El
Domingo 16 de enero del 2011, a las 3 de la tarde, en el Parque del Recuerdo de Lurín,
fue sepultada la la pintora española Teresa Mestres Planas. Dejó una
extraordinaria obra de amor al Perú, que según deseo personal debía ser donada al Museo de Arte de Lima.Teresa conocida como La Niña de la Guerra, llegó a Lima a fines de los años treinta como exiliada.
Teresa partió desde el Velatorio del Hospital Rebagliati, acompañada de un reducido grupo de amigos, pero nadie podría imaginarse que su obra artística haya pasado a la comercialización en el mercado negro, y cuya promoción se realiza electronicamene sin identificacion del vendedor. Otras de sus obras han sido expuestas en una galería de la Avenida Benavides, sin autorizacion del grupo de amigos.
Los amigos de Teresa, que realmente conocen de su obra y sus relaciones familiares con España, presumen que en esa comercialización informal estarían personas inescrupulosas que conocen muy bien la dinámica de este mercado, según informa un primo cercano de Villanova i La Geltru que ha venido a Lima para tomar contacto con el Ministerio de Cultura, el Mali y la embajada de España en Perú y conseguir el cumplimiento del deseo de Teresa Mestres.
La comunidad de pintores y artistas empezando por sus mas cercanas discipulas del Taller Mestres, siguen expresando su admiración por la valiosa creación plástica de Teresa. La ultima exposicion fue el verano del 2010, en la Galeria Luis Miro Quesada de la Municipalidad de Miraflores, convocada por la Unión Euroepa, cuando España ejercía la presidencia, como homenaje al 175 años de fundacion de Lima.
http://cultural.argenpress.info/2009/10/plastica-teresa-mestres-la-nina-de-la.html
Plástica: Teresa Mestres, la niña de la guerra
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Teresa partió desde el Velatorio del Hospital Rebagliati, acompañada de un reducido grupo de amigos, pero nadie podría imaginarse que su obra artística haya pasado a la comercialización en el mercado negro, y cuya promoción se realiza electronicamene sin identificacion del vendedor. Otras de sus obras han sido expuestas en una galería de la Avenida Benavides, sin autorizacion del grupo de amigos.
Los amigos de Teresa, que realmente conocen de su obra y sus relaciones familiares con España, presumen que en esa comercialización informal estarían personas inescrupulosas que conocen muy bien la dinámica de este mercado, según informa un primo cercano de Villanova i La Geltru que ha venido a Lima para tomar contacto con el Ministerio de Cultura, el Mali y la embajada de España en Perú y conseguir el cumplimiento del deseo de Teresa Mestres.
La comunidad de pintores y artistas empezando por sus mas cercanas discipulas del Taller Mestres, siguen expresando su admiración por la valiosa creación plástica de Teresa. La ultima exposicion fue el verano del 2010, en la Galeria Luis Miro Quesada de la Municipalidad de Miraflores, convocada por la Unión Euroepa, cuando España ejercía la presidencia, como homenaje al 175 años de fundacion de Lima.
http://cultural.argenpress.info/2009/10/plastica-teresa-mestres-la-nina-de-la.html
jueves, 1 de octubre de 2009
Plástica: Teresa Mestres, la niña de la guerra
Jorge Zavaleta (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURATrágica
Trágica verdad. Las guerras dejan lecciones para nunca renunciar a la paz.
Teresa Mestres Planas, niña víctima de la guerra civil española, dejó,
junto con sus padres, su natal Villanova i La Geltru, para transitar por
América y sufrir los avatares del exilio. Sin embargo, se convierte,
con su poderosa imaginación y agudo pincel, en una de las mejores
intérpretes del arte hispanoamericano, ahora admiradora del boom
artístico que emerge de amplios sectores populares.
Sus
creaciones reconocidas en diversas latitudes, enriquecen galerías
privadas y públicas de Europa, América y Austria, incluyendo el Palacio
de la Generalitat, Barcelona. Es la única pintora de América, que estuvo
presente en el homenaje a Antonio Gaudí (Barcelona, 2006). Se espera
con expectativa la próxima muestra del Taller que lleva su nombre, en el
Centro Español de Lima.
Teresa
Mestres, como en la famosa novela América de Kafka, encontró en el Perú
su fértil valle de Oklahoma, después que su padre, Pedro Mestres,
canciller de la Generalite de Cataluña, su madre y ella, arribaran a
Nueva York desde el puerto Havre e iniciaran su peregrinaje por Cuba,
México, Argentina, Brasil y Perú, hasta convertirse en activo miembro
fundador del Consejo Mundial de Autores Plásticos, entre otros méritos,
que la prensa especializada le reconoce.
Pedro
Mestres, ingeniero de profesión, se dedicó a asesorar e instalar
fábricas de papel a partir del bagazo de la caña de azúcar. En La
Habana, el Che Guevara le pidió transferir a la revolución las acciones
de la planta que había levantado con inversionistas extranjeros y
locales. En Argentina, el peronismo no le prestó mayor atención a la
agroindustria del bagazo, a diferencia de los barones del azúcar de los
valles norteños del Perú que necesitaban innovación técnica y social en
sus trapiches.
Esta
niña de una guerra que expulsó a múltiples espíritus ilustres en artes,
ciencias, literatura, filosofía y otras vertientes liberales como se
diría en el Medievo, encontró en Lima un atractivo clima para continuar
sus estudios, conocer el exagerado y aburrido halago en los salones de
la oligarquía, hasta renunciar al matrimonio convencional y optar por la
creatividad sin corsé.
Estudió
química y literatura en Argentina y Perú; y arte con Teodoro Núñez
Ureta, connotado representante de la plástica nacional. Y hoy no cesa de
volcar sus conocimientos de artista a otras generaciones. Una fructífera
lección se aprecia en el grupo multinacional del Taller que lleva su
nombre y ha creado un estilo, integrado por la lingüista
brasileña-japonesa Ritsuko Shima de Yoshimoto; la pintora chilena
Valeria Susti; la peruana July Balarezo Alayo, profesora de
Historia; y Lucy Gutiérrez Dongo, joven lingüista que interpreta el arte
y los dialectos de las comunidades amazónicas.
“Diría
que no hay rama del arte que no haya explorado: sus briosos caballos de
paso, ya sean en acuarela, óleo o pastel, gozan de una belleza
incomparable; sus bodegones son magníficos, a veces muestran frutas que
ya quisiéramos saborear al instante. Así es la pintura de Teresa:
vehemente, pura, sublime..., comenta a su alumna July Balarezo, con
quien habla de la soledad, filosofía que la anima en su cotidianidad, y
que le recuerda a Lope de Vega y su genial poema: “A mis soledades voy,/
de mis soledades vengo,/porque para andar conmigo/me bastan mis
pensamientos”
Teresa
sostiene que la libertad, es una forma de egoísmo que si no se usa bien
puede herir a muchas personas. “La independencia es una responsabilidad
y un sacrificio, aún más cuando no se dispone del dinero suficiente, ya
que el dinero es una forma de esclavitud”
Señala
que las galerías de arte están cerrando y que los centros culturales
tomaron la posta. “Ahora todo vale. La originalidad y el atrevimiento
llaman la atención. Las masas compran lo que la propaganda le sugiere.
La tecnificación está inundando todos los planos del arte y la vida de
las personas. Y justamente, ha surgido un campo muy competitivo y, el
pueblo va imponiendo su arte, su manera de perennizarse por medio de la
artesanía. Es el nuevo boom. Todos queremos trascender de algún modo”.
TALLER MESTRES
La
obra docente de Teresa se conoce en diversos talleres de Lima, como la
galería Borkas, La Hispania, Reducto, y ahora en el estudio que lleva su
nombre, presenta a su excelente grupo multinacional:
Ritsuko
Shima: Recuerda que su padre - uno de los pioneros japoneses
inmigrantes al Brasil, que trabajó en los alrededores de Sao Paulo,
marcó su vocación por la pintura. Su progenitor, en las noches de luna
llena, pintaba y escribía haikus, en láminas de papel de arroz. La
pintura le sirve como medio de comunicación con sus ancestros, y la
posibilidad de volcar lo mejor de sí. Sus lienzos son de colores muy
intensos y representativos de su cuna del Imperio del Sol Celeste.
July
Balarezo: Conoció el arte desde muy niña, cuando en Chiclín, a cuarenta
kilómetros de Trujillo, se formaba una pinacoteca representativa del
norte del país y el primer museo precolombino, hoy Museo Larco de Lima.
Con sus estudios de historia, el ejercicio de la docencia y su
infatigable estudio de la literatura y cine, llega al Taller Mestres
para interpretar, principalmente, con motivos abstractos, una visión
lírica del mar, los poblados cordilleranos y las caletas donde se
conjugan algunos de sus personajes.
Valeria
Susti: Formada en el Museo de Arte de Lima, ahora profesora de
acuarela, es también una apasionada organizadora y promotora de
Concursos de Caballos de Paso, actividad que la acerca más a la
naturaleza fresca, cubierta de rocío y encanto cotidiano. Ha participado
en 46 exposiciones entre Perú y Honduras, como en Noche de Arte en la
residencia de la embajada de EU en Perú y otros exigentes escenarios. Su
creación incide en los corceles, chalanes e indumentaria, cuya crianza
se ha convertido en evidente sincretismo iberoamericano.
Lucy
Gutiérrez: Acuarelista, lingüista egresada de la Universidad Católica
del Perú, editora de “La Niña de la Guerra”, autobiografía de Teresa
Mestres, ha decidido aprender algunas lenguas amazónicas, labor que
enriquece su arte pictórico y literario y su creciente interés por
conocer el rico y emergente país multicultural y multiétnico, ignorado y
violentado secularmente.
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