Jorge
Zavaleta Alegre Periodismo
En El Paso, la ciudad fronteriza entre Estados Unidos y México, los pobladores locales pintaron un mural de unos 600 metros cuadrados, que muestra la llegada del hombre a la Luna mientras los niños juegan a la ronda. Pero, un observador, para expresar su discrepancia, grabó al pie de la gran pintura lo siguiente: “Ese año, en el mundo fallecieron de hambre 17 millones de niños.”
En El Paso, la ciudad fronteriza entre Estados Unidos y México, los pobladores locales pintaron un mural de unos 600 metros cuadrados, que muestra la llegada del hombre a la Luna mientras los niños juegan a la ronda. Pero, un observador, para expresar su discrepancia, grabó al pie de la gran pintura lo siguiente: “Ese año, en el mundo fallecieron de hambre 17 millones de niños.”
Esa obra de
arte sigue vigente, porque la era industrial pasa por una recreación constante
y se ha pasado a la era de la innovación. Nadie, al parecer, tiene un
pronóstico para asegurar cómo seguirá viviendo la humanidad en un planeta donde
la tecnología está desplazando a la escritura.
En Lima, el
Goethe Institut y el Centro de Estudios de Filosofía de la PUCP promueven el
foro Conversaciones sobre el futuro. En esta tribuna, el tema de la tecnología
despierta grandes inquietudes y pone en evidencia que existe una realidad
virtual, la ‘virtuología’, que implica el nexo con la inmediatez, y que deja en
segundo plano la reflexión.
Mientras
algunos se preo-cupan porque la multiplicación de canales y formas de
comunicación ha conducido a la pérdida de la privacidad, los expositores y
panelistas de dicho foro nos recuerdan que los emperadores y reyes de la edad
media nunca tuvieron privacidad. Ellos vivieron rodeados de una extensa corte
como hoy en día ocurre con los que tienen una función pública.
En una breve
síntesis, podemos comentar que en el incierto escenario global que se
vislumbra, contar con capacidades científicas y tecnológicas propias es
condición necesaria para profundizar y sostener los avances en el desempeño
económico y las mejoras en la calidad de vida.
El
conocimiento y la innovación permiten mejorar continuamente la eficiencia y la
competitividad de las actividades productivas, amplían la gama de bienes y
servicios disponibles, y proporcionan respuestas a desafíos que presenta el
entorno biofísico y social. La creatividad y el ingenio humano contribuyen a
identificar opciones para el futuro, y las inversiones en proyectos de ciencia,
tecnología e innovación son altamente rentables.
La
tecnología en el futuro es valiosa y necesaria. Lima, con todos sus problemas
de megaciudad del tercer mundo, muestra una intensa dinámica cultural en ese
sentido, promovida por las representaciones diplomáticas de Italia, España,
Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Grecia; y universidades como Católica,
Pacífico, Ingeniería y San Marcos.
Algunos
municipios han construido espacios físicos que se han transformando en
verdaderos centros cívicos. La biblioteca en Cocachacra, camino a Huancayo,
alentada por una bibliotecaria de la Embajada de los Estados Unidos, es un
referente del buen uso de la tecnología de las comunicaciones que alienta la
mayor integración física y cultural, es decir, a la recuperación del tiempo
perdido.
Publicado: 23/05/2015
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