Francisco Carranza Romero
Instituto de Asia y América, Universidad Dankook, Corea
Non discimusscholae sed
vitae (No enseñamos para la escuela sino para
vida)
Los valores
humanos son universales: la verdad, la honradez y la vida dedicada a una labor.
La diferencia está en el modo de entender y practicar estas verdades cada día
en el hogar, en la escuela y en la sociedad donde se vive. Y el proceso
educativo se da en los tres espacios, y no sólo en el centro escolar como
piensan algunos padres de familia que envían a sus hijos a esta institución
esperando que ella los “eduque y discipline”. Precisamente, estos padres de
familia son los que menos están en contacto con la escuela; por tanto, no hacen
el seguimiento continuo del proceso educativo de sus hijos.
La palabra disciplina, tan poco entendida, es la
que más nos cuesta ponerla practicarla en cada momento de la vida.
Aportes de la República
de Corea
Desde
que supimos que Perú había ocupado el penúltimo lugar en el examen
internacionalPISA (Programfor International
StudentAssessment) en 2009, el lamento,
la vergüenza y la cólera nos quitaron la tranquilidad. Pero, también sabíamos
sobre algunos egresados de las escuelas públicas que habían tenido éxitos
dentro del Perú, y los que habían salido al extranjero para seguir su formación
profesional compitiendo en buena ley hasta obtener todos los títulos
académicos. Y hasta habían sido captados por instituciones extranjeras.
Entonces, ¿qué hacer?
La doctora HyesunKo de Carranza, docente de
la Universidad Dankook (Corea), coordinó
con las autoridades educativas peruanas, con Pontificia Universidad Católica
del Perú y con una escuela pública; formó un equipo coreano, elaboró el
proyecto de apoyo pedagógico en una escuela peruana y presentó a KOICA (Korea
International Cooperation Agency: Agencia de Cooperación Internacional de
Corea). Y KOICA, después de un proceso de selección muy exigente, aprobó el
proyecto.
La comunidad educativa de Fe y Alegría N°
29 de Ventanilla Alta, Callao, que en 2012 ya había recibido las visitas de los
representantes de KOICA y del rector de la Universidad Dankook estaba esperando
con mucha fe el resultado del proyecto. Y, apenas supo la buena noticia de la
aprobación del proyecto celebró con mucha alegría. Por este motivo, desde el 15
de diciembre del 2012, los voluntarios coreanos con conocimiento del español
participan diariamente en la labor educativa.
Educar es construir el
futuro
Este centro educativo ha celebrado el 25 de
junio de 2013 su 31° Aniversario de existencia al servicio de la educación en
el asentamiento humano Ventanilla Alta, un barrio pobre, para entender mejor.
En la actividad cultural estuvieron presentes los padres de familia, los
estudiantes, las autoridades de la Región y de UGEL – Ventanilla (Unidad de
Gestión Educativa Local), los docentes y los voluntarios coreanos. El grupo de
niños del proyecto coreano cantaron en coreano, inglés y castellano. Los
asistentes comprobaron la interculturalidad real. Los fundadores y antiguos
profesores recordaron cómo había comenzado I. E. Fe y Alegría N° 29: “Nos
entregaron un pampón de veinte mil metros cuadrados. ¡Allí comenzamos a dar las
clases!” –Estaban emocionados- “Al principio las aulas tenían paredes y techos
de esteras. Del piso, ni hablar: tierra dura por tantas rociadas y pisotones.
Ahora ya es un local presentable”. Una gran proeza que comenzó en 1982. Sin
embargo, todavía quedan áreas arenosas donde el viento levanta la polvareda.
La
costa peruana, salvo las desembocaduras de los ríos es desierto y arenal. En
2013 cuenta con un población de 1200 alumnos de Primaria y Secundaria. Hay vida
y mucha esperanza. La pampa grande, algún día, se convertirá en un campo
deportivo que tanta falta hace.
Volviendo al proyecto coreano, así
denominan a la participación coreana, las autoridades de la escuela
seleccionaron 48 niños de Primaria (24 del Primer Año y 24 del Segundo Año)
para que participaran en las dos clases extras de Matemática y Comunicación
(una hora respectivamente). Como las clases de Primaria finalizan a las 12.20
pm; los 48 niños almuerzan en la cafetería de la escuela acompañados por los
docentes coreanos y peruanos. Mens sana
in corpore sano, es el principio que rige. Y desde el almuerzo se aprovecha
para realizar la educación integral para
la vida.
Si en los primeros días los niños y padres
de familia llamaban “chinos” a los coreanos, ahora ya diferencian y se dan
cuenta que no todos los que tienen los ojos rasgados son chinos como piensa el
peruano común; como tampoco, no todo blanco es gringo. Además, ya saben que el
nombre oficial de Corea del Sur es República de Corea y reconocen bien su
bandera. Los coreanos también ya saben que Perú es un país multicultural y de
variedad de rasgos antropológicos. Los
niños, por ser más sensibles a las novedades, distinguen y combinan bien las
canciones y danzas peruanas y coreanas. En Fe y Alegría N° 29 de Ventanilla
Alta, los peruanos y coreanos estamos viviendo una experiencia real de
interculturalidad.
Estamos construyendo
puentes
Por compartir tantas experiencias durante
más de seis meses en I. E. Fe y Alegría N° 29 de Ventanilla Alta tenemos
conocimiento de la realidad familiar de nuestros 48 niños. A continuación van
algunos datos:
Primer Año: De 24 estudiantes, 9 viven sólo
con sus madres. Y la realidad más preocupante es del salón Libertad. De 8
miembros del proyecto, 5 viven sólo con sus madres; sólo 3 viven con madre y
padre. Estos cinco son los más retrasados en Comunicación y Matemática; además,
tienen problemas de conducta, van a la escuela sin aseo y tienen pocas ganas de
estudiar.
Segundo
Año: De 24 estudiantes, 5 viven sólo con sus madres; una vive son su tía porque
su madre convive con otra persona.
De los 48 estudiantes 15 niños viven en un
hogar desintegrado. Esta realidad afecta la alegría y tranquilidad tan
necesarias en la formación de un niño. Aun así, tratamos de construir sueños
mejores.
En las reuniones bimensuales con los padres
de familia informamos cómo va el proceso del proyecto de apoyo pedagógico,
recibimos sugerencias y muchas expresiones de gratitud a KOICA, a la
Universidad Dankook que ha donado valiosos materiales didácticos, y a Corea. La
gratitud se expresó en un almuerzo de pachamanca que prepararon las madres del
Segundo Año. Al ver que los coreanos comían bien este plato muy peruano,
comentaron: “Aprecian nuestra comida. ¡Hasta se yapan!”. Y el grupo coreano
también les hizo probar la comida coreana a las madres de familia y a los
profesores. “Es picante como nuestra comida”, comentaron. Son oportunidades en
que aprovechamos para comprometerlos más en la educación de los niños.
La acción educativa está creando fuertes
puentes entre los peruanos y coreanos. Y los resultados de este contacto
vivencial no es noticia sensacional, pero crean acercamientos humanos reales y
duraderos. En la educación los resultados no son inmediatos. La educación no es
una industria cultural.