Jorge Zavaleta Alegre
Antiguamente, los procesos económicos
eran nacionales. La globalización cambió este criterio de proyecto país (en los
países no ricos, desde luego). En la década 1980 un automóvil significaba 18 semanas
de salario en Estados Unidos. A fines de los '90 eran 28 semanas. Siempre más
autos pero más caros para clientes sin aduana de cualquier parte del mundo.
Comentarios sobre esta problemática estructural le escuche a Ernesto Carmona Ulloa años atrás en Foros de la Unión Europea, en Rio de Janeiro y Santiago, para
motivar la Primera Cumbre Iberoamericana.
Desde entonces seguí sus pasos y mantuvimos
amistad, incluyendo a Ernesto Salazar, peruano. Sus esfuerzos
se han multiplicado y ahora toda
su producción al alcance de todos, superando las trabas
e intereses evasivos de editoriales privadas.
El título Los Dueños e Chile corresponde al libro que en el 2002, anunció Ernesto Carmona Ulloa, chileno de nacimiento y ciudadano interesado por los
problemas de su
Región y del mundo. Nos ofrece ahora
un intenso trabajo, por cierto valioso, interesante, que revela su pasión por un país más equitativo, libre, con
derecho a vivir, hoy a la comunidad internacional.
En
realidad no solo es una mención
de los
ricos de su país sino del
planeta, con información que
convierte en obra de consulta
para conocer en persona a quienes dominan las organizaciones políticas, la distribución del dinero y algunas estrategias y anécdotas de familias
que conservan el poder y sus
consecuencias que hay podemos ver, sentir, gracias al sider-espacio, aunque también comienza a ser repartido entre Estado y transnacionales.
El libro aborda la acumulación económica
infinita, dividiendo en países, regiones y el mundo. La lista no es muy larga, consigna un Índice
de Tablas de acumulación. Tabla 1 / Las 25 personas más ricas del mundo /
Ranking Forbes 2002. Tabla 3 / Los 25
multimillonarios de América Latina. Tabla 6/ Sigue Latinomérica que incluye a Dionisio
Romero, dueño del Banco de Crédito del Perú. Tabla 8/ Chilenos entre "La
gente más rica del mundo”. Tabla 13 / Principales proyectos mineros en Chile,
1999…
Carmona Ulloa se pregunta: ¿Para qué
sirve un libro sobre los "dueños" de un país? ¿Acaso es un delito ser
demasiado rico?
Y responde que Chile recorre un
sendero de concentración de su riqueza en unas pocas familias. Muy pocos
habitantes del país controlan casi todo el Producto Interno Bruto (PIB). Y el
tema de este libro es ¿quiénes son esas personas? ¿Cómo acumularon tanta
riqueza? ¿Cuál es el origen de sus fortunas?
¿Cuándo comenzaron realmente a
"gobernar" a la nación?
Se trata de humanos de carne y hueso,
en su mayoría, profundamente creyentes. Poquísimos pertenecen a familias
enraizadas en la historia política y económica del país. Algunos nacieron con
fortunas que supieron incrementar; la mayoría corresponde a "nuevos
ricos" surgidos a fines del siglo 20. Prácticamente ninguno inserta su
cotidiana generación de riqueza en lo que hoy llaman "construir un
proyecto país".
Sus capitales se expanden, se
bifurcan, se entrecruzan, se transnacional izan y se multiplican... para su
propia alegría, de sus pares y de la globalización -viejo discurso vestido con
nuevas palabras. Grande es la complacencia de los administradores del Estado y
grande también la generosidad de la clase política de diferente signo
partidario, en una era en que domina "la adoración del becerro de
oro" por defunción de "las otras ideologías". O sea, viviríamos
el pretendido "fin de la historia".
También son triunfadores en la
política. Siempre obtienen las leyes que desean, tal como ellos las conciben,
aunque no siempre ganen elecciones. La más mínima desviación gubernamental
resulta implacablemente cuestionada, perseguida, zaherida y, sobre todo,
tergiversada hasta su completa reforma o abandono, merced a la fuerza de su
poderoso aparataje de medios de comunicación, por lo demás el único existente.
La sagrada libertad de prensa
significa una sola visión del mundo y un discurso uniforme en los medios de
comunicación. Existe una visión totalitaria del mundo, de la economía y de la
política en diarios, revistas, radios y televisoras, entregados todos a un
servicio distinto al de la verdad. La aparición de un nuevo diario es resistido
por sus futuros pares porque modificará el reparto del gasto publicitario, aunque
esté inscrito en la misma ideología o simplemente no tenga contenido.
La
guerrilla de los dueños de la prensa contra El Metropolitano y el diario sueco
PubliMetro demostró que la libre competencia es un mito. Como el negocio es
bueno, ahora hay imitadores tras el avisaje para periódicos vacuos. Quienes
deciden cómo se reparten esos US$ 600 millones tienen simbiosis con los dueños
de los medios. Se necesitan los unos a los otros. Los disidentes no tienen
expresión.
Si se trata de una publicación para
levantar una candidatura presidencial, no hay mucho problema porque se sabe de
antemano que morirá aunque el candidato resulte elegido, pero tampoco tendrá
publicidad distinta a la que provean sus apoyos empresariales o el propio
aspirante.
La población presencia estos procesos
a veces con admiración; otras, con rabia. Algunos sienten indiferencia o
simplemente ignoran, no entienden, ni les interesa lo que pasa. Los sindicatos
no tienen voz ni fuerza después de transitar décadas en la dirección opuesta,
padeciendo su propia jibarización, en un proceso inverso al de la concentración
de riqueza que todavía no concluye. Sin embargo, en esa madeja radica el poder
verdadero, absolutamente huérfano de valores éticos.
Los ricos no son iguales
Lo que ocurre en Chile no es
exclusividad nacional. También se da en el resto del mundo. El panorama sucinto
de la concentración de la riqueza en América Latina exhibe dos perfiles de
hombres ricos, dos modelos de enriquecimiento: el de quienes optaron por la
industria y el de los que tomaron el rumbo del comercio y los servicios. Se ve
poca industria. Predominan quienes apostaron al sistema financiero, las
telecomunicaciones, el comercio. Sólo los ricos de Brasil y México muestran
afecto por la industria y son los únicos que sustentan algo de "proyecto
país", una filosofía que podría leerse "me enriquezco creando
industrias pero hago mi dinero aumentando el empleo para que haya más gente que
me compre en el mercado interno y así exporto con valor agregado". Pero
Brasil, México y Chile tienen la más desigual distribución del ingreso de todo
el planeta.
Están en extinción los industriales
con "filosofía Henry Ford": "pago salarios que permitan comprar
mis automóviles". (Entre 1913 y 1927 produjo 15 millones de
"folleques" a 360 dólares cada uno). Invariablemente hubo
intervención del Estado en el enriquecimiento personal en Chile y en el resto
de América Latina, sin perjuicio de que en todas partes sea perpetuamente
desacreditado para otros efectos, salud, educación, vivienda. Su mano fue más
generosa bajo las dictaduras militares, en particular en el alumbramiento de
"los nuevos ricos", sin que jamás haya dejado de lado a las viejas
oligarquías industriales, comerciales, financieras. En todo el continente, el
Estado privatiza barato y los privados venden más caro a los consumidores cada
vez más empobrecido.
Carmona Ulloa es también autor de:
Chile desclasificado. Chile: la otra cara del negocio de la fruta. ¿A quién
interesan los temporeros?. Concentración del mercado editorial en América Latina:
el caso chileno y otras reflexiones. Crónicas desde chile: el precio del petróleo,
otro enigma, y la privatización del puerto de Valparaíso. El doble estándar en
el tlc con chile y en el Alca EE.UU. quiere un Alca a su medida. Los dueños de Venezuela.
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Editor Jorge Zavaleta Alegre
Asociado a: Diario16 y El Mercurio de España. Panoramical de Milán-Bruselas. Tandil news, Buenos Aires.
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