Papel de Arbol

domingo, 15 de marzo de 2020

Prensa de Europa comenta infiltracion de Odebrecht en editoriales de prestigio

https://www.panoramical.eu/columnas/56322/
Panoramica se edita  en Milan
https://www.elmercuriodigital.net/search/label/JORGE%20ZAVALETA
Madrid



Columnas
Jorge Zavaleta, corresponsal en Washington DC.
La historia  de la corrupción y Latinoamérica
Por Jorge Zavaleta -14 marzo, 20200
La corrupción es un fenómeno complejo, variado y global que incluye actividades tanto públicas como privadas. No solo involucra el infinito saqueo del patrimonio del Estado.  Va más lejos de la imaginación.

La corrupción también es ofrecer y/o  recibir sobornos; malversación y asignación irregular de fondos y gastos públicos, escándalos financieros y políticos, fraude electoral, tráfico  de influencias y otras transgresiones que nacen o concluyen inclusive en la pequeña ventanilla de un ministerio o de un banco, para disponer de fuentes que permitan el financiamiento ilegal de partidos políticos o la conclusión  de una pequeña obra física en un alejado pueblo, habitado hoy solo por ancianos y niños sin futuro.

Publicaciones sobre este drama son muchas, pero pocas logran ilustrar al lector, con la verdad y seriedad de quienes informan. Es indispensable tener la voluntad y la necesidad de disponer de una o varias fuentes de información que inspiren seriedad y confianza ciudadana. Es tarea difícil, conseguir que el lector en cualquier lugar del planeta tenga la seguridad sobre la verdad del contenido.

El Instituto  de Estudios Peruanos – IEP, es una de  las pocas instituciones que mantiene credibilidad y  respeto en la edición de numerosos títulos a lo largo de su existencia. Sin embargo en “Historia la corrupción en el Perú”, se observa un desliz, una flaqueza. Se sorprende el lector cuando que en el reciente libro  de Alfonso W. Quiroz (1956-2013), un destacado historiador peruano, con una rica hoja de vida, con estudios en prestigiadas universidades, especializado en la Historia Económica Institucional peruana y Latinoamérica, se incluya innecesariamente contenidos de ex empleados  de la Odebrecht que, precisamente, fueron responsables de las comunicaciones y relaciones con la prensa.

Inclusive, estos servidores de la  firma brasileña, utilizando información falsa de la organización  criminal, haya pretendido involucrar en el delito de corrupción a profesionales  con hojas de vida intachables y mucho menos hayan sido involucradas en los desaciertos y delitos de la transnacional brasileña no solo en Perú sino en más de diez repúblicas de la Región.

El libro de Alonso  W. Quiroz, no necesita añadidos, ni menciones a personas extrañas a la obra sobre la inestabilidad de la Región. La  edición que ofrece el IEP, tal como indican sus directivos, siguiendo la conducta de sus fundadores, fue revisada, corregida y aumentada por el autor hasta poco antes de su fallecimiento,  en enero de 2013.

El IEP remarca que el propósito de este proyecto editorial es difundir al público hispanohablante una investigación trascendental sobre uno  de los problemas que más ha afectado al Perú en búsqueda del desarrollo. Marcos Cueto, desde Rio de Janeiro, febrero 2013, en el prólogo de este Libro, afirma que “sus amigos de Alonso, sus colegas, sus estudiantes vamos a extrañarlo, con seguridad”. Hace poco cuando enfrentaba con  valor el mal que lo que aquejaba tuvo el privilegio de confesarle que siempre había querido ser como él y decirle lo que quería.

Alonso W. Quiroz es un investigador que nos dejó un estudio de la corrupción desde la Colonia hasta que se despidiera de este mundo. Todo añadido al trabajo de Alonso W. Quiroz, como lo expresa el Prólogo,  es valerse del prestigio del autor y tratar de ocultar el vínculo de ciudadanos peruanos con Odebrecht que  valiéndose de subterfugios ahora tratan de apropiarse de la Obra de Quiroz, quien más allá de la Universidad dejó profunda huella en sus estudios de la Historia, y de un tesoro  invalorable que es su biblioteca en Lima.

Alonso W. Quiroz fue uno de los primeros peruanos  en abrir una senda de estudios doctorales en Estados Unidos. Partió para el Norte cuando aún la mayoría de los intelectuales historiadores peruanos consideraban a París la meca de los estudios  de doctorado. Él empezó su cruzada por la academia en el departamento de Historia de la Universidad de Columbia.

Fácil, muy fácil, es colgarse del prestigio e inteligencia de esos pocos latinoamericanos que atravesando mil limitaciones,  culminan sus estudios, publican libros, brillan en el exterior. Y mueren sin haber logrado compartir un pequeño  espacio en el sistema universitario latinoamericano.

Esta manera de actuar es conocida por los académicos de las principales universidades norteamericanas. Esta es la principal razón para la disminución o eliminación de las becas  de gran parte de América, al sur de Rio Bravo. Este libro que  comentamos ha tenido y tendrá acogida del público, porque demuestra el esfuerzo  de Quiroz por estudiar y entender la corrupción, que no fue un esfuerzo en vano y que el futuro, así como el creía, puede ser diferente.

El desarrollo  académico debería ser reconocido. Premiado,  en su verdadera dimensión. No se equivocan los pocos psiquiatras lúcidos que estudian la psicología del ciudadano,  de su profundo rechazo al que sale del marasmo y de la aldea y logra un mejor clima para realizar sus sueños.


Jorge Zavaleta Alegre, es Periodista, Licenciado en Ciencias Sociales y Filosofía. Co-fundador de Gestión, primer diario de economía y negocios del Perú. Oficial de prensa del BID, autor de cinco libros sobre America Latina y ahora, Corresponsal del Diario16 de Madrid, desde Washington.

Diario16.Covid19, el proyecto Manhattan, de las elites contra la raza humana libre. Escribe Manuel Dominguez


Las democracias y los Estados de Derecho están sufriendo el ataque de COVID19: el «Proyecto Manhattan» de las élites contra la raza humana libre.

Las democracias y los Estados de Derecho están sufriendo el ataque de las élites porque el estado de shock que se está generando a nivel mundial están ponderando la eficacia de las dictaduras o las autarquías.


Por Manuel Domínguez Moreno - 14/03/2020 5, presidente de D16, Madrid.
anuel Domínguez Moreno. Periodista , escritor, sociólogo, politólogo y perito en procesos de paz a nivel nacional e internacional
                               
«Somos hijos de la misma tierra y estamos en guerra». Esta es la estrofa de una canción en la que, en referencia a otra crisis humanitaria, se daba en el clavo: los seres humanos estamos en peligro porque el 1% que concentra el 82% toda la riqueza del mundo aspira a conquistarlo todo, a ser los amos de todo, a someter a la humanidad como Sauron con el anillo de poder: «Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas».

La crisis del coronavirus es la nueva fórmula que están utilizando estas élites, estos sectores que controlan el verdadero poder, para imponer sus intereses. No piensen que esto ha sido un brote vírico casual, una mutación espontánea. No. Esto es un ataque directo al ser humano a través, nuevamente, de la imposición del miedo.

El filósofo Thomas Hobbes fue uno de los primeros en plantear una relación directa entre el terror como elemento político y de construcción del Estado. La crisis del coronavirus es una muestra evidente de cómo se está utilizando el miedo como elemento de sumisión de las personas a las clases dominantes. No hay más que ver el miedo y la psicosis que se está generando y las consecuencias microeconómicas que ya está teniendo. Hay que recordar cómo los expertos y estudiosos de los métodos de tortura han llegado a la conclusión de que sólo en estado de crisis psicológica provocada por el miedo, el individuo entra en una situación de vulnerabilidad extrema que lo hace perfectamente manipulable.

Si volvemos la vista atrás nos encontramos múltiples ejemplos de sometimiento por el miedo con fines políticos, sociales o económicos. Las élites tienen tanto poder que esa manipulación es tan sutil que es muy complicado darse cuenta. Uno de los puntos fundamentales de ese manejo del miedo como elemento de sometimiento es el aprovechamiento de los momentos de contingencia provocados por una crisis o un peligro, tal y como está ocurriendo ahora con el coronavirus, para imponer medidas de subordinación que en circunstancias normales serían rechazadas por la ciudadanía.

Las dictaduras privadas del capital han aprendido de las dictaduras políticas. Las primeras no tienen ideología ni color, salvo, evidentemente, el verde del dólar. En situaciones de miedo las élites pueden imponer a los gobiernos las medidas que más les favorecen, independientemente de si las consecuencias serían catastróficas para la población. Como ésta se encuentra en estado de shock, se aceptan. La crisis de 2008, que ahora tanto se evoca, sirvió para que las clases dominantes pudieran imponer políticas austericidas y neoliberales que aumentaron la desigualdad y la precariedad al mismo ritmo que el número de millonarios.

Estas clases dominantes, además, controlan a través del big data el flujo de información y los canales de comunicación que llegan a las personas que están aterradas. Se está atacando a la propia democracia, poner en duda su eficacia frente a una crisis global de este tipo. ¿Cómo lo están haciendo? El coronavirus surgió en China y se está generalizando un peligroso mensaje por la gestión que el país asiático de la crisis sanitaria: las autarquías son más eficientes que las democracias y se ponen ejemplos como la construcción de hospitales en 10 días o la imposición del aislamiento sin que la población se rebele o proteste. 

Todo eso lo contraponen con la gestión que se hace en los países democráticos de la Unión Europea. Sin embargo, lo que no se dice en esos mensajes es que China ha necesitado de casi 50 días para que la reducción del número de contagios y que en países como Italia o España apenas se llevan 15 días de gestión y que se está en la fase de mayor número de contagios. No se trata de una mala gestión, se trata de que una pandemia tiene fases, y en China están ya en la fase descendente, mientras que en la UE se está en la ascendente.

¿Por qué se utiliza una pandemia como elemento de miedo para socavar a los regímenes democráticos frente a las autarquías o las dictaduras? Porque las élites viven mejor con gobiernos que no están controlados por el pueblo y que, directamente, los someten.

La desinformación también es un elemento que se está utilizando a través de estrategias de big data. Además del creciente número de bulos que corren por las redes sociales o por las aplicaciones de mensajería, nos encontramos con supuestos análisis económicos del éxito de China en el manejo de los mercados. Foros y blogs se han llenado de la supuesta Operación Jaque Mate por la que «la astucia» del presidente chino y su control de la economía han servido para mantener a flote los recursos económicos soberanos del país asiático. Todo ello comenzó a circular, casualmente, cuando las bolsas occidentales estaban cayendo. Un nuevo elemento de comparación para favorecer a las autarquías frente a las democracias.

El coronavirus es la I Guerra Mundial del siglo XXI, no lo duden, es el intento de sometimiento por parte de las élites, de las dictaduras privadas, que quieren someter a la humanidad para seguir obteniendo beneficios. El miedo es su mejor aliado y nadie, nadie, puede caer en la tentación de bajar los brazos. Al coronavirus se le va a vencer siempre que todos seamos responsables y sigamos las recomendaciones e indicaciones de las autoridades elegidas por el pueblo. Las ciudadanías libres del mundo, unidas, son mucho más fuertes que las clases dominantes y, con responsabilidad y fortaleza, terminarán venciendo esta guerra que se ha iniciado en los grandes centros de poder.


las élites porque el estado de shock que se está generando a nivel mundial 
están ponderando la eficacia de las dictaduras o las autarquías.