Papel de Arbol

miércoles, 2 de febrero de 2011

SALVAR LA TIERRA, por CAMBIO16 - FINANCIERO de MADRID

http://www.cambiofinanciero.info/en_curso/sexto.htm#
Jorge ZAVALETA ALEGRE, Quito
El proyecto Yasuní propone que los estados desarrollados paguen a Ecuador por no explotar sus yacimientos petrolíferos

Energías del viento y el sol abren el mundo rural a la educación y a la salud a través de la comunicación satelital y los ordenadores. Acabar con la explotación delictiva del oro en Madre de Dios, la región de mayor biodiversidad del mundo. Son tres alternativas viables para detener la destrucción ambiental y cambiar radicalmente la historia global.
Visitamos Yasuní. El proyecto, presentado a EEUU por varios países europeos y una misión ecuatoriana, plantea que se pague a Ecuador para que deje a perpetuidad, sin explotar, parte de sus reservas petroleras en el campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini- ITT.
Su aplicación puede ser replicable, como es el caso de Filipinas, Malasia, Indonesia, República Democrática del Congo, Brasil, Bolivia y Venezuela.
A cambio de ese compromiso debería obtener compensaciones económicas de gobiernos, instituciones e incluso de ciudadanos en cualquier parte de la Tierra que podrían comprar barriles virtuales de petróleo. “Ecuador está proponiendo dejar bajo tierra el 20% de sus reservas  vas petroleras, casi mil millones de barriles, para evitar la emisión de 410 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera”, informa la administración de la iniciativa, ubicada en el Parque Nacional Yasuní, territorio de más de 980.000 hectáreas, a unos 300 kilómetros al este de Quito.
El gobierno ecuatoriano planea emitir los llamados Certificados de Garantía Yasuní (CGY), propuesta que difiere un poco de los bonos de carbono que los países ricos obtienen a cambio de invertir en proyectos verdes en países en desarrollo. Los inversores pueden luego utilizar esos bonos para contrarrestar sus emisiones a la hora de cumplir compromisos internacionales.
La propuesta de Ecuador es sustancialmente diferente. Según sus promotores, “no es un cupo adicional de emisión, porque moralmente eso no es correcto”. El dinero que se pague a Ecuador será invertido en un fondo fiduciario manejado por un organismo internacional. Para el Banco del Sur sería una prueba de fuego.
Los fondos estarán destinados, en primer lugar, a la protección de 40 parques nacionales ecuatorianos (las tierras entregadas a comunidades indígenas son un 38% de la superficie ecuatoriana).
Artículo Completo en Cambio Financiero Nº30

Utopías del BID y el escaso apoyo a la ciencia y la tecnología

http://www.elmercuriodigital.net/2011/02/utopias-del-bid-alianzas-para-la.html
elmercuriodigital 2.2.11 Por Jorge Zavaleta Alegre, Lima
Los agricultores de América Latina y el Caribe, según un alarmista estudio del BID, padecerán grandes pérdidas de ingresos si se pone en vigor una prohibición total de la deforestación, y será necesario emprender acciones compensatorios para aliviar la pobreza en zonas rurales, que no siempre serían distribuidas con equidad.
Se trata de una reflexión utópica, improbable e imposible, dejando para un segundo lugar reflexiones sobre el desarrollo de la Amazonía, tal como conocían desde hace tiempo los pueblos nativos, que radican en el reconocimiento de la biodiversidad de los ecosistemas, de la flora, la fauna y del germoplasma nativo, para ponerla al servicio de la humanidad, dentro de los conceptos modernos del biocomercio y el comercio justo, que propicia la OMC. El Perú está entre los 10 países magadiversos.
En estos meses preelectorales para elegir un nuevo gobierno (2011-2016), los candidatos presidenciales y al Parlamento, con algunos matices, consideran que el desarrollo del mercado y el crecimiento económico, requieren de políticas nacionales para las ciencias y la innovación tecnológica, a través de una alianza entre Estado, sector privado y Universidad, que apoye aquellos proyectos dirigidos a generar valor agregado para los principales productos de nuestra biodiversidad.
Que ilustrativas son las ferias tecnológicas que nos ofrecen algunas facultades de las universidades nacionales Ingeniería, la Molina o la Católica, o las asociaciones promotoras de festivales gastronómicos o el desarrollo de los complejos textileros de Gamarra y Puno. Nos damos cuenta de la conveniencia de tener centros tecnológicos regionales articulados a las actividades empresariales, y así mejorar la calidad de la producción y competir en mercados más exigentes.
Semanas atrás, la Universidad Nacional de Ingeniería presentó 35 proyectos para mejorar la calidad de vida y la inclusión social. Willax TV, concedió especial atención a la denominada “Oferta Científica Tecnológica para el Desarrollo Sostenible”.
Uno de los proyectos más visitados fue el “Buque TIC-UNI”, que recorrerá los ríos amazónicos, llevando capacitación tecnológica y telemedicina a poblados ribereños. Otro proyecto, el Nanosatélite Chasqui I, para obtener información meteorológica, identificar desbordes y estados de los ríos, detección de tormentas, posibles inundaciones y condiciones de humedad de los suelos, entre otras aplicaciones.
Igualmente atractivo para el público fueron las Casas de Confort Térmico, para combatir el frio que sufren los habitantes que viven entre los 3000 y 5000 m.s.n.m, aprovechando la energía solar y techos de pajilla de arroz.
Cualquier propuesta de esta naturaleza es solo un sueño si no se atiende el soporte financiero. Actualmente. la asignación a las universidades nacionales para el rubro de investigación es simbólico. En los diferentes planes de gobierno figuran asignar un fondo no menos del 3 al 4% del PBI para promover la interacción en la innovación tecnológica entre Universidad, Empresa y Estado. Algo similar se propuso hace 25 años, en Los Pioneros, un conjunto de entrevistas a 30 científicos y empresarios peruanos, publicado por la Fundación Ebert.





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