Papel de Arbol

jueves, 22 de febrero de 2018

Propuestas contra la corrupción


© Transparencia Internacional

Transparencia Internacional presentó su informe anual global sobre la percepción de corrupción del sector público. Pese a algunas excepciones, Latinoamérica sigue en niveles críticos. En el caso de Perú indica que hay una preocupación por imponer la Ley, pero disfraza  el lenguaje, al ver que los resultados judiciales son lentos y escasos. Pone la tinta sobre Venezuela porque ese país,  no obstante, la riqueza petrolera que tiene, nunca ha sido gobernado por sus propios ciudadanos  sino dependiendo de mandatos externos.  Chávez  fue consecuencia de ese cambio de rumbo, que no ha avanzado por el boicot interno y falta de  transparencia en el actual régimen, que debe resolver por sus propias decisiones desde su  ciudadanía. 

La organización alemana, Transparencia Internacional, reveló su más reciente informe sobre la percepción de corrupción para el año 2017. El índice se calcula de 0 a 100, respectivamente de altamente corrupto a muy transparente y se establece gracias a expertos y actores del sector privado y su apreciación de la transparencia de lo público. En un panel de 180 países, los mejores alumnos son Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia mientras que los peores son Somalia, Sudán del Sur y Siria.
La ONG lamenta que las mejoras sean muy sensibles o inexistentes, de hecho, resalta que los dos tercios de los países no superan el puntaje 50, lo cual corresponde a niveles altos de corrupción y que el promedio global sea solamente de 43. Denuncia también que “los activistas y los periodistas en los países corruptos arriesgan diariamente sus vidas por el hecho de denunciar”. Transparencia avanza la cifra que al menos 1 periodista es asesinado por semana en un país altamente corrupto.
América Latina no logra salir de la zona roja del índice sobre percepción de corrupción
El informe revela que la percepción de la corrupción en el sector público en los países latinoamericanos sigue muy alta a pesar de ciertos avances. La organización resalta la creación de legislaciones fuertes, como en Chile, y la investigación a altos personajes de poder como en Ecuador y Perú. No obstante, estos avances no son generalizados y “no constituyen políticas integrales que aborden las causas históricas y estructurales de la corrupción en la región”, argumenta la ONG.
En la tabla de 180 naciones, la peor calificada según el índice es Venezuela en el puesto 169 con un puntaje de 18. Le siguen Haití, Nicaragua y Guatemala entre los peores calificados sobre la percepción de corrupción.
Otros países como Paraguay, México, Honduras y Ecuador obtuvieron una calificación entre 29 y 32, muy alejada a la mejor calificada de todo el contiente americano: Canadá, con 82 de puntaje en transparencia y un honroso octavo lugar en el ranking mundial.
La voluntad política acerca de la lucha anticorrupción sufre de variaciones importantes entre países y eso podría explicar en parte el estancamiento de la región. Los países que consideran esta cuestión como prioritaria y actúan con un aparato legislativo eficaz, basado “mediante el consenso y la participación política”, logran mejorar sus puntuaciones rápidamente.
Mientras tanto, los países que no consideran este tema como prioritario empeoran cada año, revela el análisis.
Transparencia Internacional recomienda que se apliquen cambios de fondo sobre el “financiamiento de la política, de las contrataciones públicas y del fortalecimiento de instituciones jurídicas independientes” para que se puedan notar cambios reales.

Cambio16  señala 16 propuestas contra la corrupción
La corrupción en España marca un nuevo mínimo histórico en un ránking de corrupción. El país obtiene 57 puntos en el ránking global de la ONG Transparencia Internacional (TI). Por consiguiente, pese a aprobar en el estándar global, acumula una pérdida de ocho enteros en los seis últimos años y marca un nuevo mínimo histórico.

El último Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) sitúa a España en el puesto 42 de un total de 180 países. Por ello lo ubica en el vagón de cola de la UE. La corrupción en España se equipara a la de países como Chipre y la República Checa. En el ránking global, Nueva Zelanda y Dinamarca encabezan el listado como los países menos corruptos (88 y 89 sobre 100 puntos). Mientras que Somalia y Sudán del sur cierran la tabla como los más corruptos (9 y 12 puntos sobre 100). De los países de América Latina, Venezuela es el peor sitiado (en el puesto 169) y Uruguay el mejor posicionado (puesto 23).

En el conjunto de la UE, tras Dinamarca, sobresalen Finlandia (85), Suecia (84), Luxemburgo, Holanda, Reino Unido (82) y Alemania (81). Por debajo de España (57 puntos), se sitúan Malta (56), Italia y Eslovaquia (50). Entre las grandes potencias, EEUU se sitúa en el puesto 16º, con 75 puntos, seguido por Japón (en el 20º, con 73) y China (en el 77º, con 41).

Transparencia ante la corrupción en España
La presidenta de TI, Delia Ferreira, lamentó el cambio que ha operado en España. La directiva de la organización sostiene que la corrupción en España es el resultado de un desapego social por el tema. “España era un paradigma de cómo salir de una larga dictadura y construir instituciones consensualmente. Cuando hay mucha corrupción en un país, se da el riesgo de que la gente se desentienda del problema. Algo tiene realmente que cambiar desde la demanda de la sociedad. Por ello, desde la respuesta de la clase política se debe entender que no puede seguir así”.

En opinión de TI, las leyes contra la corrupción en España”no pueden servir como servilleta para tapar las manchas”. Por consiguiente “se pueden aprobar el mayor número de leyes de transparencia. Pero con eso ser un gobierno corrupto. Las leyes no significan real compromiso”, argumentó.

Asimismo, considera que “hay una deuda realmente fenomenal de la clase política” en la lucha contra la corrupción en España. Finalmente apuntó que percibe un “déficit” de concienciación en la ciudadanía española. “La gente es clave para mejorar la situación porque debería poder cambiar exigiendo, demandando, y participando activamente en la política”, señaló.

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