Papel de Arbol

sábado, 5 de mayo de 2012

JOSE MARIA SALCEDO RETORNA A ESPAÑA


Jorge  Zavaleta Alegre. Columnista de CAMBIO16-Madrid.-
El reciente informe de la ONU sobre la deficitaria felicidad en países como el Perú no debe sorprendernos. La guerra civil ha sido una constante histórica, alentada casi siempre desde fuera, inclusive entre  comunidades  que habitan  ancestrales y diversos paisajes.
Existe literatura de alta calidad sobre este tema, ocultada por los  “dueños” del país,  que crearon una engañosa sociología del hombre latinoamericano, como una imagen territorial estática, prototipo de todos los males sociales, de su  pereza y escasa imaginación.
Una respuesta lúcida viene de José María Salcedo. Natural de Bilbao,  llegó a Lima en 1951, a los cinco años de edad,  en compañía de sus padres. El es un notable escritor - autor de numerosos ensayos, libros, documentales, películas (Ashánnika y Amazónico soy) y programas de radio y televisión, desde RPP, la más grande emisora del Perú - que  nos explica las razones de un Perú marcado por la tristeza, la angustia, la urgencia y la desesperanza. Y al mismo tiempo  la voluntad férrea para superar  la agresión del paisaje y de un Estado distante de la inmensa y laboriosa  mayoría que extrae la riqueza  natural de El Dorado para la exportación.
Ruidos (Editorial Tierra Nueva-Iquitos), es la más reciente obra de José María Salcedo, donde el autor es atrapado por el fantasma del ruido, una forma de tinnitus o acúfenos  que lo acompañará hasta el fin de sus días. “Cuando más siento esos fantasmas sonoros es cuando el silencio me rodea”.         
Tal expresión es una metáfora presente en cada una de las páginas, al igual que en sus anteriores entregas “El Libro de las sospechas”  o “El vuelo de la bala” sobre los secretos del poder. Es una síntesis de sus múltiples vivencias en todas las regiones del país y  fugaces visitas a  los cinco continentes.  Su paso por  Tayikistán (1987)  cerca de las fronteras de Afganistán, en  la entonces república soviética, constituye  la carátula de Ruidos: un musulmán que se cubre los oídos para llamar a los fieles de la mezquita, mientras el autor  graba  el mensaje (Foto Carlos Domínguez).  Tal experiencia soviética de 60 años de socialismo frustrante, la traslada a la comunidad de Uchuraccay, desde donde se extendió una guerra civil entre comuneros, alentados por  la violencia senderista y el  militarismo.    
El barrio de los tres niños es una recreación de su infancia en Miraflores, con dos de sus amigos ayacuchanos, amistad  cuestionada por una vecina, dolorosa y  errada manifestación de la sociedad, que su madre rechazó. José María, recuerda a su madre con una frase eterna: “Debí  escribirle menos y abrazarla más”, destacando el estoicismo  y la abnegación de su padre cuidándola las 24 horas del día. No hay página que no atrape al lector. Nos hablan del  ciego en busca de su amigo José María Arguedas, de la violencia y los medios de comunicación, desde el  vientre de la ballena, cincuenta años de choledad en diez escenas,  la papa nativa   en el planeta, su pasión por el fútbol, el “container” de la muerte y  el drama de la migración. Es un libro de ruidos, una vívida reflexión  sobre el Perú.

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