El congreso y un nuevo fondo editorial
Escribe: Jorge Zavaleta Alegre | Opinión - 18:06h
La siguiente noticia ha pasado inadvertida. El Congreso de la República tiene un programa de donaciones de libros de pensadores peruanos a universidades estatales, y proyectos de innovación tecnológica a favor de las Bibliotecas.
La reactivación de este Fondo empezó hace pocos meses con un proceso de reorganización. Después de un inventario riguroso, ha distribuido más 22 mil libros de humanidades y ciencias entre 50 universidades públicas, 32 instituciones de nivel superior y 25 bibliotecas municipales.
El Congreso desempolvará un proyecto que obliga a los alcaldes a actualizar la Biblioteca Municipal destinando un mínimo del 5% del presupuesto participativo.
El Fondo Editorial, siguiendo experiencias de México, Argentina y Uruguay, se encargará de la producción, comercialización y promoción de obras que promueven el desarrollo cultural y la labor legislativa, previa calificación, a cargo de una comisión externa de profesionales de reconocido prestigio. El objetivo es desterrar el proselitismo de un grupo o la decisión de un anómico funcionario.
Tal compromiso, incluye la incorporación de tecnología contemporánea, una tienda virtual para la venta de publicaciones y que pueda financiar a los autores que no disponen recursos económicos.
El proyecto despierta expectativa, y también reaparecen aquellos que niegan la participación del Estado en alguna actividad económica, más aún en el libro. La posición extrema cae por su propio peso, porque los actuales trastornos políticos, económicos y emocionales del mundo desarrollado derivan, precisamente, del libertinaje del mercado, de una cultura cifrada en la exacerbación del consumo y de la ausencia de un Estado ético, alejado de la valoración del libro, como semilla germinal de la buena formación personal y social de una nación.
La reformas anunciadas deben prosperar, si ese Fondo Editorial se nutre de sus mejores servidores, aunque a los más calificados ya no se les ha renovado el contrato laboral.
El Fondo tiene aún una larga lista de títulos comprometidos desde hace más de una década. Fue creado en los años noventa y ha publicado unos 300 volúmnes, en su mayor parte para rescatar a viejos patriarcas de la política nacional y a escasos autores del presente siglo.
El ritmo de producción es lento. El sello editorial del Congreso merece consolidar su prestigio. Los legisladores entrevistados coinciden en la articulación del Fondo, la Imprenta y la Biblioteca del Congreso.
El ritmo de producción es lento. El sello editorial del Congreso merece consolidar su prestigio. Los legisladores entrevistados coinciden en la articulación del Fondo, la Imprenta y la Biblioteca del Congreso.
Un buen referente para esta reforma podemos encontrar en la Asociación Norteamericana de Bibliotecas, empezando por la Biblioteca del Congreso el servicio bibliográfico más grande del planeta, que cuenta con el concurso de grandes patronatos. La primera dama de este país, años atrás, convocaba cada año un concurso para conocer nuevos autores. The New York Times, por ejemplo, lidera el apoyo privado de la Biblioteca Pública y del Museo de Arte Metropolitano de esta gran urbe multicultural.
Haga su comentario
ADVERTENCIA. El diario Los Andes, promueve una opinión pública constructiva y responsable, y censura todo lenguaje que atente contra la moral, las leyes y la buena costumbre; por ello rogamos no utilizar un mensaje violento, amenazante, instigador, insultante, difamatorio, calumnioso, injurioso, falso, discriminatorio y pornográfico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario