Francisco
Carranza Romero
LOS
CELULARES SE HACEN IMPRESCINDIBLES
La
humanidad está viviendo tiempos de comunicación auditiva y visual de mucha
rapidez porque los mensajes se emiten y reciben inmediatamente. Unas pequeñas máquinas
se han convertido en elementos muy importantes. Los textos (escritos o sonoros)
y las imágenes son compartidos simultáneamente. Las distancias geográficas ya
no separan. Todos los que tienen una máquina se sienten compartiendo las
experiencias; solamente que no se pueden tocar. Es la “realidad virtual”, dicen
los usuarios.
¿A qué virtud se refiere el léxico? Usando estas máquinas la
gente siente comodidad y falsa felicidad. Quizás ésta es la “felicidad
virtual”. Sin embargo, esta inmediata y objetiva comunicación poco ayuda a
superar las barreras humanas que son resultados de los prejuicios. La expresión
oral y escrita demuestra poca estética y poco contenido. Poco a poco nos estamos
asemejando más y más a las máquinas y simios.
Los
aparatos de comunicación -celulares en Hispanoamérica, móviles en España-
contienen los datos personales e informaciones generales que se pueden
averiguar con facilidad. Muchos salen del anonimato mostrando fotos y
expresando necedades. Son archivos que pueden ser bien o mal usados. También son
armas y herramientas para el engaño y la estafa, para el fomento del odio y la difamación.
Los celulares, tal como se ven, poco sirven para hacer más fraternos a los
usuarios.
POKEMON.
Hace poco, los cazadores de pokemones anduvieron como unos idos persiguiendo
los pokemones. Estos noveleros, con la mirada absorta en sus celulares, pisoteaban
jardines, profanaban templos y lugares históricos, chocaban con otros
transeúntes que podían ser también sus colegas idos; andaban que andaban cargados
de ansiedad y emoción.
BALLENA
AZUL. Algún enfermo mental, convertido en gurú, aconseja a los menores (por
edad o desarrollo mental) que se laceren el cuerpo con figuras que les propone.
Los seguidores, ya robotizados o estupidizados, se hacen cortes en el cuerpo
comprometiendo su salud. El gurú virtual no asume ninguna responsabilidad, goza
en su interior la insana satisfacción de cómo es fácil manipular y estupidizar
a la gente.
EXTORSIONADORES
CIBERNÉTICOS. Los ciberterroristas amenazan a personas e instituciones con
bloquear sus programas, exponer los datos o contaminar con virus. Las víctimas
del chantaje, para salvarse, deben enfrentarlos cibernéticamente o pagar con
dinero cibernético (bitcoin). El cibercrimen es un nuevo. Ni los grandes países
están libres, ni las empresas más ricas se salvan, ni los ejércitos de los
países más desarrollados tienen la seguridad de que sus datos confidenciales no
sean profanados. Este terrorismo cibernético es más difícil de combatir porque el
enemigo es invisible.
Cuando
las centrales nucleares sean atacadas por estos criminales, el mundo estará en serio
peligro. Entonces sí, el ejército de anónimos ciberatacantes decidirá la
sobrevivencia o destrucción del mundo. Las máquinas en las manos de gente sin
desarrollo espiritual son armas muy peligrosas porque sirven para dominar y
humillar a las buenas o a las malas. La ciencia, así, no sirve para dar más
tranquilidad al ser humano.
CAMPAÑAS
POLÍTICAS. Hoy las campañas políticas se hacen con mensajes a través de las
redes sociales. Los candidatos y hasta los presidentes tuitean con inmediatez
que difunden más estupideces que mensajes bien pensados. La mentira, repetida
muchas veces, se convierte en verdad para el receptor necio. Más mensajes,
mejores resultados.
TELEVISIÓN.
Los programas, en su mayoría, presentan espectáculos de entretenimiento de
escasa creatividad como si estuvieran dirigidos a un público con bajo nivel de
coeficiente intelectual. Muchos espectáculos son de poco contenido educativo. Y
las noticias, cuanto más sensacionalistas, más recepcionadas. ¿Los directores
de estos programas son de bajo nivel de creatividad? O, ¿el objetivo es dar más
basura porque menosprecian a los televidentes?
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