se atribuye a Jesús de Nazaret en la Biblia es: “Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos”. (En esta frase un error de traducción del griego “Kamilos” (con i breve), vendría a ser “soga” o “maroma”, de esta manera la comparación tendría mucho más sentido, y no como la primera interpretación como “Kamelos”).


Los retos del pensamiento alternativo  con respecto a la globalizacion son enormes, no sólo para la elaboración programática sino, especialmente, para crear las bases sociales organizadas capaces de sostener y luchar por un mundo distinto, afirma el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, quien considera que el manifiesto ofrece “la mejor respuesta a los desafíos ambientales y sociales de hoy”. 


Sin embargo, las preguntas inmediatas que se han vertido son: ¿a quién sirve dicho propósito? ¿Implicará una transformación de la corporación como la conocemos o representa, más bien, una estrategia para conseguir un mayor control corporativo de las políticas públicas y la vida política?


El Manifiesto de Davos señala que las corporaciones traten a los clientes con dignidad y respeto, que respeten los derechos humanos a lo largo de sus cadenas de suministro, que actúen como guardianas del medio ambiente para las generaciones futuras y, lo que es más relevante, que midan el rendimiento “no solo por el dividendo de los accionistas, sino también por cómo consiguen sus objetivos sociales, ambientales y de buena gobernanza”.


Para diversas fuentes, el Manifiesto de Davos constituye un adelanto de la Declaración sobre el Propósito de una Corporación, publicada el pasado agosto por 181 directores generales de la asociación Business Roundtable de los Estados Unidos, que se comprometieron, de forma todavía más imprecisa, a generar ‘un valor a largo plazo’ y actuar de manera ética y sostenible.



Pero en ningún lugar de las dos declaraciones se habla de mecanismos de cumplimiento. Se trata de un proceso estrictamente voluntario y  dependiente de la autorregulación, que no cuestiona el propósito primordial de lucro de las corporaciones. 


Desde el punto de vista  de la prensa británica  en Davos,    es una ampliación de la tendencia a la responsabilidad social corporativa. El Manifiesto propone también una fuerte contrapartida de fondos públicos para las compañías que se comprometen con la responsabilidad social. 

Hace una década este Foro finalizó con un ambicioso proyecto, la Iniciativa de Rediseño Global (GRI), que proponía una transición desde un sistema de toma de decisiones intergubernamental hacia un sistema de gobernanza por parte de múltiples partes interesadas. 

La idea es que los temas de importancia global deben ser resueltos por los Gobiernos en asociación con las corporaciones y algunos representantes seleccionados de la sociedad civil, segun comenta el profesor emérito de la Universidad de Massachusetts Harris Gleckman. 


elmercuriodigital.es
Para: jorgez.1944@yahoo.es

El Secretario general de la ONU Antonio Guterres revela que  las diferencias económicas y sociales aumentan la inestabilidad política y erosionan la confianza en los gobiernos, cada vez más influenciados por los más afortunados. Pero no es inevitable. Subir los impuestos, especialmente, a las clases más adineradas ayudaría disminuir la desigualdad.

La disparidad de ingresos y la falta de oportunidades “están creando un círculo vicioso de desigualdad, frustración y descontento entre generaciones”.

El informe da pruebas de cómo la innovación tecnológica, el cambio climático, la urbanización y la migración internacional están afectando la tendencia de la desigualdad.

A ese respecto, Guterres asegura que el informe envía una señal clara: “el curso futuro de estos asuntos complejos no es irreversible”. Todos esos fenómenos pueden ser embridados para crear un mundo más equitativo y sostenible. Pero advierte también que, de no hacerlo, pueden “dividirnos aún más”.

El informe revela que el extraordinario crecimiento económico registrado en las últimas décadas ha fracasado en cerrar las divisiones entre los países y dentro de ellos.La desigualdad entre países llevará inevitablemente a la migración pero, si está se gestiona de forma adecuada, no solo beneficiará a los migrantes sino que también ayudará a reducir la pobreza y las diferencias sociales y económicas.
Uno de los lugares donde más se observa la desigualdad es en las ciudades, precisamente en un mundo en proceso de urbanización porque las urbes ofrecen, a priori, mayores salidas que el campo.

La desigualdad erosiona la confianza en los Gobiernos. Otro de los hallazgos del informe se refiere al hecho de que las desigualdades concentran la influencia política entre quienes tienen mejores condiciones de vida, lo que tiende a preservar e, incluso, agrandar las diferencias.

Un ejemplo de cómo la inequidad inclina la balanza política en beneficio de los más ricos se refleja en cómo han decaído los impuestos a las clases más altas tanto en los países desarrollados como en los en desarrollo. En estos últimos, las tasas de ingresos por impuestos a los estratos sociales más altos cayeron del 66% en 1981 al 43% en 2018.

Otro ejemplo se encuentra en un informe publicado el lunes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el que se indica que los Estados destinan más dinero a la educación de los niños ricos que a la de los pobres.

“La creciente influencia política de los más afortunados erosiona la confianza y la habilidad en los Gobiernos para abordar las necesidades de la mayoría”, asegura el documento.

Las emisiones de carbono crecen y las temperaturas suben, pero el impacto del cambio climático no se siente de forma igual alrededor del mundo, siendo los países tropicales lo más afectados. De acuerdo con el informe, el cambio climático ha hecho a los países pobres más pobres.

El documento advierte que si no se toman medidas de inmediato, millones de personas pueden acabar en la pobreza tan pronto como en diez años.

Los rápidos y revolucionarios hitos tecnológicos de las últimas décadas han sido una gran ayuda para los trabajadores cualificados y para aquellos que tienen la oportunidad de mejorar sus habilidades, pero han hecho desaparecer las tareas para las que se requieren menos cualificación, que ahora asumen un puñado de compañías tecnológicas.

La innovación digital y la inteligencia artificial solo tendrán un verdadero potencial para promover el desarrollo sostenible si todo el mundo tiene acceso a las oportunidades de empleo que generan, algo que no está sucediendo ahora. Al contrario, se están creando nuevas formas de desigualdad: alrededor del 87% de quienes residen en países desarrollados tienen acceso a internet comparado con el 19% de quienes habitan en países en desarrollo.

“Los avances tecnológicos pueden exacerbar las desigualdades dando una ventaja a quienes tienen un acceso a ellas antes y creando una diferencias mayores en educación si ayudan de manera desproporcionada a los niños más ricos”, señala el informe.

¿Qué se puede hacer?
Marta Roig explicó que aunque cada país tiene unas condiciones particulares, el informe expone una serie de medidas generales y de áreas concretas en las que hay que actuar para tratar de revertir la desigualdad. Entre esas medidas destacó “la promoción de la igualdad de oportunidades”, a través de la inversión en educación, en sistemas de salud, y en el paso del sistema educativo al mercado de trabajo.

Otra medida es “trabajar sobre los sistemas impositivos” para hacerlos más progresivos. “No hay otra”, señala, ya que “si se quieren tener recursos públicos para invertir en educación y salud no hay que otra que tener ingresos públicos que se colectan a través de los impuestos”. La experta también propone invertir “en una seguridad social que pueda proteger a los individuos cuando haya una situación de desempleo, cuando se jubila o cuando hay una discapacidad”.

Roig alertó que, no obstante, tales medidas tendrán efectos limitados si los Gobiernos no actúan también para dismunir la discriminación y los prejuicios.

.El Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, con un enfoque que llama “capitalismo de las partes interesadas” ( stakeholder capitalism), centrado no sólo en los accionistas, sino también en los clientes, empleados, proveedores y comunidades, a los que considera “esenciales” para el desempeño de sus negocios. Atiende a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto. Y los salarios del personal ejecutivo deben reflejar la responsabilidad ante todas las partes involucradas.


La reacción a la integración real recientemente ha impulsado a la administración estadounidense a recurrir al proteccionismo comercial unilateral, dirigido a China en particular. Tanto en Estados Unidos como en Europa se están levantando barreras contra la migración.

Si bien  el libre comercio  en general es beneficioso, sus efectos distributivos adversos son innegables.  Por ejemplo, trabajadores de países avanzados en industrias de menor valor agregado como el acero, y quién está haciendo el daño (países en desarrollo que puede producir y exportar el bien relevante más barato). 

Las crisis financieras -como las ocurridas en América Latina a principios de los años ochenta, en Asia oriental a fines de los noventa, en Europa oriental a finales de los años 2000 y en Europa en los años 2010- también tienen claras víctimas: los que pierden sus empleos, casas o ahorros para la jubilación. Pero no es tan fácil atribuir culpas. Mientras tanto, los responsables públicos deberán mejorar la gestión de la integración financiera, una tarea que puede ser aún más desafiante.

El presidente  de España Pedro Sánchez:

 "Es hora de entrar en una nueva era que nunca más permita que el progreso económico se haga a costa de las personas"

"España es un país meridional, con lazos históricos con Latino América, vecino de África y que comparte una antiquísima amistad con Oriente Medio y pretende ampliar sus nexos con Asia. España es un país abierto, seguirá luchando por un país más abierto y cohesionado".

Pedro Sánchez asegura que España seguirá luchando por los Objetivos Desarrollo Sostenibles (ODS) y es consciente de que los retos son los mismos para todas las personas; distintos pero, al fin y al cabo, los mismos. El programa de nuestro Gobierno, presentado hace poco, se centra en cinco puntos:  Consolidación del crecimiento económico basada en empleos decentes. Transformación digital. Transición ecológica. Auténtica igualdad entre hombres y mujeres.

Ha llegado el momento de entrar en una nueva era que resuelva los fracasos del neoliberalismo a través de la solvencia de la democracia social. Tenemos que empezar a hablar de impuestos, de tributos y de paraísos fiscales. Con salarios justos, crear un nuevo pacto social que equilibre la redistribución de la riqueza. Reformar sistema de pensiones para tener pensiones dignas. El nuevo Gobierno de España se compone de una coalición entre el PSOE, Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos.

Alvaro  Garcia Linera, ex vice presidente de Bolivia


La globalización, como ideología política, triunfó sobre la derrota de la alternativa del socialismo de Estado, esto es, de la estatización de los medios de producción, el partido único y la economía planificada desde arriba. La caída del muro de Berlín en 1989 escenifica esta capitulación. Entonces, en el imaginario planetario quedó una sola ruta, un solo destino mundial. Y lo que ahora está pasando es que ese único destino triunfante también fallece, muere. Es decir, la humanidad se queda sin destino, sin rumbo, sin certidumbre. Pero no es el “fin de la historia” —como pregonaban los neoliberales—, sino el fin del “fin de la historia”; es la nada de la historia.

Lo que hoy queda en los países capitalistas es una inercia sin convicción que no seduce, un manojo decrépito de ilusiones marchitas y, en la pluma de los escribanos fosilizados, la añoranza de una globalización fallida que no alumbra más los destinos.

Entonces, con el socialismo de Estado derrotado y el neoliberalismo fallecido por suicidio, el mundo se queda sin horizonte, sin futuro, sin esperanza movilizadora.

Es un tiempo de incertidumbre absoluta en el que, como bien intuía Shakespeare, “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Pero también por ello es un tiempo más fértil, porque no se tienen certezas heredadas a las cuales asirse para ordenar el mundo. Esas certezas hay que construirlas con las partículas caóticas de esta nube cósmica que deja tras suyo la muerte de las narrativas pasadas.

Fundador del Foro Davos

Klaus Schwab nació en Ravensburg, Alemania, en 1938. Es fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, la Organización Internacional para la Cooperación Público-Privada.

Fundó el Foro en 1971, el mismo año en que publicó Moderne Unternehmensführung im Maschinenbau (Modern Enterprise Management in Mechanical Engineering). 

En la Reunión Anual el año pasado hizo un llamamiento a una globalización, más humana, más sostenible y eso queremos, una sociedad más justa con gobernanza multilateral."

La mayoría de economistas están de acuerdo acerca de los beneficios de la integración global "real", es decir, de los prácticamente ilimitados flujos transfronterizos de bienes, mano de obra y tecnología. Pero están menos seguros en cuanto a la integración financiera global, especialmente de los flujos a corto plazo del llamado dinero caliente.

Sin embargo, la reacción antiglobalización de hoy se centra principalmente en la integración real, y casi en su totalidad se olvida de los aspectos financieros. La reacción a la integración real recientemente ha impulsado a la administración del presidente estadounidense Donald Trump a recurrir al proteccionismo comercial unilateral, dirigido a China en particular.

Por supuesto, las crisis financieras -como las ocurridas en América Latina a principios de los años ochenta, en Asia oriental a fines de los noventa, en Europa oriental a finales de los años 2000 y en Europa en los años 2010- también tienen claras víctimas: los que pierden sus empleos, casas o ahorros para la jubilación. Pero no es tan fácil atribuir culpas. La integración real -a pesar de sus beneficios generales tangibles- sea difícil de mantener, la ausencia de narrativas comparables está permitiendo que la integración financiera no cese. Esto coloca al mundo en un camino donde hay menos integración de la buena, y más de la cuestionable.

Schwab ha defendido el concepto de múltiples partes interesadas desde el inicio del Foro, y se ha convertido en la plataforma más importante del mundo para la cooperación pública y privada. Bajo su liderazgo, el Foro ha impulsado los esfuerzos de reconciliación en diferentes partes del mundo, actuando como catalizador de numerosas colaboraciones e iniciativas internacionales. 

En 1998, con su esposa Hilde, creó la Fundación Schwab para el emprendimiento social, que busca identificar, reconocer y difundir iniciativas en emprendimiento social que hayan mejorado significativamente la vida de las personas y tengan el potencial de ser replicadas a escala global. La Fundación apoya una red de más de 350 emprendedores sociales en todo el mundo.

Schwab ha alentado el establecimiento de comunidades que brindan experiencia y conocimiento global para la resolución de problemas. Entre ellos se encuentra la Red de Consejos de Futuro Global , la red de conocimiento interdisciplinaria más importante del mundo dedicada a promover el pensamiento innovador sobre el futuro.

El Foro emplea a más de 700 personas, con sede en Ginebra, Suiza y oficinas adicionales en Nueva York, San Francisco, Pekín y Tokio.

Ingeniero y economista de formación, el profesor Klaus Schwab posee un doctorado en Economía de la Universidad de Friburgo y una Maestría en Administración Pública  de la Universidad de Harvard. Sus últimos libros son The Fourth Industrial Revolution (2016),  traducido a 30 idiomas, y Shaping the Fourth Industrial Revolution (2018).

A manera de conclusión. Ninguna frustración social queda impune. Existe un costo moral que, en este momento, no alumbra alternativas inmediatas sino que —es el camino tortuoso de las cosas— las cierra, al menos temporalmente. Y es que a la muerte de la globalización como ilusión colectiva no se le contrapone la emergencia de una opción capaz de encauzar la esperanza movilizadora de los pueblos golpeados.

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Fuentes consultadas
-Biblioteca ONU
-Greta Thunberg: "Nuestra casa aún está en llamas y estáis avivando el fuego.
-Trump insta al mundo a ignorar a los 'profetas del apocalipsis' en Davos
-Robin Pomeroy
Discurso -de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, en la 50ª Foro Davos.

http://tandilnews.com/onu-davos-2020-y-el-ojo-de-la-aguja/
Papel de Arbol asociado con  Tandil news Buenos Aires.











1 comentario:

Jorge Zavaleta Alegre dijo...

adolfo céspedes thorndike
Para:
Jorge Zavaleta
24 ene. a las 12:34

Muy interesante el artículo periodístico "ONU, Davos 2020 y el Ojo de la Aguja", del experimentado periodista Jorge Zavaleta Alegre, a través del cual nos muestra los grandes desafíos ambientales y sociales que el fenómeno de la Globalización ha contribuido a incrementar sobre todo en países de economías menos desarrolladas. ¿Será el fin de la Globalización?... De seguro se requiere de profundos cambios que la conviertan en instrumento de desarrollo para todos.
Continúa analizando el periodista: El Foro de Davos (Suiza) con declaraciones tibias trata de enfrentar estos problemas, sin lograr lo que verdaderamente se necesita: disminuir la brecha- riqueza.pobreza, que impera en las sociedades tanto industrializadas, como en las de menor o nulo desarrollo industrial.
Sólo conseguimos promesas de las Grandes Corporaciones de generar valor a largo plazo?... y actuar de manera ética y sostenible, promesas que de seguro sólo quedarán en el papel de las conclusiones del Foro Davos 2020. concluye el periodista Jorge Zavaleta Alegre, quien nuevamente nos ilustra con un tema necesario de conocer, y que él lo domina en amplitud. FELICITACIONES
Trujillo Peru.