En la costa del Perú, a 200 km al norte de Lima, está la primera civilización del continente americano, compuesta por una sociedad estructurada y organizada. La ciudad de Caral, aún poco conocida, está abierta al público desde 2006 y este Enero del 2020 abrió sus puertas al mundo con una visita nocturna iluminada por una luna llena.
Cuando en Egipto se construía la antigua pirámide de Sakara o, posteriormente, las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino, en el valle de Giza, o cuando se ocupaban las ciudades sumerias de Mesopotamia o crecían los mercados en la India, por esos tiempos, entre 3000 y 2500 a. C., ya se edificaban y remodelaban los edificios piramidales de Caral, y en sus plazas se realizaban periódicas congregaciones con fines económicos, sociales y religiosos.
Después de Caral (3,000 a 2,500,800 A.C) siguen Tiahuanaco, Chavín, Paracas, Moche-Mochica, Pucará, Nasca, Lima, Wari, Lambayeque / Sicán, Chachapoyas, Chimú.
Varios miles de turistas, en su mayoría de los países andinos y de Europa, recibieron el Año 2000 en la Ciudad Sagrada de Caral (Supe – Barranca), principal centro urbano de la cultura milenaria de América Latina, relata Isabel Recavarren, directora de Panoramical, organización cultural, con sede en Milán, que suma esfuerzos para hacer del turismo cultural una fuente prioritaria del desarrollo integral del Perú XXI.
La arqueóloga Ruth Shady, directora del proyecto Caral, mantiene vivas las lecciones de su infancia. Su padre, Gerardo Shady, agrónomo que nació en Praga y vino al Perú huyendo de la guerra, la llevaba a pasear por los restos arqueológicos del Perú, empezando por Cantamarca…, con la renuencia de su madre, peruana y conservadora:
La primera civilización del Perú y América se formó entre los 3000 y 2500 años A.C., sobre la base de un conjunto de comunidades que construyeron la Huaca La Florida, Garagay en el Rímac, Cerro Sechín, Pampa de Llamas-Moxeque en el valle de Casma.
El modelo se repitió en el territorio andino: Chavín, Moche, Lima, Nasa, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Ichma, Chimú y finalmente la Inca, última civilización del Perú prehispánico, 4400 años después de Caral.
La literatura especializada indica que hace 5 millones de años que los seres humanos iniciaron el poblamiento del planeta, pero sólo 6 mil años atrás empezaron a construir centros urbanos y a integrar redes de interacción a largas distancias. En el Perú el proceso se dio en total aislamiento, pues Caral se adelantó en, por lo menos, 1500 años a Mesoamérica, el otro foco civilizatorio del Nuevo Continente.
El primer investigador que llamó la atención sobre Caral fue el estadounidense Paul Kosok, quien visitó el lugar junto con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel en 1949.
En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban Chupicigarro Grande, Chupicigarro Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro. Chupicigarro es el nombre español de un ave del lugar.

Descubre la magia de Caral

con el lema «Descubre la magia de Caral», se iluminó el Edificio Piramidal Mayor, La Huanca y el sendero que llega hasta el cerro Gozne, apu tutelar de esta milenaria ciudad, donde estaba encendido el Altar del Fuego Sagrado
Entre cantos espirituales y purificadores del alma, se realizó el tradicional Pago a la Pachamama, ceremonia andina que simboliza un acto de reciprocidad entre el mundo material y el espiritual, para agradecer por todo lo recibido y pedir por mejoras para el nuevo año 2020.
Conocer la historia de Grecia, Roma, la historia antigua es importante. Y mucho más la Nuestra. Esta es la reflexión profunda que transmite a Diario16, Ruth Shady, (Callao 1956) la arqueóloga, que no se propone reconstruir la obra física de Caral, sino promover la cultura de sus antecesores, de aquella civilización, la más antigua de América, simultáneamente con Mesopotamia, Egipto, India y China.
Shady empezó su trabajo en Caral, en 1996 y los primeros hallazgos pueden ser apreciados en La Ciudad Sagrada, una de sus publicaciones más conocidas. Su discurso convoca a la reflexión.
“Los pueblos que no se conocen han de darse prisa por conocerse. Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”, escribió José Martí en Nuestra América, argumentando que el gobierno de un Estado no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.

La esencia de este pensamiento se aprecia en el Plan Maestro de Supe y Barranca, al incluir el desarrollo integral de los pueblos donde se encuentra la milenaria cultura reconocida por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
La Zona Arqueológica Caral es concebida en un símbolo cultural, cuyos pueblos deben mejorar su autoestima, con mejores condiciones de vida para la región y el país.
El proyecto, que ella dirige, con autonomía administrativa según la normativa del Estado Peruano, combina la investigación arqueológica, junto con la conservación y difusión de los valores de los sitios monumentales. La revaloración de la cultura inmaterial. Recuperación de conocimientos y tecnologías apropiadas. Preservación del ambiente y recursos naturales. Agricultura ecológica. Productos artesanales con identidad cultural. Servicios turísticos.
“Mi padre me tradujo el libro de Ernst Wilhem Middendorf sobre Chavín de Huantar, compró la colección de Garcilaso de la Vega, La Historia de América, varias colecciones. Nos premiaba, con plata, a mí y mis primos que contestaban sus preguntas. “Las excursiones me permitieron preguntarme sobre los contrastes entre la zona donde ella residía y los pobladores con mucha a pobreza, vestida de harapos”
Apreció la cultura de cada lugar. Pero en los museos no entendía lo que ella quería conocer. Fue miembro del club de museos de su colegio, donde solo tres eran los miembros. La historia del interior del país acrecentó su encantamiento por su país.
Definida su vocación, en la Universidad de San Marcos, donde existe una Huaca, solía visitarla para aprender cómo se excavaba. Estudió antropología y arqueología. Recuerda a profesores excelentes como Temple, Meyer, Mariátegui, Arguedas, Kauffmann, Matos Mar.
Este último, autor de El Desborde Popular, mantenía viva la preocupación de que los alumnos conocieran el país. Estudió inglés y pedagogía con el fin de “producir conocimientos y cómo trasmitir”.
Trabajó en Chota, Cajamarca, cuando entonces no había carretera, se viajaba a caballo, se comunicaba por radio. Luego en Bagua, próxima a la selva del Marañón, con las tensiones entre los nativos aguarunas y la población de otros destinos. “Cuando deseábamos trabajar en los restos arqueológicos de Bagua y no se encontraba el Apu de la región, no lo podíamos hacer. Teníamos que esperarlo para que él decidiera darnos el permiso”. En la Cuenca del Titicaca y Puno recuerda la música, como necesidad integral de los pueblos.
En la Universidad de Harvard, conoció a un equipo de investigadores. Visitó museos de investigación de energía nuclear de Francia para la conservación de bienes. En Niza apreció el intercambio multidisciplinario de los invitados. Recorrió museos de Alemania, China, India, México y apreció el manifiesto interés de la participación del Estado en relación con la cultura.
En otro momento, en EEUU, estuvo en los museos universitarios, federales, nacionales de Washington, Pennsylvania, Los Ángeles, motivada por el Instituto Americano de Arte-IAA, “el cual alienta una visión continental desde la cultura local, a través del reconocimiento de sus mejores representantes, y siguiendo la tradición de instituciones regionales como las del Cusco, Puno y Lima”, explica el investigador norteamericano Cacchione Améndola, también fundador del Instituto Bibliográfico del Perú.
Ruth Shady viene trabajando sin cesar veinte años en una sociedad de desarrollo armónico. “Ahora no hay desarrollo armonioso. Hoy el mundo aparentemente es pequeño para todos. En el pasado la conexión era transversal. Un coreano me comenta, sorprendido, cómo su país siendo tan pobre ha adelantado tanto, mientras nosotros seguimos siendo tan pobres….Hoy se desconocen los valores, estamos a miles de años de distancia. Prima el individualismo…”

Tareas para el futuro

La directora del Proyecto Caral, considera que su labor es promover la reflexión de lo bueno que se hizo. Hemos tenido recursos como el salitre, caucho, pesca, minería. Podemos darle atención a las “Bellotas de Algodón” que tienen colores naturales. En París persiste interés por la producción y propagación de este cultivo. El algodón original es antialérgico. Recuperemos el arte andino de Supe, promoviendo el algodón.

Temas vinculantes: Plantea el retorno de los trenes, como los que existen en Europa, porque hay pueblos que aún no pueden sacar sus cosechas por falta de vías. No hay armonía entre lo urbano y lo rural. “Vivimos con mucho resentimiento, entre el que vive en el centro poblado y migrante rural, que no encuentra satisfacción, la diversidad interna es muy grande. Por eso aparece el asistencialismo”

Integrando el Perú

Los pobladores actuales participan en la valoración de Caral. “Nosotros hemos trabajado de tal modo que ellos sientan que Caral es suyo”. El Perú debe integrarse en torno a la idea de una civilización originaria, la que ahora se descubre estaba a la altura de las civilizaciones más prestigiosas del planeta.
Para Ruth Shady, la única forma para sobrevivir en un territorio como este es con creatividad. Caral es un punto de reflexión para los peruanos: “Lo que puedo decir es que en Caral no hay indicios de violencia militar, aunque sí hubo violencia para aquel que no cumplía con las normas de la sociedad. Fue la religión el instrumento de control y coerción que la sociedad tuvo”.
El poder, o grupo dirigente, actuaba sobre la base de sus conocimientos en la reproducción de las condiciones materiales para la supervivencia de la población. El poder se cimentó en el conocimiento y en el ser intermediarios con los dioses. Ellos desarrollaron conocimientos de matemáticas, geometría, medicina, que quedaron plasmados en las obras excavadas por los arqueólogos.
Han sido descubiertos templos de 18 metros de altura, construidos con piedras y barro, conformados por terrazas y plazas. Se conoce de los tratamientos médico, por ejemplo, con hojas de sauce, que ahora sabemos contienen ácido salicílico, principio activo de la aspirina y se usa para aliviar el dolor. Sigue la lista de plantas cuyas evidencias están siendo recuperadas.
La Civilización Caral, se debió a la compleja vigencia de los sistemas sociales en varias regiones del actual Perú, como los valles costeños de los ríos Chancay y Santa, en el Callejón de Huaylas y en las vertientes orientales, en las cuencas del Marañón y el Huallaga.
Alrededor de los 3000 años a.C., las sociedades costeñas del área norcentral lograron avances significativos, estimuladas en parte por la riqueza de recursos de la región: un mar rico en peces y moluscos y valles fértiles con ríos que acarreaban nutrientes. Coadyuvó a ello la tradicional comunicación interregional entre los pobladores del área.

Flautas traversas

La ciudad de Caral ahora está en capacidad de demostrar que la música ha sido, desde los albores de la civilización andina, parte fundamental del ceremonial y la religiosidad. Una prueba es el hallazgo de 32 flautas depositadas como ofrendas bajo el piso de la plaza circular en la Pirámide del Anfiteatro.
Se les ha clasificado como «flautas traversas».. Fueron elaboradas usando huesos de ala de pelícano, decoradas con representaciones de monos, aves, serpientes y figuras humanas. En otro sector de la misma Pirámide del Anfiteatro fue hallado otro conjunto de 38 instrumentos de vientos, posiblemente cornetas hechas con hueso de camélido o venado.
El primer Quipu. El Quipu es un mecanismo de ramales de cuerdas, con nudos y varios colores, con los que los antiguos peruanos daban razón de las historias, noticias y de las cuentas. Es el sistema de contabilidad de los antiguos habitantes peruanos y que forma parte de la exposición «La civilización de Caral – Supe, 5000 años de identidad cultural en Perú».
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe, es una zona nuclear de 626 hectáreas, según la Resolución Directoral Nacional 645/INC del 27 de agosto de 2003. Más una zona de amortiguamiento de 14,620 hectáreas, definida como Área de Protección Natural-Cultural.

A manera de conclusión

A manera de conclusión, Ruth Shady sostiene que cuando los filósofos presocráticos de Grecia discutían sobre el origen de la vida hacia los 600 años antes de Cristo, en Caral, por lo menos 2000 años antes, anónimos filósofos explicaban a su pueblo diversos aspectos relacionados con la existencia de los hombres, los recursos naturales, el origen de la vida y de las cosas
Pacaritambo, la mítica Capital Arqueológica de América, según Unesco, donde se originó el Imperio Inca y que se extendió a casi todo el continente; en el 2020 solo es habitada por ancianos y niños. El resto de su población huye al Cusco, Arequipa o Lima para mendigar en las calles o en los caminos hacia la Montaña Negra, Ollantaytambo, Pisac…pidiendo limosna a los turistas.
Los análisis del economista Manuel Romero Caro, fundador de Gestión, el primer diario peruano de economía y fianzas, advierte que la corrupción es un elemento perverso que fuerza y lastima una ordenada migración interna y externa.
Por ello recomienda que es prioritario centrarse en castigar a los “corruptos”, sin respetar la presunción de inocencia, sino en librar a nuestro sector público de todos los sobornados involucrados en los casos Odebrechet y Lavajato, que actualmente permanecen en las sombras.
El Perú tiene gran potencial para hacer del turismo una fuente valiosa en el desarrollo integral. La corrupción sino se sanciona, distorsiona   la economía y es un elemento perverso para alentar el turismo. El turismo cultural, se basa en argumento implícito porque contribuye al desarrollo personal del visitante, de quienes brindan el servicio y la población en general. Una ciudad perturbada por la corrupción y la lentitud de la justicia son elementos en contra del turismo. La corrupción genera desconfianza. El turismo cultural alienta el desarrollo integral.
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Corresponsal en Latinoamérica
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