Papel de Arbol

martes, 3 de abril de 2012

BONDADES Y EMBUSTES DE LA COOPERACION INTERNACIONAL


Jorge Zavaleta Alegre. Cambio16-Madrid.-
Las grandes financieras que gozaban de prestigio en la comunidad internacional han caído con la crisis global, generando consecuencias imprevisibles.
La reconstrucción de esas instituciones demora, y en este empeño lo más difícil será rescatar los principios éticos que animaron a los fundadores de la cooperación, después de la II Guerra Mundial, para compensar los desniveles entre países altamente tecnificados y los exportadores de materias primas.
Diferentes estudios indican que la cooperación no reembolsable es cada vez menor, pero la gravedad no radica allí, sino en la repetición del destino de fondos, el desorden y la falta de coherencia entre proyectos, cuya revisión y planeamiento permitirían mejores resultados.
La oposición a esta política de concertación no proviene de entidades conocidas por sus valiosos aportes sino de asociaciones lucrativas de origen cuasi informal. Algunas referencias, pueden servir para entender cómo se violenta o se burlan instancias de la formalidad, que finalmente socavan la institucionalidad democrática.
En la década de los noventa, el principal directivo de la financiera CLAE, (pirámide que acabó con los fondos de miles de ex empleados que el fujimorismo dejó en la calle), logró en Washington DC una breve entrevista con el entonces presidente del BID, Enrique Iglesias, fotografía que fue utilizada en la prensa para sostener que esta frágil y delictiva pirámide contaba con el respaldo de dicha multilateral. El BID tuvo que desmentir tal artimaña.

Hay otras organizaciones que vía improvisados talleres u otras actividades sin mayor sustento, ofrecen saludables ciudades en diferentes provincias. Por ejemplo acabar con la contaminación de las aguas del Titicaca. Directivos de Ong no tienen reparos para presentar fotografías y videos junto con líderes ecologistas como Clinton, Al Gore, el secretario general de la ONU y artistas famosos. “Quién podría dudar que la sonrisa triunfadora, entre montañas de basurales, de un beneficiario (a) de fondos externos, que promete inviables proyectos ambientalistas”. Basta escuchar a los incautos y presuntos beneficiarios de la cooperación internacional. Sufridos recicladores de las calles o angustiadas madres de familia acuden por un mínimo apoyo a las sedes de ciertas ONG y no encuentran ninguna voz amiga. Similar frustración ocurre con los publicitados centros de escucha de prevención de drogas, cuyos promotores utilizan sus cargos para alcanzar altos cargos públicos.


Años atrás, otra institución convocó a un foro nacional anunciando la visita del vicepresidente Al Gore al cual asistiría también el jefe de Estado peruano. Hubo disculpas por ambas ausencias, y el expositor principal era un comerciante de alfombras “ecológicas” que pretendía vender a las empresas públicas.


El periodismo debe ser más vigilante. No a los publirreportajes, porque muchas de las entidades receptoras de cooperación dominan los procesos burocráticos y los marcos lógicos de los proyectos, y de ese modo facilitan la tarea del donante.
Además el pez grande se come al chico. Hay una especie de selecto grupo de negociadores de cooperación que vive entre foro y foro internacional. Pues el acceso a una fuente financiera establece prerrequisitos que excluyen a las nuevas entidades. Las iniciativas en manos juveniles no abundan. Sus gestores se ven obligados a asociarse a otras, solo para obtener el padrinazgo y compartir fondos.


La Agencia de Cooperación Técnica Internacional-APCI del Perú tiene la finalidad de articular a los diversos actores públicos, privados y de la sociedad civil alineados a las políticas de Estado, con enfoque descentralizado, eficiencia y transparencia y asociada a la lucha contra la pobreza y el fortalecimiento de la democracia.
La cooperación internacional no reembolsable ya no debe atender un esquema asistencialista de épocas anteriores. Hoy la tecnología puede construir imágenes erráticas y al mismo tiempo ofrece posibilidades de corregir transgresiones. APCI presenta en su web oficial 60 fuentes de cooperación.
La base real de la competitividad radica en ubicar en el mercado buenos proyectos y programas, y garantizar las condiciones de ejecución, seguimiento, evaluación y sostenibilidad. El paradigma de la comunidad de donantes concibe ahora al sector privado como un elemento básico del desarrollo, con la supervisión y vigilancia ética de las instituciones públicas.


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