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Jorge Zavaleta Alegre Periodista
Hay avances importantes respecto a la protección de la niñez y adolescencia en el Hemisferio Sur, específicamente en América Latina.
El representante de Unicef en el Perú, Paúl Martin, confirma que en las dos últimas décadas en nuestro país se ha reducido la mortalidad de la niñez, la mortalidad materna y las complicaciones durante el parto, entre otros aspectos sociales relacionados con la familia. Hay otros avances igualmente importantes. Es positivo el balance de la universalización de la educación primaria y la reducción del analfabetismo. Lo mismo acontece con la incursión de profesionales con capacidad y conocimientos en gestión pública. La posibilidad de que esta política se extienda dependerá de la decisión política, más recursos financieros, fiscalización, y el apoyo imaginativo de los medios de comunicación, en una relación transversal y multidisciplinaria orientada a proteger a la infancia y prepararla para la vida.
El Perú, en el Plan Nacional por la Niñez y Adolescencia 2012-2021 aprobado oficialmente en abril último, precisa que sí es posible interrumpir, en una sola generación, el ciclo perverso de la pobreza y la violencia.
El éxito integral de este plan demanda un esfuerzo concertado multisectorial y con presencia de la gestión local, así como de la empresa privada.
Existen actualmente elementos que posibilitan atender las demandas básicas de los niños, niñas y adolescentes. Se constata que no hay justificación alguna para que no avancen los planes sociales con miras al Bicentenario de la República y a los Objetivos del Tercer Milenio.
El Perú ha suscrito la Convención de los Derechos del Niño, ha promulgado la Ley 27337 que aprueba los Códigos correspondientes, ha elaborado cuatro planes nacionales de acción por la infancia y la adolescencia desde 1992 hasta la fecha.
La ejecución del citado plan por la niñez lo lidera la ministra de la Mujer y de Poblaciones Vulnerables, Ana Jara, con la asistencia de un comité multisectorial permanente en manos de su viceministro de PV, el educador y sociólogo Julio Rojas Julca.
Lo respalda el Centro de Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (Ceplan).
Este plan de acción figura entre los Programas Estratégicos, como una nueva herramienta para hacer factible la inclusión social, priorizando la lucha contra la pobreza en 26 regiones del país.
El Plan se sustenta en 25 resultados, pero son condicionados para su viabilidad, en la voluntad de la sociedad y del gobierno nacional para luchar contra la pobreza, empezando por las zonas rurales y urbano marginales.
Existe financiamiento con los recursos derivados de las altas tasas de crecimiento económico de los últimos años.
Llevar adelante el Plan implica la participación transversal de los sectores, de los gobiernos locales, de sus poblados más alejados, con presupuestos condicionados a resultados.
El desarrollo de las poblaciones que sufren pobreza y pobreza extrema en el país demanda una acción activa y concertad del Gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales y el aporte del sector empresarial privado. Ese será el eje de una verdadera descentralización.