Papel de Arbol

lunes, 3 de agosto de 2020

LA HABANA Y SU LEAL CUIDADOR








En el 2013 cuando se aprobó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, Cuba
estaba dándole continuidad a su larga e intensa participación en Cumbres Mundiales,
Internacionales y Regionales sobre diversos temas y que en el caso de las de Población datan
desde principios de la década del 70 del pasado siglo cuando lo hizo en la Conferencia Mundial
de Población de Bucarest, Rumanía en 1974.
Desde ese momento y hasta la actualidad ha tenido una sistemática participación en
Conferencias sobre Población a distintos niveles, procesos de seguimiento en Comisiones,
Comité Especiales, de Naciones Unidas y de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) siendo miembro u ocupando responsabilidades en Mesas Directivas de estos
órganos, incluyendo en los últimos años la Conferencia Regional de Población y Desarrollo que
precisamente tuvo su primera reunión en Montevideo en agosto del 2013.
Estas participaciones para el país se vinculan con la proximidad y coincidencia de sus políticas
y acciones en los ámbitos económicos, sociales, demográficos y ambientales, con los
postulados y contenidos de esas Conferencias y Comités.
En Cuba como país socialista y de economía planificada, las interrelaciones en Población y
Desarrollo sus condicionantes e impactos son parte de las políticas que rigen el modelo
económico y social de la nación y de las acciones sectoriales y ramales que desarrolla.
En ese contexto la población es vista como objeto y sujeto del desarrollo y en las últimas seis
décadas ha recibido beneficios de carácter universal en su desarrollo humano y componentes del
mismo, como consecuencia la transición demográfica cubana puede darse por concluida o muy
avanzada y sus escenarios demográficos actuales y perspectivos comparten tendencias comunes
con los denominados países desarrollados del mundo.
La baja mortalidad y fecundidad del país y sus movimientos migratorios internos y externos se
inscriben en políticas de altos niveles de prevención y atención en salud, desarrollo de la
educación en todos sus ciclos, incluyendo el de postgrado, cobertura elevada de los sistemas de
seguridad y asistencia social, políticas y derechos para ejercerlas en temas de salud sexual y
reproductiva, incluyendo la posibilidad a solicitud de la mujer de interrupción de embarazos no
deseados y con atenciones especiales a componentes como la educación sexual y la
planificación familiar y respeto a la diversidad de orientación sexual.
También existen políticas para la migración externas e interna, la atención al desarrollo
territorial y urbano, planes de Ordenamiento Territorial y Urbanísticos, atención a barrios
precarios y urbanización, entre otras
Producto de su avanzada transición demográfica y sus condicionantes socioeconómicos, Cuba
es un país con muy bajos crecimientos poblacionales o años de decrecimientos con una
fecundidad por debajo del reemplazo generacional desde el año 1978, una mortalidad con
valores en indicadores de mortalidad infantil de 4,3, de menos de 5 años de 5,5 por mil nacidos
vivos y una esperanza de vida al nacer de 78,45 años, superior a 80 en las mujeres y de más de
22 a los 60 años. Estos indicadores de conjunto con una migración externa con saldos negativos
en la mayoría de los años de las últimas décadas han propiciado que Cuba sea un país, en
proceso de envejecimiento con casi un 20 por ciento de su población con 60 años y más y un
valor proyectado al año 2030 de más de un 30.
Sin dudas el envejecimiento poblacional, es la principal característica sociodemográfica de la
población de Cuba en la actualidad y perspectivamente.
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Los anteriores comportamientos se producen en un marco de cumplimientos de derechos
humanos fundamentales, con prioridad en su aplicación a niños, mujeres, ancianos y personas
con discapacidad con preceptos de igualdad, perspectiva de género, participación social y de no
discriminación por concepto de color de la piel, lugar de residencia, estado conyugal,
orientación sexual y edad.
En estos escenarios es que se han definidos y aplicado las políticas durante décadas y que en el
2013 cuando la aprobación del Consenso de Montevideo, se enmarcaron en la expresión y
reconocimiento internacional de políticas y principios que le eran comunes.
En las siguientes páginas y utilizando en lo fundamental el “Formato de Informe Nacional”,
propuesto por la secretaría de la Conferencia, CEPAL-CELADE, se presentan y discuten como
objetivo principales del Informe los logros y desafíos que Cuba tiene en materia de Población y
Desarrollo, en un recorrido que incluye ocho de los nueve capítulos1 que comprende el
Consenso incluyendo un anexo estadístico, donde se presentan en tres momentos las realidades
del país, 1994 cuando se realizó la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El
Cairo, 2013 año de aprobación del Consenso y 2016 que muestra la continuidad de resultados
alcanzados. Con anterioridad se enmarcan como antecedentes del Informe los mecanismos del
país para su vinculación con la Secretaría de la Conferencia, el proceso de preparación del
Informe, una síntesis de las características generales del país y el tratamiento de los temas de
Población y Desarrollo en el tiempo.
Con la presentación de este Informe, que por primera ocasión se hace, Cuba pone a disposición
del resto de los países participantes en esta Mesa Directiva Extraordinaria Conferencia sus
políticas, resultados y retos y lo hace de forma modesta, seguro que de los intercambios que se
realicen se obtendrán criterios que ayudarán a perfeccionarlos.

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