Francisco Carranza Romero
El invierno de 2015 en el Hemisferio Norte se ha caracterizado por
temperaturas muy bajas, copiosas nevadas y vientos helados cual cuchillos muy
afilados. Fuera del frío del clima, dos hechos me han estremecido porque
poresos días estuve en esas zonas.
CANADÁ
Al amanecer del 19 de febrero, en el poblado de North York, Ontario,
fue denunciada la pérdida de un niño de apenas 3 años. La policía, después de ardua
búsqueda, halló el cuerpo del niño ya sin signos de vida en los alrededores de
un estacionamiento de la Avenida Neptuno. Después se supo que el niño
ElijahMarshhabía muerto por hipotermia. La hipótesis oficial: El niño Elijah
era un sonámbulo, pasaba la noche con su abuela porque su madre laboraba en el
hospital en el turno de la noche, a las dos de la mañana del 19 de febrero
había salido de la casa en su ropa de dormir, pañal, camiseta y botas de nieve.Afuera
la temperatura marcaba 30 grados centígrados bajo cero.
Entonces me imaginé al niño sonámbulo saliendo de su casa. Al despertar,
fuera de su cama y de su casa, lloró asustado y desamparado; pero sus lágrimas en
breves segundos se congelaron. Aunque gritó, gimió y caminó perdido nadie lo
oyó ni vio porque el barrio de Elijah no tenía vigilancia nocturna, viviendas
de los pobres refugiados. Y el aire helado, al penetrar a sus órganos
interiores: pulmones, corazón y estómago, lo habría congelado en breves
minutos. Esta triste forma de acabarse una vida infantil me dolió y enfrió.
El pueblo, conmovido por la triste muerte del niño Elijah, hizo una
colecta para ayudar a su familia. Los políticos de Toronto, quizás también
conmovidos,se callaron por unos días.
COREA DEL SUR
En la mañana del 5 de marzo de 2015, a las 7.40 am, en Sejong Arts
Center, Seúl, el embajador de Estados Unidos en Corea del Sur, Marl Lippert, fue
acuchillado en el rostro y mano mientras compartía el desayuno con los
participantes como acto previo a su conferencia en la actividad organizada por
el Consejo Coreano de Reconciliación y Cooperación. El frustrado asesino, el
surcoreano Kim Ki-jong, se había ubicado en una mesa cercana a la del
embajador, desde donde saltó sorpresivamente para acuchillarlo. Al ser reducido
berreó por el dolor en un pie y vociferó contra el ejercicio militar de Corea
del Sur y Estados Unidos. Corea del Norte también hace el ejercicio militar y
las pruebas de misiles de corto y largo alcance.Los periodistas, ávidos de una
noticia de impacto, hicieron más investigaciones.
El embajador Lippert, la víctima, habla coreano, le gusta la comida
coreana, y su hijo se llama James William Sejun Lippert. Sejun o Sejong es el
nombre del rey coreano en cuyo reinado se inventó el alfabeto coreano o hangul.
Una clara demostración de su afecto a Corea
El atacante es un miembro activo de un grupo opositor al gobierno,
viajóvarias veces a Corea del Norte, es la segunda vez que ataca a un embajador
porque en 2010 había lanzado un bloque de cemento contra el embajador japonés Toshinori Shigeie mientras pronunciaba el
discurso. Y esta vez casi logró matar al embajador estadounidense. Aun días
después seguía siendo el centro de las noticias. El periodismo satisfizo la insana
ambición de quien busca la notoriedad sin importarle los medios. El pirómano
griego Eróstrato, incendiario del templo de Artemisa (356 a. C.), tiene sus
seguidores. Cuidado, el erostratismo contagia con facilidada los fanáticos
políticos y religiosos.
Horas después, un policía en uniforme adornado de muchos galones
informó sobre los detalles del caso: la longitud y la profundidad de la herida
desde debajo de la oreja hacia la boca, la gravedad del corte, el tamaño del
cuchillo, en el momento del ataque las cámaras de CCTV no estaban activadas,
etc. Lo cierto, la policía surcoreana no previno este atentado.
¡Qué vergüenza!, fue el lamento de la mayoría de los surcoreanos. ¡Qué ingratitud!, dijeron algunos
extranjeros que conocen la historia de la República de Corea. Miles de
estadounidenses han colaborado en la educación y salud del pueblo coreano, y
también han muerto defendiendo a Corea del Sur durante la guerra coreana (1950 –
1953).
¿Qué sentirá el embajador estadounidense
mientras se recupera del tremendo susto en un país amigo? Por poco murió
acuchillado. Una lección: Debe andar con su seguridad.
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