Papel de Arbol

domingo, 25 de noviembre de 2012

LA VIRGEN DEL SAMIRIA

Jorge Zavaleta Alegre, Semanario Cambio16.Madrid.-

La Virgen del Samiria, título de una nueva novela de Róger Rumrrill, es una mirada incisiva en torno a la Amazonía amenazada.
La investigación sigue la ruta de José C. Mariátegui y José María Arguedas, con renovadas reflexiones sobre el Paraíso Terrenal en el Nuevo Mundo,  que  durante la colonia fue una provocadora tesis bíblica para los reinos europeos sedientos de  tesoros.

El autor nos lleva a revisar la historia del Jardín Edénico: La universidad más antigua de América, San Marcos, convocó a la intelectualidad  colonial más destacada de Lima para escuchar al Virrey. Pero una indisposición de Micaela Villegas, la Perricholi, motivó  su reemplazo por un erudito.
Fue Antonio León de Pinelo, un judío culto, quien defendió la tesis de que el Jardín del Edén estuvo  en el  triángulo fluvial del Pacaya - Samiria, un equivalente al Eufrates y el Tigris de la gran  Mesopotamia,  la cuna  primigenia  y fundadora de la raza humana.
En la estación de preguntas, a invitación del Rector, alguien preguntó: Si nuestros primigenios Adán y Eva, después del reprobable pecado cometido fueron expulsados por Dios del Jardín del Edén ¿quiénes  son los que hoy viven en ese ex paraíso del Pacaya – Samaria?
Los Mucama – Kukamiria, igual que sus padres los Tupi-Guaraní, creen que el Pacaya-Samiria es el Axis Mundi, aunque entre los teóricos virreinales son  primitivos, atrasados y abandonados por Dios, y por nuestros primeros padres. Viven allí peleándose entre ellos y entre otras cuencas y ríos del universo amazónico.  
Rumrrill, natural de Iquitos,  explica, con razones  de orden histórico, cultural y político, el porqué  el ser amazónico es diferente al resto de los peruanos: “Los Amazónicos no han sido marcados ni por el feudalismo andino, ni por el perricholismo virreinal de los costeños y en especial de los limeños. No padecen ni el complejo de la opresión feudal del gamonalismo, ni la picardía, ni la malicia  de la cultura criolla”.
“Nuestras raíces  culturales, agrega,  están hundidas en la cultura milenaria de las civilizaciones indígenas precolombina y nuestra formación  cultural e histórica es republicana. No hemos padecido nunca del síndrome colonial”.

El autor de La Virgen del Samiria, con ayuda  de la historia, la economía, el psicoanálisis,  los psicotrópicos,  (ayahuasca) y el chamanismo amazónico,  atraviesa el universo  científico, con una rica prosa   literaria. Sus  argumentaciones elevan las voces para cuidar aquel Edén poblado desde hace milenios por culturas que dominan el sistema hidrográfico más complejo del planeta: ríos, cochas e insondables remolinos   que dan vida a una flora y fauna infinita, cuya protección reclama regular la exacción transnacional bajo las pautas de los Apus.
Rumrrill, desde una perspectiva freudiana, analiza el erotismo y la sexualidad  amazónica, como una relación incestuosa entre la madre naturaleza  y la depredación  de su riqueza. Las etapas del caucho, el oro negro del petróleo y del oro blanco  son tres violaciones sucesivas de los siglos XIX y XX.
María Reátegui, La Virgen,  en la novela de Rumrrill,  representa la degradación de la mujer, al servicio sexual de un campo petrolero de Hamburgo, la Petro Samiria, que competía con las ambiciones del reino Británico allá en los años de 1908.
A un poblador nativo, no le quedan posibilidades para ser   agricultor, ni  pescador,  ni maderero. Solo le queda el camino de la extracción de la droga y depender de la fiebre importadora de productos de todo el mundo.
Jorge Nájar y Danilo Sánchez Lihón, en el prólogo de la Virgen…, ratifican para Rumrrill su condición de Amauta, porque constituye la reserva moral  de la Amazonía como ofrenda  a su país natal, América Latina y  el mundo.  Su trabajo en defensa de la conservación de la Amazonía, en función de la filosofía de vida de sus habitantes nativos, coincide, con los más  grandes movimientos ecológicos que postulan el desarrollo sostenible.
Rumrrill,  muy cerca de Bubinzana y  CHIRAPAQ, centros de culturas indígenas del Perú, aboga por  rescatar a la madre desgarrada,  explotada y prostituida, por aventureros organizados y  sin límites, que han destruido territorios y pueblos enteros. 

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