Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16-Madrid.-
En varios países de
América Latina y el Caribe, los jóvenes lideran movimientos que
cuestionan la irrupción del neoliberalismo,
como responsable de la actual crisis
local-nacional – global del siglo XXI.
Esta respuesta puede ser explicada a través de Friedrich Nietzsche, en El Crepúsculo de los ídolos o Transvaloración
de todos los valores, obras en las cuales renuncia a la argumentación
filosófica detallada para “golpear con el martillo” a todos los fetiches de la
Modernidad: el cristianismo, el platonismo, el socratismo, el kantismo, la
metafísica, la democracia, la igualdad, el feminismo…
La actual movilización de la juventud renace en diferentes contextos. La
encontramos en la Jornada Mundial de la Juventud – JMJ de Julio 2013 en Río de
Janeiro. El papa Francisco agrade a
la Presidenta del Brasil Dilma Rousseff “por haberse hecho intérprete de los
sentimientos de todo el pueblo de Brasil”.
En un clima de agradecimiento y de saudade, pensó en los jóvenes,
protagonistas de este gran encuentro. “Con su testimonio de alegría y de
servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la
vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada
ser humano”
Refiriéndose al matrimonio como un compromiso que está "pasado de moda", el jefe de la
iglesia Católica, pidió que sean revolucionarios, que vayan contracorriente, que
se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que los
jóvenes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar
verdaderamente. Atrévanse A ser felices. En muchos ambientes se ha abierto paso una
cultura de la exclusión, una «cultura del descarte».
Brasilia 2007, constata que la juventud no ha
constituido movimientos sociales con marcado carácter generacional relevantes,
pero a la vez constata que las y los jóvenes constituyen una importante masa
crítica en los movimientos sociales en general.
En Brasil se han sucedido las manifestaciones de estudiantes
secundarios contra el aumento de tarifa de transportes, la revuelta en Salvador
– Bahía, trabajadores jóvenes del corte manual de caña de azúcar, la Acción para Negros en la Enseñanza Superior en Brasil,
entre otras.
Los “pingüinos” de
Chile 2006 - 2011, al igual que “Yo
soy 132”, en México 2012, tomaron las
calles para exigir una educación gratuita y de calidad y ha irrumpido con fuerza en la última campaña electoral y se perfila como un actor
político relevante.
En Centroamérica
se desarrollan expresiones de
jóvenes que habitan barrios populares, vinculados a pandillas o maras, cuyos migrantes
mantienen visibles conductas sociales que cuestionan su marginalidad, sobre
todo desde las ciudades cercanas a Washington DC.
En los países andinos, los protagonistas son jóvenes
indígenas y campesinos, involucrados en conflictos territoriales y en
movimientos indígenas y afro-descendientes. Otras organizaciones representan la
diversidad de orientaciones sexuales,
culturales y religiosas, y van ganando protagonismo con participación de los jóvenes.
Dichos movimientos podrían ser comparados, con el movimiento indígena de los 90, que dio origen a la Declaración de NNUU del primer Decenio Internacional de las
Poblaciones Indígenas 1994-2004.
En el 2011, los jóvenes del mundo árabe protagonizan el reclamo de cambios democráticos en Túnez y Egipto,
logrando la caída de varios dictadores, conducta que se extienden al Oriente Medio, como Arabia Saudita,
Argelia, Siria o Bahreim, creando algunas cadenas mediáticas como Al Jazeera.
“Que se vayan todos”, proclaman los indignados en
España, articulados con movilizaciones similares en Israel, Australia, Irlanda,
Italia, Portugal. En Nueva York y Londres, tienen especificaciones. Occupy Wall Street, se basa en las
rebeliones árabes. Y en Londres, los jóvenes excluidos cuestionan el
desempleo y las limitaciones de la industrialización.
En Argentina, se
postula por el redescubrimiento de la política por parte de las generaciones
más jóvenes, donde un amplio sector respalda al gobierno democrático.
En el Ecuador, durante las tres últimas décadas, la
sociedad ecuatoriana ha experimentado distintas formas de movilización social
en un contexto de una crisis persistente del sistema político y de sus
instituciones:
Entre 1996 - 2006, el gobierno ecuatoriano de Bucaram experimenta
el periodo de mayor turbulencia sociopolítica en la historia reciente del país,
fase crucial para la emergencia y diversificación de formas y tipos de
asociatividades.
Entre 2006 y 2011, se incluye la fase temprana del proceso
político de la “Revolución Ciudadana” liderada por el presidente Rafael Correa
y se advierten significativas formas de movilización de políticas
en razón de las transformaciones estructurales. La presencia juvenil de corte
insurgente y contestatario se dio durante el gobierno de Febres Cordero, una de
cuyas expresiones más visibles fue la del grupo subversivo Alfaro Vive Carajo.
En Perú, la agenda juvenil está compuesta por
reivindicaciones más adultas que se
centran en los derechos colectivos y la
Ley de Consulta Previa, en pro del cumplimiento
de los mandatos suscritos por el Perú en 1993 con la OIT.
Se incide que está muy presente en la memoria de los
jóvenes la violencia política protagonizada en los ochenta y noventa por
Sendero Luminoso, a propósito del surgimiento del MOVADEF.
La Secretaría Nacional de la Juventud, SENAJU, actual dependencia del Minisferio de la Mujer, plantea trabajar con mayor pertinencia
posible en el fortalecimiento del Estado y la profundización de la Democracia.
El achicamiento del Estado en la década de los noventa, no provocó resultados
en términos de bienestar y mejor
calidad de vida.
La irrupción de los movimientos independientes y
autónomos va tomando cuerpo, según explica la UNESCO,
CELAJU y SENAJU, en un estudio en
el cual comparan los más tradicionales
movimientos con los más
recientes.
En el Cusco, solo en setiembre se han realizado tres
foros sucesivos y articulados con ejecutivos de empresas, una concurrida cita
internacional iberoamericana y el III Congreso Nacional de Juventudes, en los
cuales la juventud demanda educación de calidad, empleabilidad con trabajo
formal, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción dentro y fuera del
Estado, en síntesis "el radicalismo ético" como motor de la integración social, según explica el sociólogo y educador Julio Andrés Rojas, el primer viceministro de Poblaciones Vulnerables del Perú.
Varios miles de estudiantes universitarios de 26 casas
de estudio de todo el país salieron a
las calles, al iniciar la primavera para celebrar el III Día de la Juventud 2013. Esta concentración coincide con el debate de la
nueva Ley Universitaria en la Comisión de Educación del Congreso.
Miembros del Subcomité para la Prevención de la
Tortura de NNUU analizaron en Lima esta
condenable práctica. La
Defensoría del Pueblo registró entre 1998 y 2012, más de 700 denuncias por
presuntas torturas. La COMISEDH atendió entre 1998 hasta la actualidad a 144
víctimas de 23 regiones del país.
Esta dinámica se traslada a Nueva York. En la III Reunión del Equal Futures
Partnership, iniciativa del presidente Barack Obama, cuyo objetivo es crear una red inclusiva y abierta
de países que cuenten con marcos legales que protejan los derechos de género y
promuevan esfuerzos para avanzar en una mayor participación política y
empoderamiento económico de las mujeres, participan las primeras damas. El Perú
informará sobre los avances respecto del empoderamiento económico y político de
la mujer, en el panel “La juventud del mundo: Construyendo un
futuro”.
La Revolución Cubana y el
Mayo francés 68, no dejan de ser las fuentes gestoras de otros movimientos estudiantiles en países industrializados en contra de la guerra de Vietnam y a favor de la
paz que se asocian a la promoción del
amor libre, la irrupción del rock, el
movimiento hippie, los movimientos
feministas y juveniles ligados al
movimiento zapatista.
En suma, estas movilizaciones encuentran sus
antecedentes en la gesta independentista del
siglo XIX, dinámicas que en el
siglo XX maduran en Córdoba de
1918, grito orgánico por la autonomía
universitaria y la construcción de
universidades al servicio del pueblo. Y la juventud latinoamericana empieza a cerrar la etapa del individualismo extremo y de lejanía de los valores de la política, aceptando, en algunos casos, las iniciativas de apoyo de parte de los Estados en manos de gobiernos de centro izquierda que impulsan la democracia con inclusión social.
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