Jorge Zavaleta Alegre
Si Alemania hoy es la cuarta economía
del mundo y alienta la cuarta revolución
tecnológica, no olvidemos la experiencia de China
que hoy compite con los Estados Unidos y la Unión Europea. América Latina no aparece en
el horizonte porque tal como marcha en el siglo XXI solo necesita el manual del nuevo instrumento con sus propiedades y cómo
opera.
Se aproxima la “industria 4.0”, luego
de la máquina de vapor (primer telar, en 1784). La producción en masa (línea de
montaje, 1870). Y la electrónica (primer
comando con memoria programable, en 1969.
La interconexión del mundo que promueve Alemania incluye máquinas que hablan, productos cada vez más inteligentes… ¿Pasa el ser
humano a ser superfluo?, pregunta la revista
Deutschland al analizar las consecuencias de la digitalización para la industria.
China alcanza hoy un asombroso
promedio de 18,3% de crecimiento anual del gasto en Investigación y Desarrollo (I+D),
en comparación con la media del 1,4% de los demás países de ingresos
medios-altos, según datos de la Unesco.
El gasto que China dedica a (I+D)
sólo representa el 2% de su PIB, pero esto significa que este país inyecta cada
año en el sector unos 369.000 millones de dólares, en términos de paridad de
poder adquisitivo. China se acerca cada vez más a Estados Unidos, que representa casi el 30% del gasto mundial
en I+D.
A fines de la los años setenta, China daba una lección. Werner Puschra,
representante de la Fundación Ebert,
(Los Pioneros, 1989), simbolizaba la experiencia del Gigante Asiático recordando
que 200 chinos se instalaron en varias ciudades de Alemania
Federal, desde Hamburgo en el norte hasta Múnich en el sur. Ellos no hicieron otra cosa que leer los periódicos diariamente. Los
alemanes se preguntaban qué hacen los chinos, sobre todo porque son
reconocidos como muy trabajadores.
Pero
ellos continuaban con la lectura de los periódicos. Después los alemanes
se dieron cuenta que los estoicos lectores concentraban su atención sobre los avisos, buscando empresas en venta,
en bancarrota, para luego comprarlas.
Una
vez que las adquirían, las plantas fueron trasladadas totalmente a la República
Popular China. Las rearmaron allí y
empezaron a aprender cómo usar la maquinaria,
a veces con algunos técnicos germanos, a veces solos. Así comenzaron a
producir para el mercado interno y a efectuar cambios tecnológicos adaptándolos
a sus necesidades…
Pero el acceso a la información tecnológica y científica
solo es un aspecto del proceso. El problema fundamental es al interior
de un país.
Veamos la realidad de América Latina que en
la práctica no necesita tener acceso a
nada de lo que hay dentro de un producto, sino el manual de sus propiedades y
cómo opera. En América Latina, Brasil es
líder, destinando el 1,2% de su PBI,
mientras que la India ocupa el primer lugar en Asia Meridional y Occidental,
con el 0,8%.
En África, la Unión Africana ha
fijado la meta en el 1%, pero sólo Kenya, Malí y Sudáfrica se acercan a esa
cifra.
La cuarta revolución en marcha es la nueva forma de fabricar que transformará también el mundo laboral. En la
producción misma trabajarán cada vez menos seres humanos. Se necesitará, sin embargo, más personal con
conocimientos de software y programación.
El ingeniero tradicional,
especializado solamente en mecánica, no tiene futuro. El nuevo ingeniero es un
especialista multidisciplinario. Wegener, de Siemens, está convencido de que la
importancia del ser humano, sin embargo, no se reducirá, sino que aumentará con
la nueva forma de producción. Las personas realizarán menos trabajos mecánicos,
pero más tareas creativas, de planificación, control y supervisión.
En este 2018, Alemania con la IV Revolución Industrial
despierta expectativas para el futuro. A partir de 1989, con la caída del Muro de Berlín, vive un proceso acelerado
sin retorno. Su geografía, su ordenada migración, su cultura y múltiples
factores basados en Educación y Tecnología, revelan un futuro fascinante, pero un
desafío muy grande de los pueblos que viven en economías primarias.
¿Qué
es la industria 4.0?
El Instituto de Estadística de la
UNESCO (IEU) remarca: “La innovación es fundamental para alcanzar los Objetivos
de Desarrollo Sostenible. Los cinco primeros en la clasificación, en términos
de gasto absoluto en I+D, son: Estados Unidos, China, Japón, Alemania y la
República de Corea.
La expansión de la industria 4.0
supondrá un boom de encargos para los fabricantes, según opinión de la mayoría de
los profesores universitarios y empresas consultados por la Asociación de la
Industria de la Electrotécnica, la Electrónica y la Técnica de la Información
de Alemania.
El objetivo final es que los
productos se comuniquen con las máquinas. En el futuro, la planta –el robot, la
línea de producción, el centro de procesamiento– no solo transformará cada
pieza de acuerdo con un determinado programa, sino que reconocerá
autónomamente qué debe hacer con cada
pieza. Teóricamente, el objetivo no es producir series más grandes, sino más
pequeñas, y en última instancia, elaborar automáticamente
productos individualizados.
Los Pioneros. Consejo de Ciencia y Tecnología del Perú - Fundación Friedrich Eberth 1988-Lima/Berlín. Jorge Zavaleta Alegre
Los Pioneros. Consejo de Ciencia y Tecnología del Perú - Fundación Friedrich Eberth 1988-Lima/Berlín. Jorge Zavaleta Alegre
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