Jorge Zavaleta Alegre
Corresponsal en Washington DC
Diario16 de Madrid
Los problemas de Dionisio Romero (y los del BCP) se complican hoy en día como consecuencia de los avances tecnológicos en la economía y la comunicación. Una evidencia son las limitaciones de su imperio para contar con los servidores con mayor capacidad y ética laboral. Por ejemplo los problemas derivados de la clonación de tarjetas de crédito y/o lavado de dinero, la creciente informalidad de la economía, entre otros, exigen mayor esmero y mística laboral para responder a las exigencias del mercado.
La vieja burocracia de este imperio ha sido afectada por los nuevos problemas administrativos, con la incorporación de personal alejado posiblemente del nuevo contexto de la economía y comportamiento del consumidor.
El investigador y profesor universitario Francisco Durand menciona que la famosa encuesta de opinión de Apoyo sobre el poder, recordaba que Dionisio Romero es considerado desde hace décadas "el empresario más poderoso del país". “Tamaño título no lo exime de problemas; más bien, al contrario, se los agranda”, puntualiza.
Durand, remarca que el poder de Romero se manifestó al fortalecer su conglomerado familiar al mismo tiempo que mantenía acceso al más alto nivel de cuanto gobierno civil y militar ha tenido el país en los últimos 30 años. “Con maña y paciencia, logró transformar el grupo Romero en el San Pedro de los "Doce Apóstoles".
Organizó hábilmente la toma hostil del BCP, el primer banco del país, allá en 1978, en alianza con los grandes grupos de poder peruanos (Brescia, Raffo). Su fama creció al derrotar limpiamente el alocado proyecto de estatización de la banca de Alan García en 1987.
Su estilo se caracterizaba por obrar a través de otros cuando era necesario hacer algo en público (caso de sus gestores Miguel Vega Alvear, promotor incansable de la integración del Brasil con el Pacífico con los proyectos IIRSA, y Arturo Woodman, por ejemplo, desde la presidencia de la Comisión de Privatización) mientras manejaba los hilos del poder en absoluto silencio.
También logró colocar en un puesto clave a funcionarios de sus empresas en el Ministerio de Economía y Finanzas. Hasta que ocurrió lo impensado cuando a Montesinos se le ocurrió hacer grabaciones de cuanta reunión tenía con sus invitados en su guarida del Servicio de Inteligencia Nacional.
"Si no fuera por ese video -me dijo un empresario-, Romero se hubiera retirado como el gran empresario que es". El video provocó una fractura no definitiva pero importante en la fama del banquero. A pesar de los esfuerzos por hacer control de daño, de su retiro parcial al dejar a Leslie Pierce al mando del gigante alimentario Alicorp, y pasarle el mando del grupo familiar a su único hijo, Dionisio Romero Paoletti.
Ese paso tuvo que dar no obstante la ofensiva periodística para acallar el escándalo (agravado por haber sacado a Montesinos en uno de sus aviones; de ser acusado de beneficiarse de haber manipulado la privatización del puerto de Matarani). En fin, luego del esfuerzo millonario por cambiar los colores institucionales y la imagen del BCP (que todavía dirige siendo J.J. Camet parte del directorio), el caso es que el video lo puso contra la pared.
La historia del BCP es analizado ahora por abogados de EEUU consultados sobre los problemas de clonación de tarjetas de American Express. Ellos ven con preocupación que algunas representaciones en América Latina, no tienen aún los reflejos para responder a las violaciones de los instrumentos de crédito, cuyos perjuicios derivan no solo por los montos afectados sino por las consecuencias de los afectados que sufren odiseas inesperadas para resolver los problemas derivados.
En este caso la Superintendencia de Banca y Seguros e Indecopi, se convierten en aliados del BCP, dejando desamparados a los pequeños ahorristas, con su inexplicable inclusión en las listas de Infocor, para privarlos de todo crédito indispensable para su subsistencia en economías tan precarias como la peruana.
Volviendo a dos décadas atrás, Durand recuerda a sus lectores el filme que evidencia cómo el dueño del Imperio Romero influye sobre Montesinos para nombrar administradores de la pesquera Hayduk, empresa endeudada con el BCP. El pago no fue en dinero sino en especie. Declaró contra su costumbre, atacando al alcalde Andrade y alabando a Fujimori, y hacerlo en el diario que le dijo Montesinos, en Expreso, y no en El Comercio, como se lo pidió insistentemente Dionisio….
En el 2018, la actual crisis judicial que arrastra el sistema democrático, exige una urgente revisión de las leyes de la banca, así como la sujeción a la SBS y AFP e Indecopi, para ejercer mayor celo sobre ese inmenso caudal de dinero que moviliza el narcotráfico o, por decir lo menos, la escandalosa quiebra de valores de jueces y fiscales con fortunas asombrosas.
El BCP debe considerar que la reputación del banco más fuerte del país está siendo afectada con la falta de voluntad para atender a los pequeños ahorristas, lo que sin duda debe incidir en su valor de mercado. Su burocracia no está preparada para esta etapa de innovación incesante de la comunicación, que incluye mantener información actualizada de cada usuario, con correos electrónicos, teléfonos, alertas. Si no existe el compromiso con quienes contribuyen a la existencia del emporio de los llamados Apóstoles o dueños del Perú, vano será pensar en la larga de instituciones anquilosadas.
Los abusos cometidos con pequeños ahorristas que han sufrido robos en sus tarjetas de crédito, revelan que el BCP usurpa el nombre del Perú, al calificarse como la institución que simboliza este País, que sin duda está lejos o muy lejos de ser imagen o símbolo de una población que hoy se vuelca a las calles para exigir el cambio total del Estado, empezando por el Congreso, Poder, Judicial, Magistrados, Ministerio de Economía y Finanzas, SBS y AFP e Indecopi.
Los ciudadanos sentimos frustración cotidiana cuando sus derechos son burlados, diluidos en el tiempo en perjuicio de la salud física y mental, mientras los poderosos inventan subterfugios para capear este momento difícil de la República. Las instituciones fiscalizadoras son aliados incondicionales de banqueros.
El Perú es uno de los países latinoamericanos que, con la probable excepción de Argentina, que ha generado un fuerte debilitamiento del capital nacional, haciéndolo más vulnerable al shock competitivo.
La sombra del fujimorismo se traduce en la fragilidad de los ahorristas y la indiferencia de una banca al servicio del gran poder sin tener en cuenta a los 3.5 millones de peruanos que viven en el exterior, muchos de los cuales sufren la ineficiencia de los servicios de la banca, incluyendo el Banco de la Nación, que no ofrece la eficiencia que requiere el mundo de hoy.
Jorge Zavaleta Alegre
Cofundador de Gestión, diario peruano de economía y negocios 1990
Corresponsal de El Mercurio, Diario16, Panoramical de Milán y Tandilnews de BsAs.
Oficial de Prensa del IADB-1990-2008.