Jorge Zavaleta Alegre
La era digital ha llegado para quedarse, crecer y articular
el globo terráqueo. Por ahora, en Latinoamérica, la mayoría de bibliotecas son
huérfanas de un Estado renuente a la modernización. Los libros no generan rédito
político, sostienen los líderes de la tradicional clase política y también los
emergentes contemporáneos.
En la primera década del
siglo XXI, la Casa Blanca, a través de la primera dama Laura Bush (2001-2009), bibliotecaria de profesión, puso especial énfasis en legalizar cuanto
antes los derechos de autor derivados del acceso a la revolución tecnológica.
Desde la Biblioteca
del Congreso, en Washington, y de la Biblioteca Pública de Nueva York, se
alentaron múltiples ferias y proyectos. En Austin, Texas, tierra natal de los Bush, se promovió el concepto del Libro Huérfano, para
facilitar el proceso de digitalización de
la bibliografía que corresponde al género de los clásicos, que han dejado
de ser propiedad individual para convertirse en
patrimonio de la humanidad.
Para la ONU – UNESCO
es una tarea compleja, en tanto reúne, sobre todo en el Sur, a la
mayoría de países miembros, donde predomina
la informalidad en la producción y
comercialización no solo del Libro. La tendencia llega hoy al extremo de que el mayor tráfico
de las obras de arte se da con los tesoros bibliográficos de los conventos, iglesias y bibliotecas nacionales.
Los países latinoamericanos viven un conflicto frente a las
políticas públicas sobre la digitalización de
los libros que los Ministerios de Educación Pública aprueban como
de uso obligatorio en escuelas y colegios.
Si no se avanza en esta dirección, es improbable que la población escolar de los
lugares físicamente más apartados acceda a ejemplares en papel impreso o pueda
innovar las fuentes de aprendizaje y de consulta.
Tal realidad es tangible. En lugar de oponerse es mejor propiciar su
desarrollo, la adecuación a un nuevo momento de la historia. Las empresas
editoriales que ganan las licitaciones
con el Estado e inclusive perciben beneficios tributarios, que inclusive
provocan irregularidades de gran magnitud, deben encontrar fórmulas paritarias,
imaginativas, para avanzar y no detener un fenómeno que es irreversible.
El tema adquiere atención simbólica en el Día del Libro, 23 de
abril, que se rinde homenaje a Miguel de Cervantes. Precisamente su gran
obra El Quijote de la Mancha,
fue llevada al teatro y estrenada en América, en 1607, en la localidad peruana
de Pauza, Ayacucho, zona donde la
secular pobreza fue y sigue siendo causa
y efecto de la violencia política y social. La descentralización y
regionalización no ha caminado como esperaba el país. Aún, millones de pobladores no se incorporan a los beneficios de la tercera revolución
industrial, que llega del Norte como un
huracán.
La exposición “Joyas de la BNP” (24 piezas documentales,
bibliográficas y manuscritos, seleccionadas de las bóvedas resguardadas)
invitan a una serena reflexión:
Primero, el público puede conocer las piezas más antiguas y
variadas, según los criterios de cada visitante. Son los primeros libros que se produjeron en
el Perú, con la primera imprenta que llegó a Sudamérica.
Tras la vitrina, se
aprecia la primera edición de Los
Comentarios Reales, de Garcilaso de la Vega, en un estado de
conservación cuasi perfecto. La Historia General de las Indias,
de Francisco López de Gómara, con anotaciones de manuscritos del propio
Garcilaso. Crónica del Perú, de Pedro
Cieza de León, son noticias de primera mano que le dan sustento para informar sobre cómo había sido la
llegada al Perú y cómo se había producido la conquista.
Otra obra, rarísima, es sobre Quiromancia que le
perteneció al Libertador San Martín y la obsequió a la Biblioteca, en el
momento de la fundación de la República, en 1821.
Libro sobre tributación,
de Gaspar de Escalona
Agüero, fue quien por encargo virreinal, inició un ordenamiento de todas las
ordenanzas de administración y tributación.
Este libro se salvó del saqueo de la Biblioteca por las
tropas chilenas durante la llamada Guerra del Pacifico en 1879. El proceso de recuperación continúa. En
principio no hay cifras de cuántos libros pudieron haberse llevado. De manera indirecta, antes de la guerra, la
BNP en momentos de la guerra conservaba cerca de cincuentaseis mil ejemplares. Cuando las tropas chilenas desocupan
la capital peruana, según su
director Ricardo Palma, quedaban solo
700 libros.
El historiador Jorge Huamán y guía de la exposición de las
Joyas de la BNP, considera que muchos de
los libros terminaron en el exterior.
Algunos peruanos también saquearon
la Biblioteca. Muchos ciudadanos habían comprado a los invasores y para no verse en problemas comenzaron a
devolver.
La devolución de los libros por parte de Chile, ha sido un proceso de negociación de varios
años. Al final suman 3,800 los libros
devueltos. Se estima que no
necesariamente es la totalidad de lo que
se llevaron. El gobierno chileno argumenta que han devuelto todo lo que tenían y han podido detectar.
De fuentes no oficiales, pero tomada de
versiones que circularon en la
BNP antes de que acabara el
gobierno del partido Perú Posible, los
chilenos habrían negociado la entrega del último lote. La decisión de Chile fue tomada porque dos jóvenes, hijos de
ministros del Estado vecino habían sido
detenidos en Cuzco, por pintar con
cruces negras la Piedra de los Doce Ángulos, ubicada en uno de los muros más estudiados y visitados
por científicos y arquitectos del planeta.
La conservación y desarrollo de las Bibliotecas del país
tienen como ente rector a la BNP, pero la marcha institucional depende de un
filtro político, según opinan investigadores y lectores asiduos. El patrimonio
cultural siempre ha estado al margen del interés nacional.
La digitalización es un
desafío
Va en buen pie, aunque no es fácil avanzar. La BNP ya cuenta con
Biblioteca Virtual, que permite acceder
a documentos y material diverso, elaborados a partir del patrimonio
bibliográfico y documental que custodia. Tales obras cuentan con la
autorización respectiva para su difusión y contenidos externos. Para avanzar se
tiene que pasar también por el respectivo proceso de conservación.
Esa Biblioteca Virtual
es aún es pequeña. Como órgano técnico
cuenta con equipos especializados en capturar imágenes de diversas dimensiones,
provenientes de libros, periódicos, mapas, fotos, etc. Edita las imágenes escaneadas,
con control de calidad. El producto final está en formatos como: PDF, DOC, TIF,
JPG.
Se buscan libros perdidos. La BNP lleva adelante una campaña
para rescatar las obras que le han sido robadas. El objetivo es la recuperación
de documentos que pertenecen al Fondo Antiguo y las Bóvedas de la BNP. Los
documentos, que se distinguen porque tienen un sello de la institución, fueron
extraviados en el incendio que destruyó en el año 1943, la antigua sede de la
BNP en el Centro Histórico de Lima.
De acuerdo con un inventario, se encuentran desaparecidos, de
manera sistemática, 932 libros. Entre los documentos robados: 414 manuscritos
de la colección Porras; 181 del Fondo Antiguo y de las bibliotecas
particulares; 125 de la colección general y textos que datan del siglo XVI.
Además de 3 libros que habían sido regresados por el Gobierno de Chile.
“Se buscan libros de la
Biblioteca Nacional, recompensa: 30 millones de peruanos agradecidos”. La iniciativa cultural, con
asistencia del actual director de esa institución, Ramón Mujica, y de sus
antecesores Sinesio López y Hugo Neira, de otras autoridades del país y un personal comprometido con esta difícil tarea.
Se reitera el adjetivo difícil, porque el Perú – Colombia – México,
son los tres países de América Latina, en los cuales se registra un creciente
tráfico de obras de arte, paralelo al narcotráfico y contrabando de armas, según curadores, artistas plásticos y arqueólogos que han participaron en el concurrido Seminario de Historia del
Arte Peruano, en Abril 2015, en el anfiteatro Mario Vargas Llosa, en la nueva sede de la BNP, que
forma parte de un conglomerado arquitectónico que alberga al Ministerio de
Cultura, Ministerio de Educación, Museo de la Nación, Teatro Nacional y un Centro
de Convenciones del Banco de la Nación, que será inaugurado con las Reuniones Anuales de las Juntas de
Gobernadores del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional
del año 2015.
La revolución tecnológica y cognitiva pone de manifiesto la necesidad de sentar
las nuevas bases de una ética que oriente a las sociedades del conocimiento en
su evolución. Una ética de la libertad y de la responsabilidad, basada en el
aprovechamiento compartido de los conocimientos, como proclama la UNESCO y cada
niño de un pueblo alejado que no tiene aún un libro para aprender a leer.
Fuentes consultadas
La pintura peruana-española
Jorge Zavaleta
Balarezo. Hacia un cuarto cine.
El periodismo científico-Concytec-Fundación
Friedrich Ebert - Alemania
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