Papel de Arbol

martes, 13 de noviembre de 2012

EL PODER DE LOS SIN PODER



Jorge Zavaleta Alegre Periodista

El mundo sigue de cerca los resultados electorales en los EEUU y China. Barack   Obama ha derrotado  al  “Tea Party”, el sector más conservador del partido Republicano. El vicepresidente  Xi Jinping,  elegido para asumir las riendas del Partido Comunista chino (PCC) y en consecuencia la presidencia de su país,  felicita a su homólogo. Estos hechos se dan en un contexto, donde la crisis internacional  plantea nuevos modelos  de administración pública.

Qué  oportuna la presencia en América Latina del  pensamiento filosófico  de Václav Havel, el último presidente de la República Checoslovaca y el primero  de la República Checa, cuya obra, precisamente, nos da luces sobre la dinámica contemporánea. 
Havel (Praga, 5 de octubre de 1936 -- 18 de diciembre de 2011), fue sobretodo  un autor dramático,  un combatiente por la libertad y  un excelente productor de cine.  “La Retirada”, un filme basado en una de sus obras de teatro, reflexiona sobre  cómo el pragmatismo  conduce a un debilitamiento  de los valores e ideales. Y “Lídice”, de Petr Nikolaev, relata el exterminio  de esta ciudad checoslovaca,  durante la segunda guerra mundial, la única acción que oficialmente reconoció el nazismo  alemán.
Obama ha declarado “Lo mejor está por venir”, frase que evoca  el fenómeno de la  atomización de la sociedad y cómo,   poco a poco,  comienza  a evolucionar, de manera lenta, gradual, pero importante. Ha surgido un espacio intermedio, denominado a veces "zona gris". Como afirmaba Havel,  símbolo de la  legitimidad democrática en su país,   se ha producido “una impregnación de  la cultura oficial y la cultura independiente que se han acercado mutuamente porque han comprendido que ninguna tenía el monopolio absoluto de la cultura”
Su mayor aporte  consiste en reflexionar sobre el presente, comprender las crisis y darles un nombre. “Construir, edificar el mejor mundo posible, es tarea de los políticos. Hay que dar muestras de respeto y humildad ante la riqueza, la diversidad y la complejidad de la vida”.
Ambos sistemas políticos aún vigentes pasan por un profundo cuestionamiento,  tienen en común un problema grave: la excesiva centralización. El poder político, los mandos económicos, los recursos energéticos, todo está en las mismas manos. El Estado es, de hecho, el único empleador y el único organizador de la vida social.

“Es monstruoso. En Occidente con formas diferentes empresas cada vez más grandes, grupos gigantescos se advierte una tendencia similar a la centralización absoluta. En ambos casos el resultado es la "anonimización" de la vida en general. Los vínculos humanos, las relaciones entre las personas desaparecen en el trabajo pero también en la vida social, en las ciudades y en los hogares. El individuo se convierte en el engranaje de una inmensa maquinaria. Pierde el sentido de su trabajo y de su existencia”.
Será necesario que ambos sistemas consigan vencer, cada uno a su manera, este fenómeno de deshumanización. Cuando lo logren, tal vez encuentren la manera de acercarse mutuamente. ¿Qué es realmente la democracia? ¿Dónde comienza, dónde termina? ¿Cuál es su verdadero rostro?. Si el fin del hombre es la vida buena, entonces el bien comienza a construirse desde su propio enunciado y el discurso es suficiente para enjuiciar y distinguir el bien y el mal.

El poder de los sin poder, como señala Correo de la Unesco, fue uno de esos libros medulares, donde Havel contribuye a la comprensión del desastre que representó la construcción del socialismo en Europa del Este.  Se basa en la autenticidad de los movimientos sociales que le dieron origen, lo cual legitimiza su permanencia en el poder mediante un grupo de principios comunes y una red de instrumentos de manipulación que le aseguran una estabilidad extraordinaria. El autor se detiene en el amplio y difícil camino de la liberación personal y en  la necesidad de una revolución espiritual para emprender la reconstrucción moral, a fin de poner al poder en servicio del hombre y no a la inversa. 

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