Papel de Arbol

martes, 18 de septiembre de 2012

ATALAYA:LA I FEDERACION DE MJUERES AMAZONICAS

Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16, Madrid
http://eltiempo.pe/2012/09/20/nace-primera-federacion-de-mujeres-amazonicas/
Las poblaciones nativas no solo presentan reclamos sino propuestas para construir ciudades y sociedades con mejor futuro. El 6 y 7 de julio, el “Congreso Amazónico de Mujeres de Todas las Sangres” en Atalaya, Ucayali, decidió crear la primera Federación de Mujeres de Todos los Pueblos de la Amazonía – FEMUTPA, informa Gladiz Sulca Huanhuyo, la flamante presidenta.  

Por unanimidad, la asamblea declaró a Atalaya  “El Ombligo de la Amazonia para el Pulmón del Mundo”, porque es una ciudad donde confluyen los ríos de Urubamba,  Tambo y  Ucayali para  alimentar el Amazonas.

La principal bandera de la organización es trabajar por el desarrollo amazónico con equidad de género e igualdad de oportunidades. Este concepto incluye la educación intercultural bilingüe, propuesta que  posibilitará el reforzar  la identidad  cultural y la capacidad para acceder a la justicia y a los servicios del   Estado en correspondencia al esfuerzo de siglos de los pueblos amazónicos  para proteger la riqueza  que posee la Amazonía.

El  viceministro de Poblaciones Vulnerables, Julio Rojas Julca,   en diálogo con los pobladores Asháninkas, Yine Yami, Shipibos, Conibos, Machiguengas,  entre otros,  considera que  el  Estado tiene como objetivo reducir la pobreza y lograr una mayor inclusión social en el país: “El Estado Peruano le tiene pendiente  a los pueblos indígenas una deuda histórica por remediar”.  Por ello,  en ceremonia pública pidió disculpas por las promesas incumplidas de  gobiernos pasados.
Tal compromiso  siendo inmenso, crea grandes  expectativas, porque  más de cuatro millones de personas (16% de la población del país)  sufren  exclusión social por residir en el ámbito rural,  por ser jefe de hogar o cónyuge con primaria incompleta, lengua materna originaria y condiciones de pobreza.
El   Ministerio de la Mujer y Poblaciones VulnerabIes, a cargo de la jurista Ana Jara,   busca garantizar una vida libre de violencia, generar condiciones para la eliminación de la discriminación y la brecha de desigualdad. Asimismo, fortalecer los servicios que brinda este sector a través del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual, el Programa Nacional Integral para el Bienestar Familiar, desde el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad.
En consecuencia,  exige esfuerzos compartidos, entre una eficiente gestión pública y la participación activa de la población. Así se podrá   asegurar  una adecuada nutrición infantil, promover el desarrollo infantil temprano, desarrollar competencias para la vida, y promover la inclusión económica.
El acalde provincial  de Atalaya, Francisco de Asís Mendoza de Souza,     saluda a la flamante Federación. Tal actitud es bienvenida porque el desarrollo encuentra su base en el gobierno local, institución cuyas   primeras raíces están en  la comunidad preinca, que se prolonga en  el cabildo  europeo y ahora en los municipios con autoridades elegidas democráticamente y, articulados a las regiones y al poder  central.
El II Censo  de la Amazonía Peruana 2007 indica que en el pueblo étnico Asháninka, fueron censadas 411 comunidades.  Actualmente, con la exploración de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis se presentan nuevos riesgos para la sociedad Asháninca.  La Federación  de Mujeres Amazónicas propone el  diálogo con las grandes empresas de la zona para encontrar respuestas y soluciones a los problemas ambientales.
En el año 2050, las comunidades nativas, consideran que habrá guerra por el agua. El cambio climático debe ser visto  en los  desbordes de los ríos, que a la fecha afectan seriamente a pueblos enteros y sus  chacras.  Hace pocos meses el rio alto Ucayali  creció hasta 7.30 metros de altura y se desbordó, produciendo daños a varios distritoa de la provincia de Atalaya. 

BREVE HISTORIA
Las crónicas del virreinato  hablan de  que los franciscanos y dominicos  fueron quienes  comenzaron a establecer reducciones para facilitar la catequización de los Asháninka, a la vez  que se apropiaban  de su fuerza laboral.  Los misioneros fundaron Ocopa y  varias decenas de centros  con mayoría de Asháninka, de los cuales el más importante era el del Cerro de la Sal.
La colonización  se interrumpió  a fines del siglo XVIII por las epidemias,  y la rebelión de Juan Santos Atahualpa, logró agrupar a Asháninka, Piros, Amuesha, Mochobo, Simirinche y Shipibo - Conibo para luchar contra el poder colonial.
Durante casi cien años, la Selva central permaneció cerrada para los colonos y misioneros. La segunda mitad del siglo XIX, marca el segundo proceso de avance sobre territorio Asháninka. El hecho más dramático  sucedió en la zona del Perené.  Según  un informe de INEI tomado de la población de  Caquinte,   la aparición de la Peruvian Corporation,   que  se benefició con  500 mil hectáreas de tierras a orillas de los ríos Ene y Perené, condujo a las poblaciones Asháninkas y Amuesha en esclavas de dicha empresa.
A partir de la segunda década del siglo XX  fueron los misioneros adventistas que iniciaron un trabajo  de catequización en esa zona, que fue  continuado  en 1950 por el Instituto Lingüístico de Verano (ILV).
En 1965, los Asháninkas, se vieron envueltos  en la violencia generada por los enfrentamientos entre las guerrillas de la  Izquierda Revolucionaria y el ejército peruano. En 1974, la Ley de Comunidades Nativas  otorgó a los pueblos indígenas garantías sobre sectores del territorio tradicional
Entre 1986 y 1996, los Asháninkas fueron víctimas de la violencia de Sendero Luminoso, del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y de las acciones antisubversivas de las fuerzas armadas.  Los pobladores tuvieron que migrar, como sucedió con  Renacimiento Asháninka y  Pankirentsy, en el departamento de Madre de Dios. Actualmente, con la exploración de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis se presentan nuevos riesgos para la sociedad Asháninka.
Organizar el  Congreso de Atalaya no fue tarea fácil, considerando la dispersión demográfica, la complejidad del territorio  y la escasez de recursos que implica una convocatoria de tal naturaleza.  Sin embargo, al encuentro  asistieron  centenas de lideres, delegados de numerosos distritos y poblados, autoridades locales y regionales,  de empresas privadas que explotan petróleo,  de la Federación Cuenca del Rio Urubamba, Unini, Inuya y Mapuya – Urubamba y  diferentes enlaces con los  programas sociales que viene impulsando el Estado.




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