Papel de Arbol

viernes, 30 de agosto de 2013

LA POBRE CLASE MEDIA LATINOAMERICANA, SEGUN CAMBIO 16 MADRID



















































 

LA CLASE MEDIA  Y LA MATEMATICA
Jorge Zavaleta Alegre

El Banco Mundial viene difundiendo la fórmula  enciclopédica del 1+1=10,   pretendiendo  explicar una especular extensión en América Latina de la clase media,  a la cual ahora pertenecen todas aquellas personas que tienen ingresos superiores  a los 10 dólares por día.

El BM y  el BID, su sucursal  regional,  quieren convencer que el neoliberalismo es la receta  que está acabando con la pobreza del planeta.

La fórmula presentada el año pasado en Colombia, ya llegó al Perú.  Quienes  disponen cada  nuevo amanecer de  10 dólares hacia arriba, han logrado la felicidad estadística.   

El BM afirmó  en el 2012 que Brasil, Chile y Colombia lograron importantes resultados en materia de movilidad social, señalando a la clase media como  protagonista del crecimiento económico y como sustento   que aumenta la solidez de la confianza inversionista.

“La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, aumentó en un 50%, pasando de 103 millones de personas a 152 millones, es decir  que, ahora, este grupo social representa un 30% de la población. A lo largo del pasado decenio, unos 50 millones de latinoamericanos salieran de la pobreza”.

Si leemos con cautela los estudios de las multilaterales, “la sociedad latinoamericana no es todavía una sociedad de clase media. Son países de renta media que van en la dirección de convertirse en ese tipo de sociedad”.

La formula del 1+1=10 que ofrece el BM “es una medición en la que la clase media ha comenzado a tener  un ingreso  entre 10 y 50 dólares PPP. Pues si todo  el mundo está mejor, hay un segmento de la población por debajo de ese nivel que también asciende”.

Crónicas  del Brasil son más explícitas, cuando dan cuenta que la nueva clase media brasileña dispara la fiebre consumista. Treinta  millones de personas han entrado en la horquilla de ingresos entre los 700 y 3.000 euros al mes. El crecimiento ha expandido el mercado interno y disparado los precios de la vivienda.

Los  análisis que no involucran las vertientes de las diferentes disciplinas del conocimiento complejo, son incompletos, carecen de credibilidad.  Los índices de desarrollo humano,   los valores intangibles (educación de calidad,  salud preventiva,  derechos humanos, libertad de opinión, entre otros), no se pueden prescindir para explicar  frías sumas y restas de dinero.    

Recordemos que el término clase media es un grado o estamento de la estratificación de clase social que se aplica a las personas con un nivel socioeconómico medio que se sitúa entre la clase obrera y la clase alta.

En los países iberoamericanos,  por ejemplo, es común nombrar a la clase media y no nombrar a la clase obrera o baja, lo que da lugar a la confusión, por su sentido lingüístico. En términos estrictos, la clase media es numéricamente inferior al porcentaje de la población que se auto identifica como tal.

La  existencia de la clase media se remonta al siglo XVIII. Esta clase se hace más evidente cuando la separación social es más notoria debido a factores como la autoridad, la abundancia, dinero y trabajo, lo que daba un diferente sentido de vida, religión, educación y cultura para cada parte de la sociedad.

Originariamente, los integrantes de esta clase media eran de la vieja burguesía terrateniente (la gente, formada por comerciantes ricos y la baja nobleza), que empezaba a sobresalir por su éxito en la industria, las profesiones liberales y el comercio.

El nuevo estrato social fue desarrollándose a lo largo del siglo XVIII, y ampliándose conforme se iniciaba la incipiente industrialización del país, proceso a su vez íntimamente interrelacionado con el surgimiento de la clase media.

Hacia 1850, cuando Karl Marx escribía El Capital, la clase media era un grupo reducido de no mucha importancia, centrándose más en el antagonismo entre obreros y capitalistas. A finales  del siglo XIX, Max Weber considera que  la sociedad se estratifica como un continuo a lo largo de tres dimensiones paralelas: la económica, la política y la social. Las clases objetivas no necesariamente se corresponden con las identificaciones subjetivas efectuadas por los individuos, sino que se definen por las oportunidades que se les ofrece en los mercados su dotación de capital.  

La clase media moderna surge en el siglo XX, inicialmente en Estados Unidos. Las nuevas industrias como la del automóvil de Ford comenzaron a aplicar novedosas técnicas de producción (taylorismo, producción en línea, estandarización del producto, automatización,...) que permitían reducir sobremanera los costes de los automóviles y que posibilitaban el pago de salarios mayores a los obreros de las fábricas.

La aplicación de las teorías económicas keynesianas tras la Segunda Guerra Mundial creó el concepto de estado del bienestar, orientado hacia la clase media, que pasaría a dominar el panorama del mundo capitalista hasta comienzos del siglo XXI. La clase media normalmente no dispone de suficiente capital como para dedicarse simplemente a recibir el interés que produce, sino que debe implicarse activamente como empresaria en la gestión de éste, como comerciante o industrial en pequeña escala por ejemplo.

El concepto de clase weberiano está basado sobre todo en la primera de estas dimensiones, la económica. Se involucra  la inteligencia técnica —profesionales y técnicos de cuello blanco, que no disponen de capital propio, pero sí de habilidades a partir de las cuales pueden obtener rentas apreciables—. Y la pequeña burguesía, es la clase formada por los poseedores de capital que  no pueden evitar el trabajar ellos mismos en su explotación.

Uno de los puntos cruciales del análisis weberiano de clase es que la clase no es necesariamente una realidad reconocida subjetivamente. Las relaciones sociales de producción, que constituyen la estructura básica de la sociedad, están definidas por el uso y la posesión de los medios de producción, es decir, de aquellos bienes que no están destinados al consumo directo, sino que se utilizan para producir otros bienes.

 Para el BID la “Clase Media en el Perú: Cuantificación y Evolución Reciente”, se expandió hasta representar el 70.1% de la población, mientras que el 27.8% de ciudadanos pertenecen al sector pobre y el 2.1% pertenece a clase alta.

Académicos de importantes claustros de Latinoamérica   afirman que la clase media en Perú es aquella que tiene un ingreso mensual de 4000 soles al menos, y muchos sabemos que eso es muy difícil. El promedio es 1800 soles.

Preguntas:  ¿El 70% de la población que señalan los estudios del BM come 3 veces por semana afuera?. ¿Puede estudiar  en una universidad de calidad? ¿Puede alquilar o comprar casa en los distritos más desarrollados de Lima? ¿Puede viajar al extranjero 1 vez al año?. ¿Tiene auto propio?. ¿Puede tener computadora propia, servicios de internet y tv por cable?. Definitivamente: No.

DATOS NECESARIOS
Para el BID la clase media en el Perú se habría duplicado en los últimos siete años. Las familias de clase media emergente registran ingresos de entre S/.1.088 y menos de S/. 1.660. 
Señala que en el Perú es considerado pobre aquel que percibe menos de US$ 5 diarios. Además,  la protección social a través de seguros de desempleo y mayor resguardo previsional, la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad.
Del 2005-2011, el 48,9% de la población es considerada clase media consolidada. La clase media emergente (salió de la pobreza pero aún está en situación de vulnerabilidad, y podría retornar a ser pobre).   

El BID, indica haber utilizado  la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), la cual indica el 70,1% de la población pertenece a la clase media, el 27,8% es pobre y el 2,1% es clase alta o ricos.


















                                                                             
                                                                              
































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