Jorge Zavaleta
Alegre
En México, un
afluente del Papaloapan fue denominado como Río Tonto, por
su cauce pausado. Y en Arizona, el Fenómeno de Salado, hace 700 años, mezcló
ideas de las culturas nativas vecinas y surgió una sociedad muy dinámica y
creativa.
En ese
territorio casi desértico, que fue parte de México, se construyó el monumento nacional de Tonto, que exhibe una alfarería de vivos colores, el paño de algodón tejido,
y otros artefactos que revelan una rica historia de sus pobladores que utilizan
los recursos del desierto septentrional de Sonora y su relación con otras
regiones.
El monumento
el Tonto, en efecto hoy es una simbología frente a los vaivenes de las
comunidades que pueblan el continente americano, contra las variantes y caprichos de sus líderes o caciques, a través de
los partidos políticos.
Porque tonto es
sinónimo de pendejo, estúpido y necio, referidos
a quien posee una inteligencia escasa, alguien torpe o con una conducta poco
pertinente. También, es sinónimo de vivo, pícaro, oportunista,
camaleón, y groserías en muchos países
de habla hispana.
Hacerse
"el tonto" es fingir engañosamente no darse cuenta de las cosas para
lograr algún objetivo. "Atontar" es lograr que otra persona actúe, se
convierta o se comporte como un tonto.
En la
historia de América Latina, la “Marcha de los Pendejos”, el 25 de octubre de 1989, en Caracas, Venezuela, fue una manifestación pública tan grande que permite entender el camino doloroso que
atraviesa su población y de países de la
Región por ausencia de una clase política madura, pensante, que solo rodea a poderosos para mantener privilegios, a través
de minipartidos u organizaciones que copan
las gerencias de la petrolera fiscal, de ministerios, universidades públicas y privadas.
Como representa Uslar Pietri en su cuento “conuco”, personaje que vende el mismo surco de tierra a
diferentes campesinos del Orinoco.
Arturo Uslar Pietri, en su novela Oficio de difuntos (1976), reflexiona sobre el caudillo criollo de origen
rural, reconstruye el vacío histórico sufrido por Venezuela durante la
dictadura de Juan Vicente Gómez (1903-1935), y consigue crear la distancia
necesaria para componer una deslumbrante farsa de sátira política, en cuya
interpretación profundiza Carmen de Mora, de la Universidad de Sevilla.
El ex ministro de Educación, Uslar Pietri, acuñó la palabra pendejo para
referirse de manera irónica al venezolano honesto, incapaz de cometer actos de
corrupción. El escritor venezolano dijo: “Si usted decide meterse
a especulador o ladrón, el riesgo de ir a prisión es mínimo. Aquí nadie sufre
con meterse a pícaro, porque no hay castigo para eso”. Uslar admitió que el
venezolano en su mayoría es honesto, “aunque serlo no le signifique alguna
recompensa, y no faltará desde luego alguien que le diga: Caramba, ese hombre
sí es honesto. Pero lo más seguro es que le declaren más bien pendejo”.
La mención
del término “pendejo” originó un
escándalo en la opinión pública y hubo quienes condenaron el uso que este
intelectual hizo de la palabra por considerarla vulgar. En su programa
televisivo “Valores Humanos”creó los
estatutos de la “Orden del Pendejo” para “condecorar” a los ciudadanos merecedores
de esta distinción.
La marcha de
los pendejos, aquel año de 1989, recordó
a los venezolanos que aún recordaban los terribles sucesos del
“Caracazo” y las denuncias de corrupción. La movilización salió desde la plaza
Morelos y desde la plaza El Venezolano los manifestantes de Caracas se dirigieron a la casa de gobierno de Miraflores, otros al
Congreso, y a la Fiscalía General de la
República con un documento de la "gente honesta del país.
Carlos Andrés
Pérez (1922-2010), político precoz, resistente contra la dictadura de Pérez Jiménez, fue colaborador de Rómulo Betancourt
y miembro original del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD). En su
primera presidencia, entre 1974 y 1979, manejo los ingentes ingresos petroleros, la estatalización
de las industrias del hierro y los hidrocarburos con medidas populistas que llevaron a una inflación incontenible.
Octubre de
1989, constituyó un antecedente en la
historia de Venezuela, que puede explicar la inestabilidad del país. CA Pérez regresó al
poder, pero para afrontar un panorama radicalmente distinto, por sombrío y
hostil. Su inmediato
plan de ajuste para estabilizar una economía malparada por la inflación y la
deuda externa
provocó el violentísimo Caracazo, y en 1992 hubo de sortear dos intentos de
golpe militar,
el primero encabezado por el presidente
Hugo Chávez, que gobernó hasta 2015, año
que fallleció.
Como colofón, Carlos A. Pérez fue procesado
por la Corte Suprema bajo la acusación de corrupción, para finalmente, cinco
meses antes de expirar su mandato electoral,
fue destituido por el Congreso. Y El máximo líder de la revolución bolivariana
Hugo Chávez visitó Cuba, sellando la
gran alianza con Fidel Castro.
La Corte
Suprema halló a Pérez culpable del delito de "malversación genérica
agravada" y le impuso una pena de dos años y cuatro meses de prisión. En
atención a su edad, 73 años, Pérez comenzó a cumplir su condena con arresto
domiciliario. En 1997 presentó su nuevo partido, el Movimiento de Apertura y
Participación Nacional, con independientes y disidentes “adecos”, y reclamó un ideario socialdemócrata, pero la mayoría de sus integrantes apuntaba a la derecha
liberal.
El año
siguiente el Tribunal Superior de Salvaguardia del Patrimonio Público ordenó su arresto domiciliario y su puesta
bajo custodia policial por unos nuevos cargos de enriquecimiento ilícito, cometidos
en su segundo mandato, según CIDOB, una organización de estudios
internacionales en Barcelona internacionales.
El pecado
capital del chavismo en sus orígenes es que nunca se miró en los modelos
exitosos de la izquierda europea de corte socialdemócrata y en los procesos de
reforma y ajuste llevados a cabo por otros socialismos, como el chino y el
vietnamita, remarca Ricardo Angoso, en el Diario16. Sus socios de Perú y Brasil
van terminando entre rejas.
No hay una
“guerra económica” del mundo contra Venezuela, como argumenta el régimen chavista
que ahora lidera Nicolás Maduro, sino el
fracaso continuado durante estos dieciocho años de “revolución bolivariana” en
la aplicación de una serie de medidas económicas inútiles que han llevado al desabastecimiento,
a la fuga de capitales al exterior, al abandono de la producción en el campo y
en la industria, a la falta de iniciativa privada tanto nacional como foránea y
a un caos predecible porque en economía sin confianza no hay nada, agrega
Angoso.
Tres millones
de venezolanos han huido de la tierra de Bolívar. Inclusive, los partidos del
Perú que recibieron donaciones de Chávez para sus campañas electorales, ahora están
presos, como el expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, y
juicios en marcha contra los ex mandatarios Alan García Pérez y Alejandro Toledo por
múltiples denunciass de negociados con transnacionales brasileñas y venezolanas.
Fuentes: Crónicas de Ricardo
Angoso, Lois Pérez Leira, y Mercedes
Fuentes, publicadas en Diario16 y Cidob.
Arturo Uslar Pietri, Lanzas coloradas y Oficio de difuntos.
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