Publicado, agosto 21 2012 en El Peruano y la Agencia Andina
http://www.andina.com.pe/espanol/opinion/noticia.aspx?id=425247
Este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) retoma su interés por llamar la atención sobre los productos de los Andes, con énfasis en la quinua, producto catalogado como uno de los cereales más nutritivos del mundo.
"La quinua se perfila como un nuevo cultivo para el Sistema de Apoyo a la Vida Ecológica de la NASA, que utiliza las plantas para extraer el dióxido de carbono de la atmósfera y generar alimentos, oxígeno y agua para las tripulaciones espaciales”.
En América Latina nos preguntamos: ¿por qué el hambre y la desnutrición crónica infantil continúan siendo graves problemas sociales, si la región cuenta, desde tiempos inmemoriales, con una rica variedad de alimentos nativos de bajo costo y de alto poder nutritivo? En el caso de la quinua, que abunda en toda la Cordillera andina, este cereal se perfila como un nuevo cultivo potencial para el Sistema de Apoyo a la Vida Ecológica de la NASA, que utiliza las plantas para extraer el dióxido de carbono de la atmósfera y generar alimentos, oxígeno y agua para las tripulaciones espaciales.
Las respuestas son múltiples y claras. América Latina constantemente ha sido proveedora de especies alimenticias nativas que se han extendido en los mercados, convirtiéndose, a la vez, en ingresos de pocas empresas que siguen dominando el comercio mundial de alimentos.
El colombiano Germán Arciniegas reflexiona acerca de los cambios en su dieta alimentaria que tuvieron que adoptar las primeras expediciones de conquistadores que llegaron a América a partir del primer viaje de Colón: "Piensen ustedes en el establecimiento de un español en la isla La Española. Ellos viajaron solos, convivieron con las mujeres nativas, y la comida que trajeron –una cantidad de trigo, lo que cabe en un talego, unos biscochos, un poco de carne en tasajo y una botella de vino y queso– se les acabó, y tuvieron que comer yuca, huevos de iguana, granos de maíz, tomates..., que los aborígenes habían logrado con su cultura en siglos de experiencia".
Garcilaso habla de los primeros intentos frustrados de introducir la quinua en Europa. Nada volvió a saberse hasta los años de la Primera Guerra Mundial, cuando en Checoslovaquia y en el cantón de San Gall, en Suiza, se hicieron exitosos cultivos. Pero nuevamente ese interés pasó al olvido.
En el siglo XXI a la llamada "pobreza estructural", que tiene viejas raíces, se ha sumado la "nueva pobreza", consecuencia de los deterioros socioeconómicos en las condiciones de vida de las clases medias de la región, las que se han visto obligadas a incluir en su dieta más alimentos nativos.
Existe, sin embargo, un fenómeno contrario. La migración rural hacia las ciudades ha determinado la modificación de la composición de la canasta alimentaria, sustituyendo los alimentos nativos por productos agroindustriales como pan y fideos.
Así la quinua es un alimento que se conoce en el 100% de los hogares populares y poco entre las familias de altos ingresos.
En la década de 1990, la Unión Europea aprobó el proyecto "Quinua: un cultivo multipropósito para la diversificación agrícola de la CE". Se hicieron ensayos de campo en Inglaterra, Dinamarca, Holanda, Italia, Suecia, Polonia, además de pruebas de laboratorio en Escocia y Francia.
La quinua, según una encuesta de la Asociación de Exportadores del Perú (Adex), 1996, se encuentra en el cuarto lugar de los productos andinos de ocho productos consumidos. La papa ocupa el primer puesto (100 %) en todos los niveles, seguida por el olluco y las habas.
Máxime Kuczynski Godard (Berlín, 1890-Lima, 1967) difundió el concepto de medicina social, que hoy abarcaría muchas disciplinas. Este profesor llegó a la convicción de que las vacunas y el uso de antibióticos eran el camino para acabar con los flagelos de la humanidad. Convencidos de ello, la mayoría de científicos dejó de lado el estudio de las condiciones de vida de las poblaciones. Si bien aparecieron notables investigaciones acerca de las relaciones entre salud y sociedad, no se puso énfasis en los "100 siglos de pan de los Andes", que investigó, por ejemplo, el médico Fernando Cabieses.
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