Los más lúcidos teóricos y
líderes políticos de América
Latina coinciden que el desarrollo debe
girar alrededor del bienestar de las personas, más que en el crecimiento
económico. Es ineludible invertir en salud, educación y productividad de la
gente para mejorar el desarrollo de los países. El problema de cómo aumentar la
productividad de los países es en realidad un problema de desarrollo en sí
mismo. Veamos, por ejemplo, la realidad rural y la explosiva migración interna de las
dos últimas décadas del Perú actual.
El Estado Peruano viene impulsando en los últimos meses una
estrategia multisectorial en una zona del sur este andino, habitada por
poblaciones nativas y migrantes de pueblos donde
Sendero Luminoso y después el narcotráfico convierten en centro de sus
operaciones. El debate queda
abierto. Editor: Jorge Zavaleta Alegre
Escribe: Julio Andrés Rojas Julca | Opinión - 24 mar 2014, en
el diario Los Andes de Puno
El Estado peruano está construyendo en el Valle de los ríos
Apurímac, Ene y el Mantaro, espacio azotado ahora por el narcoterrorismo, y las
consecuencias de la migración de los desplazados por la violencia de años
atrás. Se trata de un plan de acción concertado, que constituye un desafío para
conseguir el desarrollo local.
Los planes en marcha impulsan la acción multisectorial,
inversión en infraestructura física y una dinámica social mediante programas y
proyectos orientados a superar las dificultades más agudas de 52 distritos, con
una población de 420 mil personas, en su mayoría jóvenes.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables - MIMP,
miembro de la Comisión Multisectorial del VRAEM, tiene la función de prevenir y
atender los casos de violencia familiar, de la niñez y la adolescencia y
sexual, aplicando el PNAIA 2012-2021, y otras secuelas de la vieja estructura
económica y social. Se acaba de poner en marcha un nuevo Centro Emergencia
Mujer (CEM), en Kiteni, distrito de Echarati, provincia de la Convención,
siguiendo los compromisos intersectoriales acordados en el 1er Encuentro del
Bajo Urubamba. Las próximas semanas deben funcionar otros dos CEM en Huanta,
Ayacucho, y en Pangoa, provincia de Satipo, Región Junín. En el país ya
funcionan 200 CEM, 14 de ellos en Cusco.
Ya se constata que la población aprecia la asistencia puntual
de organismos reguladores que siguen de cerca el avance de las construcciones
viales, de electrificación, así como la reducción de tasas de interés en los
créditos de Agrobanco, el funcionamiento del Fondo de Promoción de la Inversión
Pública que asesora para superar el incumplimiento de convenios, en otros
aportes.
A estos y otros pasos, acompaña una política de concertación
local, como se deduce de las jornadas cívicas que el MIMP participó con el jefe
del Comando Conjunto de la Fuerza Armada, Leonel Cabrera, en diversos distritos
como Ciudad de Dios, y Mazamari, donde funciona la Aldea Beato Junípero Serra,
proyecto que emprende el P. Joaquín Ferrer y que ahora acoge a niños huérfanos
y familias económicamente pobres, en un territorio donde el terrorismo afectó a
los colonos y las comunidades nativas Ashánincas y no Machiguengas. La Aldea,
abierta a 200 niños/niñas internos y a 400 niños/niñas de Mazamari y San Martín
de Pangoa, en la provincia de Satipo, confirma la esencia, la primacía del
universo local.
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