Papel de Arbol

miércoles, 20 de marzo de 2013

YACHAY Y LOS EDUCADORES DE LA CALLE



Julio Andrés Rojas Julca*
Lima. La calle es un espacio que tiene algunos riesgos para las personas que a diario transitamos por ella. Sin embargo, muchos niños, niñas y adolescentes pasan gran parte de sus vidas en ella, y  que  se  convierte en obligado refugio, lejos  de sus hogares a causa de maltrato, indiferencia o desprotección. En otros casos, porque trabajan en la vía pública o están en situación de mendicidad. Esta condición los convierte en niñas, niños y adolescentes en situación de calle.

La presencia de los menores de edad en la calle nos reporta  carencia de los cuidados parentales y una situación de evidente desprotección, atención que parte del Estado se convierte en prioritaria en el marco del rol tutelar. Yachay, palabra quechua que en español significa “aprender”, es un Programa Nacional del Perú, con la rectoría del  Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Está dirigido a la atención integral de los menores  que viven en calle con el objetivo de restituir sus derechos, a través del fortalecimiento de sus vínculos con la familia, la escuela y la comunidad.

Yachay nació en setiembre del año pasado por Decreto Supremo 005-2012-MIMP.Articula acciones con los diferentes servicios y programas orientados a la atención integral para la restitución de los derechos de niñas, niñas y adolescentes en situación de calle en el marco de políticas nacionales expresadas en el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021 y Convenios Internacionales vinculantes sobre las peores formas de trabajo infantil. Inicio sus acciones en Lima e Iquitos,  ciudades  con la mayor población  infantil y  más casos de explotación y mendicidad. Se extenderá  a  14 ciudades 
Yachay - Apreder, se propone la restitución de los derechos de este sector de la población, lo que implica el desarrollo de sus capacidades y potencialidades. Es generar oportunidades para superar la desprotección familiar así como la indiferencia social frente a niños, niñas y adolescentes que viven en las arterias de la ciudad bajo el peligro de la violencia cotidianas. Busca, pues, fortalecer los vínculos con la familia, en tanto ello no  conlleve  un riesgo para la integridad física y/o psicológica del menor.
Asimismo busca acercar al niño, niña o adolescente a la escuela a través de acciones de reforzamiento y becas de estudios,  promoción del cambio ocupacional del adolescente, la inclusión en redes  de soporte social,  mejora de ingresos familiares y actividades culturales, recreativas que posibiliten la integración al barrio y contribuyan a humanizar las relaciones de la ciudad.
La metodología de intervención del educador de calle propone el contacto con las niñas, niños y adolescentes en situación de calle en el lugar donde se encuentran: calle, plazas, mercados, etc., cambia la lógica de intervención del Estado acercando los servicios a la población,  para ello determina las zonas de intervención previo conteo y reconocimiento de la misma, ello implica el contacto con las organizaciones u autoridades de la zona, así como la identificación de los perfiles y rutinas de las niñas, niños y adolescentes de las zonas de estudio.

Durante el periodo de contacto, establece un vínculo de confianza que se fortalece día a día y es este el que permite obtener los resultados que se esperan de la intervención, ya que el educador se convierte en un referente para la niña, niño y el adolescente y su familia, por tanto valorarán y aceptarán lo que el educador plantea para que mejoren sus vidas.

En ese sentido, la premisa inicial de la intervención es que todos los padres y madres quieren a sus hijos e hijas, y si ellos se encuentran realizando actividades que los ponen en riesgo, ello es producto del desconocimiento, de aprendizajes previos incorrectos, de patrones culturales aplicados en contextos inadecuados o debido a la necesidad de enfrentar una crisis económica familiar.

A partir de esta premisa el educador de calle que contacta con la niña, niño o adolescente identifica sus necesidades y desarrolla actividades lúdicas y educativas dirigidas a reducir sus horas en calle siendo el centro de referencia una importante mecanismo para tal fin; de forma paralela serán cubiertas las necesidades de identificación (DNI), atención médica, acceso y permanencia en la escuela, programa de alimentación, entre otros.

De igual modo, se coordina con las Defensorías Municipales - DEMUNA y otros servicios para brindar atención especializada y de ser el caso atender otras problemáticas que afecten al niño, niña o adolescente. Asimismo, con la finalidad de promover el uso adecuado del tiempo libre se facilitará el acceso  a programas de deporte y para ello el trabajo con el municipio resulta de importancia.

El contacto y trabajo con la familia, está presente en la metodología de intervención a fin de fortalecer los vínculos con la misma y de ser el caso gestionar el acceso a  mecanismos que le permita mejorar sus ingresos con la condición de que el niño deje de trabajar o mendigar (meditante un aporte semilla, acercamiento y acceso a programas sociales de acceso al empleo, etc.)

En el caso de los adolescentes la propuesta contempla el acceso a servicios de formación técnicas laborales y deportivas (becas), que permitan al adolescente, dentro de la edad permitida para el trabajo, mejores condiciones para desempeñar una actividad laboral.

*Dr. en Educación, Sociólogo, autor de ensayos y libros sobre el Desarrollo Sostenible desde los gobiernos locales. Actualmente es el primer viceministro de Poblaciones Vulnerables  del Perú.

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