Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16-Madrid.-
Una corporación cervecera que lidera el mercado
latinoamericano se propone beneficiar a
más de cuarenta mil bodegueros y sus familias, en Colombia, Ecuador, El
Salvador, Honduras, Panamá y Perú, con un programa de emprendimiento. Taiwán destaca como un modelo del emprendimiento de la pequeña empresa.
El proyecto considera que en ciudades como Lima los tenderos cierran
o cambian el giro de su negocio durante el primer año, porque en su mayoría son
actividades de subsistencia que requieren
ingresos diarios para asegurar la canasta básica familiar. En el Perú existen 250 mil bodegas y el 60% de estas son administradas por
mujeres.
El programa “Camino al Progreso” brindará asesoría y acompañamiento en sus negocios, incluyendo cuatro etapas:
Bodeguero Responsable, Bodeguero
Sostenible, Bodeguero Excelente, Bodeguero Líder.
La presentación de
esta iniciativa ha dado lugar a un enriquecedor debate sobre la pequeña empresa
y la necesidad de consolidar una clase media,
como sustento de la estabilidad democrática y económica que hoy muestran
algunas economías de Asia y de Europa
del Norte.
EDUCACION EMPRENDEDORA
La Ministra de la Producción Gladys Triveño, el viceministro de Poblaciones
Vulnerables, Julio Andrés Rojas y el especialista
Fernando Villarán, decano de una innovadora Facultad de la Universidad Ruíz de
Montoya, reconocen las bondades del tendero porque sus pequeños
establecimientos son los puntos de
encuentro que vinculan al vecindario, son los mejores agentes de seguridad
social y en ellos la palabra sigue teniendo aún el valor para merecer el
crédito a sus clientes cotidianos.
Villarán recuerda una conversación con Albert Berry, Profesor Emérito de la
Universidad de Toronto, quien estima que Taiwán es la principal experiencia de país que en
cinco décadas se ha convertido en la economía emergente más sólida, gracias al
desarrollo de su clase media.
En Taiwán, el tamaño promedio de las granjas reformadas llegó
a 1.29 has. en 1952. Junto con otras políticas de apoyo a la pequeña
agricultura minifundista – como la educación rural y la inversión pública en la
investigación y diseminación de nuevas tecnologías, cooperativas de
comercialización con monopolios en ciertas líneas de exportación, administrados
por los mismos pequeños productores. Las migraciones hacia las ciudades y el aumento
de la pobreza urbana se mantuvo a
niveles relativamente bajos en comparación con los países latinoamericanos.
Estos y otros argumentos complementarios revelan que hay promover
las granjas familiares con apoyos públicos de varios tipos y crear las
condiciones para el desarrollo económico rural y nacional. En términos históricos podemos mencionar
similar resultado en los países escandinavos de Dinamarca, Finlandia, Noruega,
y Suecia, además de Holanda.
Joseph Stiglitz, ex-vicepresidente del BM, escribe
que “el éxito en la pugna por la equidad y contra la pobreza requiere una
potenciación tanto económica como política. En el sector rural, la
redistribución de la tierra con otorgamiento de créditos y acceso a la
tecnología”
Los Bodegueros nos
llevan a pensar que es más racional
invertir fondos públicos en el desarrollo de la pequeña agricultura como base
para un proceso sostenible y equitativo,
con seguridad alimentaria, en lugar de la inversión en seguridad para controlar
la violencia social.
En suma, recordamos también el estudio de Villarán sobre “Educación
Emprendedora en la Educación Básica Regular”, que considera que en el Perú se
crean cerca de 130 mil empresas cada año, entre microempresas informales y de
sobrevivencia que no son capaces de brindar ingresos suficientes. Por ello, la
UNESCO ha incorporado el “aprender a
emprender”.
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