En los EEUU solo existen
16 mil plazas de trabajo para cien mil doctores – PhD -- graduados. Si esa es la cruda realidad en la
primera economía del mundo, en América Latina es más dramática, peor aún si el
graduado exhibe alguna especialidad en Humanidades. La educación superior se enfrenta a una
crisis sin precedentes. La recesión de la economía, que aborta en el 2008 en los EEUU se ha extendido al
mundo, incluyendo en la educación superior,
cuyas consecuencias ya se ven con los recortes en los fondos públicos de la Academia
Norteamericana y Europea.
Pareciera que es una buena noticia que cada vez haya más
doctores en ciencia, tecnología e ingeniería. Pero hay razones para la cautela. Un crecimiento
ilimitado podría diluir la calidad de los doctorados. Los doctores que se
incorporan a una universidad, viven de otras actividades, y ejercen la docencia solo para mantener el prestigio
social.
Los doctores más brillantes ya no son la élite de las
instituciones académicas y deben ocupar puestos de pos doctorado mal pagados
entre cinco y diez años antes de encontrar un puesto académico permanente, si
lo encuentran, señala un estudio de la academia española.
Esta carrera de obstáculos desilusiona a muchas mentes
brillantes que acaban en puestos laborales para los que están sobrepreparados. La
educación superior, se ha convertido en el negocio especulativo más rentable,
donde hay relativo espacio para docentes improvisados, y el déficit de la
calidad es encubierta por una costosa e intensa publicidad engañosa.
La privatización de la educación iniciada en varios países de
América Latina en la década del noventa ha provocado la aparición de numerosas e
improvisadas universidades. En países como el Perú, los informes de la Asamblea Nacional de
Rectores y la CONEAU - SINEACE (Consejo y Sistema Nacional de Evaluación,
Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior
Universitaria) revelan más de una
sorpresa en cuanto a la calidad en los procesos, servicios y resultados de la
Educación- Superior. La mayor parte de
las irregularidades tienen su origen en
el aprovechamiento del poder político en el Congreso para conseguir la creación
de la universidad y el carácter feudal, de capilla
provinciana, que tienen los “académicos” que gozan de un espacio en campus universitario.
El conflicto del Vaticano con la Pontificia Universidad Católica del Perú, sin
duda profundiza la crisis de la Universidad y el espacio para los doctores.
La propuesta de un Rector Interino por
parte de un sector de docentes de la PUCP significa que el modelo vigente no
tiene el soporte social de décadas atrás.
Los latinoamericanos
graduados en universidades del exterior se han visto obligados a retornar a sus países
de origen. Pero la incorporación al trabajo académico es nula. Si los doctores solicitan
algún puesto en el aparato público la burocracia empírica boicotea cualquier competencia.
Profesionales que han
vivido esta experiencia dan cuenta de las modalidades de engaño. Las más frecuentes son las convocatorias
abiertas, mecanismo que facilita acumular Hojas de Vida documentadas. ¿Qué ocurre luego?. Los documentos son utilizados para aparentar calidad de la organización convocante y para someterse a
supervisiones oficiales poco serias.
En el mundo actual de nada sirve un doctorado cuando no hay
puestos de trabajo para los doctores. Hasta
mediados de los años noventa obtener un
doctorado en los EEUU o Europa era una garantía para iniciar una prometedora
carrera investigadora. A mediano plazo todo doctor obtenía un buen puesto de
trabajo académico en una universidad o en un instituto de investigación o el
departamento de I+D de una gran empresa.
Ahora las formas han cambiado. Hay demasiados programas de
doctorado produciendo demasiados doctores para un mercado laboral limitado. Muchos
doctores no pueden desarrollar una carrera académica o investigadora. Voces
esclarecidas indican que la crisis durará muchos años y es el momento de
replantearse para qué sirve un doctorado. Sin embargo, los pueblos, presuntamente en marchas por las calles, demandan más universidades, al mismo tiempo que profesores honestos denuncian la demanda por conocimientos de cómo burlar una ley, por ejemplo del sector construcción, para acelerar el proceso edificatorio urbano. En la praxis, esta demanda ha sido atendida por el Congreso de la República en el 2007, con la licencia automática, potestad que aún goza un gobierno municipal, sin la mínima capacidad técnica.
A CAMBIAR EL MODELO
Una respuesta al desastre de la modernidad provocado por el extremismo
liberal, es el renacimiento de la “Marea Rosada” de los años sesenta, cuyos
resultados y proyecciiones se aprecian en los actuales gobiernos de Bolivia, Ecuador,
Brasil y también de los EEUU, apoyados por movimientos sociales con optimista
vigencia en las próximas décadas, señaló hace dos años, en breve síntesis, el escritor norteamericano
John Beverley, de la Universidad de
Pittsburgh, especialista en el tema de la modernidad latinoamericana, fundador
del proyecto de estudios culturales en los EEUU desde una óptica intensamente
crítica y renovadora.
El mundo tiene muchos
problemas y tiene un montón de gente con una formación académica excelente para
resolverlos. La mayoría de los países, convencidos de que la educación superior
y la investigación científica son claves para el crecimiento económico y la
prosperidad, están ampliando la educación doctoral.
El sistema de educación doctoral “medieval” no es sostenible
y debe ser reformado. Hay muy pocos puestos de trabajo para personas que han
consumido más de diez años de su vida en su formación predoctoral y posdoctoral.
No existe ninguna universidad
latinoamericana, salvo la Autónoma de México, que figura en el ranking de las
mejores academias del mundo. La Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad
Nacional de Ingeniería del Perú ocupa el primer lugar en la Región.
Muchos de estos investigadores son “clones” de sus “jefes”
(directores o supervisores): hacen bien lo que sus mentores hacen bien. El
problema es que cuando los estudiantes terminan su formación no encuentran un
puesto de trabajo académico similar al de sus mentores porque no hay una oferta
suficiente de puestos vacantes.
En España, por ejemplo, los programas de doctorado no están
diseñados para formar a doctores que abandonen la investigación una vez hayan
defendido su tesis. Son programas de doctorado demasiado especializados e
irrelevantes para el mundo laboral más allá del académico.
Según Mark Taylor los doctorados tienen que ser más
multidisciplinares y muchos programas de doctorado deben ser eliminados si no
son adecuados o son redundantes. Son decisiones difíciles que deben tomar los
administradores de las universidades. Para facilitar el cambio, las
universidades deben desarrollar estructuras y procedimientos que fomenten la
cooperación. Ello les permitiría compartir los profesores, estudiantes y
recursos, y aumentar de manera eficiente las oportunidades educativas.
El número de doctores en ciencia se incrementado casi un 40%
cada año entre 1998 y 2008 en los países miembros de la OCDE (Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos). En algunos países, incluyendo
Estados Unidos y Japón, la oferta de doctores ha sobrepasado la demanda y,
aunque pocos doctores terminan desempleados, no está del todo claro si merece
la pena pasar tantos años para conseguir un alto nivel de calificación para
luego ocupar un puesto de profesor de enseñanza secundaria, por ejemplo.
En otros países, como China e India, la economía se
desarrolla tan rápido que pueden colocar a todos sus doctores e incluso
incorporar otros allende sus fronteras. Solo en unos pocos países, entre ellos
Alemania, se ha resuelto con éxito el problema redefiniendo la tesis doctoral
como requisito para la formación de altos cargos en las empresas y adaptando
los programas de doctorado de forma adecuada.
Un dato importante en España es la falta de etapas
intermedias en la investigación. Todos los departamentos están llenos de profesores
y becarios, pero no hay investigadores postdoctorales lo cual es un atraso.
Esto por un lado provoca un sistema muy ineficiente, porque los becarios no
tienen gente joven con la que colaborar y por otro lado provoca la famosa “fuga
de cerebros” cosa que no sería mala si atrajéramos profesionales de fuera, pero
al no ofertar estas plazas pocos son los que quieren venir.
El problema no está tanto en la formación en sí misma, sino
en la propia estructura del capitalismo no planificado. Bien podría aprovecharse
el talento de la gente para que forme su propia empresa, aumente el valor de
sus productos y fomente el consumo al mismo tiempo que aumenta el poder
adquisitivo de sus empleados.
Sin embargo, el liberalismo no tan neoliberal busca el
estancamiento de las empresas en su crecimiento. Lo neoliberal supone reconocer
unas reglas que permitan que el talento genere nuevas empresas; aunque supongan
una competencia a las que ofrecen más impuestos. Esta competencia no sería
desleal, y las universidades podrían estar orientadas a la creación de empresa.
De esta forma se podría hablar del crédito avalado por el estado, por parte de
aquellos trabajos que fueron aceptados con la suficiente oficialidad. De lo
contrario no seríamos más que unos falsos al decir que los doctorados están
infravalorados en sus puestos de trabajo.
Un doctorado que debería dar más
oportunidades laborales, hoy te las
quita. La única opción es la academia. El título de doctor casi no cuenta en
ningún tipo de oposición y ni las universidades reconocen ese título como
válido.
Analistas europeos, indican que en España no hay verdaderos empresarios, “sino
gente semianalfabeta que tiene dinero para montar empresas”, ven al doctor como
un tipo raro que en cualquier momento les puede dar problemas al propietario
del negocio, así que algunos incluso quitan el título de su curriculum.
Uno de los problemas de la gente que se mete en el mundo
académico es precisamente ignorar el mercado laboral, e incluso ignorar sus propios
derechos laborales“Los doctorados están infravalorados en sus puestos de
trabajo ”CULTURA”
*Algunas consultas más: “Fix the PhD,” a través de las investigaciones
de Mark Taylor, “Reform the PhD system or close it down”. David Cyranoski, Natasha Gilbert,
Heidi Ledford, Anjali Nayar, Mohammed Yahia, “Education: The PhD factory. Alison McCook, “Education: Rethinking PhDs.
Fix it, overhaul it or skip it completely”. Peter Fiske, “What is a PhD really
worth?”. Raymond Gosling, Cheryll
Tickle, Steve W. Running, Yao Tandong, Andras Dinnyes, A. A. Osowole, Erika Cule,
“Seven ages of the PhD”estar orientadas a la creación de empresa.
*http://papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com/2010/05/la-marea-rosada-en-america.html.
John Beverley, Universidad de Pittsburgh, especialista en el tema de la
modernidad latinoamericana, fundador del proyecto de estudios culturales en los
EEUU desde una óptica intensamente crítica y renovadora. Entrevista Jorge Zavaleta Alegre- Semanario
Cambio16-Madrid.
Jorgez.1944@yahoo.es
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