Jorge Zavaleta Alegre
En Lima se realizan dos cumbres internacionales este Abril de 2018. Una, la de los presidentes de las Américas y otra,de las organizaciones de los pueblos nativos. En ambos casos los pueblos atraviesan por la más grande dificultad para construir la democracia.
Sobre este drama, se pronuncian tres hijos de la comunidad de Chimparina, del distrito de Megantoni, en el Cusco, quienes después de una semana de viaje, cruzando ríos, bosques y montañas, llegan a Lima en busca de una ventanilla del Ministerio del Medio Ambiente para que entregue los documentos jurídicos, tramitados durante más de una década y ensayar cuan posible es la conquista legal de la riqueza de sus territorios, protegida con la sabiduría de sus pobladores, pero expoliada por el poder político y económico de un país inmerso en la más profunda crisis moral y ética de las Américas.
Megatoni fue creado ha pedido de las comunidades, y abarca los territorios donde se encuentran los lotes del gas de Camisea. ... distrito que se ha convertido en el más rico del Perú, pues está constituido por más de la mitad del territorio que correspondía al distrito de Echarati, aunque su población sigue viviendo en la pobreza.
Desde la óptica del oficialismo‘Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción’ se denomina la VII Cumbre de las Américas, lo cual resulta paradójico cuando el país anfitrión ostenta una gobernabilidad que parece estar más bien al servicio del saqueo de los recursos públicos.
“No por gusto todos los presidentes peruanos de los últimos 30 años están requeridos por la justicia”. Echarate, ahora busca construir la Nueva Ruta del Café y el cacao al Océano Pacífico. Las familias han emprendido una renovación de sueños. Pero, este distrito agroenergético del Perú, se ve en la imperiosa necesidad de romper definitivamente su aislamiento, atrapado por un Estado que le ha dado las espaldas a la honradez, a la ética, al amor del terruño.
Gracias a esta ruta, los productores de La Convención podrían trasladar sus productos en menor tiempo, ahorrando al menos 400 kilómetros para llegar a un puerto del Pacífico. Se trata de uno de los mayores presupuestos para la construcción de una carretera de impacto regional y nacional, emprendido por un gobierno local. Pero el gobierno central con argucias mil empaña el proyecto de las comunidades machiguenga, kakinte, Ashaninka.
Las organizaciones indígenas han logrado que el Estado peruano reconozca e inscriba en los Registros Públicos a 124 comunidades nativas de los departamentos de Loreto, Ucayali y San Martín, beneficiando con ello a más de 5 mil familias. Es posible aún construir desarrollo si se escucha la voz de los pueblos nativos. Falta dar impulso a la legalidad de las comunidades del sur orienta.
Desde La Habana, el Gramma y desde Madrid el Diario16, entre otros indican que esta cita es la última parada de un polémico mecanismo que aporta poco a la integración regional; pero que, contradictoriamente, sirve para sentar las posiciones del sur frente a las que se buscan imponer desde el norte.
Son evidentes las tensiones existentes entre dos proyectos sociales y políticos muy distintos: el panamericanismo estadounidense y la voluntad integracionista de los libertadores al sur del Río Bravo.
Que ironía de la historia que el país convocante, protagoniza la crisis de la gobernabilidad con la renuncia del mandatario anfitrión, Pedro Pablo Kuczynski, escandaloso protagonista negocios turbios con la empresa Odebrecht y la oposición a que asista Venezuela.
Perú es también un espacio para el encuentro de los pueblos, cuyas cumbres paralelas son una constante desde la cita de Chile, en 1998. Allí asisten las mayorías olvidadas, los luchadores ambientalistas, estudiantes, los campesinos, los defensores de los derechos de los inmigrantes, los que denuncian la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la brutalidad policial, las prácticas racistas, los que reclaman para las mujeres salario igual por trabajo igual, los que exigen reparación por los daños a las compañías transnacionales, entre muchos otros que cuentan con el apoyo de los líderes soberanos y progresistas del continente.
Washington busca crear un solo mercado desde Alaska hasta la Tierra del Fuego con casi mil millones de consumidores, así como incontables recursos naturales para explotar.
El ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) nació bajo el auspicio del gobierno de Bill Clinton, quien decidió darle un bautismo con una Cumbre en la que se reunieran todos los jefes de Estado de la región.
El lugar escogido para celebrarla no fue casual. Además de su influencia hispana, Miami era la capital de la subversión contra los gobiernos de izquierda y progresistas de Nuestra América, lo que marcaba una agenda clara hacia la región.
Aunque la Cumbre surgió bajo la sombrilla de la Organización de Estados Americanos (OEA), desde un inicio el segmento de alto nivel guardó cierta independencia.
En la actualidad, la secretaría y la organización de las citas corren a cargo de la OEA, pero el país anfitrión y los países miembros cuentan también con capacidad de decisión para cursar invitaciones y decidir los temas a tratar.
Por presiones de Washington y en medio del contexto de agresiones que se reforzó tras la caída del campo socialista, Cuba no fue invitada a la Cumbre de Miami.Estados Unidos utilizaría desde entonces todo tipo presiones y manipulaciones para mantener esa excepción.
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