Jorge Zavaleta Alegre
El Tungsteno es una novela del poeta peruano César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892-París, 1938), cuya temática siempre será induce a evaluar cuanto significa la minería desde el punto de vista de la economía y su incidencia en el desarrollo de los pueblos depositarios de la riqueza. Se trata de una obra con una trama revolucionaria muy clara desde el principio al fin. El autor inicia narrando la sociedad de la época y sus contradicciones para terminar con una reflexión Comunista del Perú y del mundo. El Tungsteno nos narra el cómo se comienza a dar todo el fenómeno económico de la explotación minera, todas las contradicciones que tal actividad encierra en el pueblo concretamente en la región del Cusco y el cómo se manejan las actividades públicas y privadas de la época.
Han pasado más de cien años y son pocos los territorios en los cuales las inversiones en tecnología han permitido un avance en la explotación de recursos naturales y garantías para mejorar las condiciones de los obreros y los pueblos donde se encuentran los asentamientos de la materia prima.
Los investigadores autores de esta investigación indican que a pesar de ejemplos virtuosos en la región, la evidencia demuestra que dicho éxito se ha limitado a sólo unas cuantas empresas locales y que las políticas públicas son a menudo insuficientes para facilitar las actividades de innovación, las cuales suelen distinguirse por tener altos costos y requerir de infraestructura especializada; por ejemplo, espacios para probar prototipos que simulen operaciones en el subsuelo.
El Banco Interamericano de Desarrollo ofrece a los lectores una investigación que plantea la búsqueda de la minería innovadora y sustentable, en la autoría de: Carlo Pietrobelli y Beatriz Calzada:
Carlo Pietrobelli, quien es profesor y asesor en políticas de innovación y desarrollo industrial. Actualmente, profesor de economía en la Universidad Roma Tre (Italia), en la Universidad de Naciones Unidas-MERIT y profesor adjunto en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos). Entre 2009 y 2016 fue economista principal en el Banco Interamericano de Desarrollo. Carlo posee un doctorado en Economía de la Universidad de Oxford y ha venido asesorando regularmente a gobiernos de África, Asia, Europa y América Latina. Sus intereses de investigación van desde la economía del desarrollo hasta la innovación, el comercio, la industria y los recursos naturales en los países en desarrollo. Ha publicado ampliamente en revistas internacionales y sus libros fueron publicados por Harvard University Press, Edward Elgar, Palgrave y Routledge.
Beatriz Calzada Olvera es candidata a Ph.D. en Innovación, Economía y Gobernanza en la Universidad de Naciones Unidas-MERIT. Su disertación doctoral examina la relación entre los recursos naturales (productos energéticos y mineros) y el cambio estructural. También trabaja en temas de innovación, cadenas de valor globales, comercio internacional y productividad con un enfoque especial en América Latina. Tiene una maestría en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín (HTW Berlin).
Desde la mitad de la década de los 90 los países latinoamericanos fueron convirtiéndose en destino atractivo para la inversión minera extranjera, en gran parte por los marcos regulatorios establecidos que brindaron estabilidad jurídica y seguridad de la tenencia minera, así como incentivos para las etapas de exploración y explotación. Este proceso dio como resultado grandes inversiones en el sector metalífero, principalmente de empresas transnacionales. Sin embargo, a pesar de este crecimiento de la actividad minera, en la región no se ha creado valor agregado significativo a partir de la generación una masa de empresas mineras innovadoras.
Distinto es el caso de algunos países industrializados como Canadá o Australia que se han desarrollado combinando la disponibilidad de recursos mineros con la innovación en los servicios, tecnologías y productos en torno a éstos. En el caso de Australia, las exportaciones del sector minero representan la mayor fuente de generación de valor agregado doméstico tanto de forma directa (por parte de las propias compañías que explotan las minas) como a través proveedores de servicios y productos intermediarios.
Esta estrategia de desarrollo es hoy posible para otros países dotados de recursos naturales gracias a nuevas formas de innovación que hasta ahora no habían sido consideradas. La innovación puede desarrollarse poderosamente a través de la interacción y los vínculos entre las compañías mineras, sus proveedores y otras organizaciones activas en el sistema de innovación, tales como universidades y centros de investigación. Además, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los nuevos materiales y la biotecnología, aplicadas al sector minero, abren oportunidades para que nuevos proveedores de países emergentes accedan y agreguen valor a las cadenas de valor de la minería.
Oportunidades para una minería innovadora
Las empresas mineras demandan cada vez más soluciones específicas a sus proveedores para contrarrestar la productividad decreciente de las minas existentes, reducir costos operativos, o bien, trabajar bajo condiciones geográficas únicas y frecuentemente extremas, como como en Bolivia, Chile y Perú donde las operaciones mineras se llevan a cabo en altitudes muy elevadas, en vetas estrechas y en climas especialmente secos. Un claro ejemplo sería la mina La Rinconada, en Puno, Perú, que a 5,100 metros sobre el nivel del mar es la más alta del mundo. Aquí, el equipamiento estándar y las soluciones tecnológicas existentes no ofrecen el mismo desempeño y, por tanto, existe la necesidad de adaptarlos o desarrollar otros nuevos.
El sector minero representa el 21%, 60% y 46% del total de exportaciones de Perú, Chile y Brasil, respectivamente, según datos de 2015. Foto: Producción minera en la provincia de San Juan, Argentina. Autor: Ferjacon (2017)
Además, nuestras investigaciones* han demostrado que progresos científicos recientes han abierto nuevas oportunidades tecnológicas para la industria minera. Estas incluyen avances revolucionarios en las TIC, sistemas de visión por computadora, satélites y otras aplicaciones de teledetección, avances en biología molecular y sintética para biolixiviación (extracción de metales pesados de los minerales mediante el uso de organismos vivos) y biorremediación de contaminantes para cobre y oro.
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En Chile, la empresa Micomo desarrolló tecnologías de monitoreo altamente innovadoras a través de fibra óptica que ayudan a los procesos de extracción. Las tecnologías de Power Train ingresaron al mercado con nuevos sistemas de control remoto para camiones que operan a temperaturas muy altas, y sistemas de monitoreo inalámbrico los cuales permiten predecir los puntos de desgaste de los equipos clave, anticipando reemplazos y evitando detener las operaciones. En Brasil, Geoambiente desarrolló mapas geológicos sofisticados, sensores e imágenes de radar que ayudan en las fases de exploración, prediciendo los contenidos de minerales o áreas propensas a la erosión con el fin de monitorear los impactos ambientales. Esta compañía es ahora el mayor socio de Google en Brasil.
A la par, el uso de nuevos materiales también está revolucionando la industria. Por ejemplo, Verti de Brasil ha desarrollado supresores de polvo que aprovechan la glicerina sobrante de plantas de biodiesel. Otro caso es la integración del conocimiento en ingeniería mecánica, robótica y eléctrica permitió a Innovaxxion de Chile reducir sustancialmente los residuos generados en los procesos de minería del cobre.
Desafíos para la región
A pesar de estos ejemplos virtuosos en la región, la evidencia demuestra que dicho éxito se ha limitado a sólo unas cuantas empresas locales y que las políticas públicas son a menudo insuficientes para facilitar las actividades de innovación, las cuales suelen distinguirse por tener altos costos y requerir de infraestructura especializada; por ejemplo, espacios para probar prototipos que simulen operaciones en el subsuelo.
Asimismo, la organización de cadenas jerárquicas de valor en la minería frecuentemente limita las oportunidades de innovación y aprendizaje de las empresas locales. Las grandes compañías mineras difícilmente forjan vínculos formales a largo plazo y se comprometen en proyectos de innovación en colaboración con proveedores locales. Por el contrario, tienden a depender de proveedores establecidos (incumbents en inglés), y cuando surgen nuevos desafíos tecnológicos, confían en soluciones que provienen de la sede central en el extranjero o de sus proveedores internacionales, generando una dependencia que limita la introducción de tecnologías locales.
Sin embargo, a pesar de los avances en la investigación, quedan muchas áreas sobre las cuales no sabemos mucho aún, y en las cuales el BID, en colaboración con los gobiernos de la región, podrían aportar mucho a fin de expandir el número de empresas que se integran exitosamente a las cadenas de valor a través del ofrecimiento de servicios altamente tecnológicos y/o productos innovadores.
Por ello, desde la Universidad de Naciones Unidas-MERIT estamos colaborando con el BID en una serie de estudios sobre competitividad e innovación en la minería en América Latina y el Caribe. Buscamos conocer mejor cómo se pueden generar espacios de desarrollo para proveedores locales en consideración de la organización del sector y de las cadenas mineras, cuáles son los momentos clave para abrir dichos espacios. Asimismo, buscamos entender específicamente cuáles eslabones de la cadena ofrecen mayores y mejores oportunidades de inserción y creación de valor.
minería innovadoraLlamado a propuestas de investigación
En el marco de esta línea de trabajo conjunto, el BID ha lanzado un llamado a propuestas de investigación sobre las cadenas de valor del cobre en Argentina, Brasil y Perú para avanzar en el entendimiento de su estructura, gobernanza, oportunidades tecnológicas, y necesidad de políticas públicas. El objetivo central es la identificación de una estrategia para fomentar el desarrollo dinámico y sustentable del sector minero y maximizar su contribución al desarrollo de la economía local y nacional. Las propuestas pueden ser enviadas en español, inglés o portugués.
Igualmente, queremos identificar aquellas capacidades necesarias para que las empresas locales puedan integrarse exitosamente a las cadenas de valor, crear nuevos mercados, efectuar transacciones al interior de la cadena y recoger los beneficios, teniendo en cuenta una perspectiva a largo plazo que garantice sostenibilidad y mejore la dinámica de innovación dentro de la industria.
Algunas preguntas a explorar:
¿De qué forma se puede anticipar y apostar a desafíos que requieren innovación y soluciones novedosas?
¿Cuáles serán las capacidades necesarias para la minería del futuro -la cual promete ser más intensiva y sistémica en términos de innovación-, tomando en cuenta a las demandas de las comunidades, la sostenibilidad ambiental y social, así como la defensa de bienes públicos no renovables?
¿Cómo orientar la generación de conocimientos y los procesos de innovación para solucionar el problema de la inconsistencia dinámica que caracteriza a la minería?
¿Cómo corregir la miopía de la industria frente a la rigidez en las formas de explotación y producción actuales con miras a la solución de problemas futuros?
Todo este trabajo académico está vinculado a un proceso de identificación de las políticas que sean más efectivas para enfrentar los desafíos que implica el proceso de transformación descrito.
Para que la minería pueda convertirse en un verdadero motor de crecimiento sostenible para las economías emergentes es indispensable generar, mejorar y fortalecer los vínculos en las cadenas de valor mineras así como el sistema de innovación en torno a las mismas.
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