Papel de Arbol

miércoles, 1 de junio de 2016

NEVER AGAIN, PRIMER LIBRO DE FOTOPERIODISMO DE OSCAR MEDRANO

¡Nunca Más- Never Again! 

OSCAR MEDRANO, FOTO PARA SOLAPA DEL LIBRO NUNCA MAS
 ¡Nunca Más!- Never Again! es el primer libro de fotoperiodismo  Oscar Medrano Pérez,  con una selección de las imágenes de la cruenta guerra desatada por Sendero Luminoso. Es un valioso aporte al conocimiento de la historia gráfica,  presentado en  Lima por el Fondo del Congreso de la República del Perú, una de las pocas reparticiones del legislativo que ha logrado seguir la tarea de la destacada lingista Martha Hildebrandt, . 
Oscar Medrano Pérez, fotógrafo activo durante más de 50 años, registró las imágenes de esta violencia política como reportero gráfico de reconocidas publicaciones del Perú, como  en Caretas en los tiempos de Enrique  Zileri  Gibson, cuya intuición  y trayectoria contribuyeron a ofrecer al público 

Oscar Medrano Pérez, un maestro del fotoperiodismo

Su primer libro ¡Nunca Más- Never Again! próximo a circular

OSCAR MEDRANO, FOTO PARA SOLAPA DEL LIBRO NUNCA MAS
Su primer libro ¡Nunca Más!- Never Again! con una selección de las imágenes de la cruenta guerra desatada por Sendero Luminoso en el Perú será presentada este mes de noviembre en la ciudad de Lima por el Fondo del Congreso de la República del Perú. Oscar Medrano Pérez, fotógrafo activo durante más de 50 años, registró las imágenes de esta violencia política como reportero gráfico de la revista CARETAS y documentó las diferentes caras de este periodo trágico en la historia del terrorismo.
 
El libro ilustrado en idioma español e inglés, pone al alcance de los lectores una selección de fotos impresionantes de muerte, destrucción, secuestros y sabotajes en el período de la violencia interna en el Perú entre 1980 -2000 que hizo cambiar la historia y la vida de los peruanos.


Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, abre el libro ilustrado con un prólogo en el cual resalta el trabajo periodístico del maestro Oscar Medrano Pérez. Los periodistas Marco Silero, director de Caretas, Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros y el editor Roberto Bustamante Flores, enfatizan el difícil trabajo de los reporteros gráficos en situaciones de guerra interna como el que experimentó Oscar Medrano Pérez.

El lector podrá observar fotografías en pleno conflicto armado, de las incursiones de las fuerzas de orden y sus enfrentamientos con los terroristas. Se incluyen imágenes de sobrevivientes, esposas madres e hijas que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, niños huérfanos, los comités de autodefensa (ronderos) creados durante los años de violencia política, entre otros. El autor llegó y cubrió informaciones de lugares casi remotos en innumerables pueblos de los andes peruanos, tras los ataques terroristas como Chuschis, Lucanamarca, Huancasancos, Huaychao, Uchuraccay, Vilcashuamán, Putis, Sacsamarca, entre otros.

La imagen del rostro dolido de Edmundo Camana Sumari, uno de los siete supervivientes de la masacre de Lucanamarca en Ayacucho, (3 de abril 1983) fue captada por Oscar Medrano Pérez y se convirtió en la foto símbolo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Asimismo, el año 2003, en la primera muestra fotográfica “YUYANAPAQ: Para recordar”, las fotos de Medrano Pérez y otras imágenes impactantes de varios fotoperiodistas fueron exteriorizadas al presentar factores, alcances y consecuencias funestas de este conflicto armado en la sociedad peruana.

“Mi deseo tomar fotos de niños alegres”
Medrano Pérez, con 53 años de experiencia en varios medios de comunicación, asevero que desea volver a los lugares y pueblos afectados por la violencia terrorista y captar imágenes ya no del dolor y consternación de la época de los años 80. “Yo creo que las fotos que me faltan tomar son las caras de niños alegres”.


Recientemente, Medrano Pérez, visitó la localidad de Huaychao zona alto-andina en Ayacucho, que hace más de 20 años se mantuvo convulsionada. Lo primero que hizo allí fue caminar alrededor y buscar los rostros de los niños y jóvenes alrededor de sus viviendas. Su reciente libro muestra los rostros de niños huérfanos hijos de campesinos andinos, temerosos de enfrentar un futuro desconocido.

Amor a la profesión de fotoperiodista
“Si no amas la profesión no deber seguirla. Un fotoperiodista debe sentir, así como un guitarrista puede tocar con amor”, declaró Medrano Pérez, en un documental fotográfico producido por la profesional Madeline Townsand, cuando visitó Lima como estudiante de la Universidad Católica en 2014. Cuando fue consultado acerca de sus mejores fotografías logradas a la fecha, Medrano Pérez respondió: “Me siento orgulloso de todas las que yo tomo, es que siempre yo trato de hacer lo mejor en mi trabajo”.

También recuerda como Enrique Zileri Gibson, director de la revista CARETAS, ya fallecido, solía reunirse con los fotógrafos en la sala de redacción y les exclamaba: “sin fotos no hay textos”.

“Para ser un buen fotógrafo hay que llegar al corazón. Siempre hay que llegar a obtener un buen resultado”, subrayó en el dialogo con Madeline Townsend.


Su vida en constante peligro.
El veterano fotógrafo, se jugó la vida en cada asignación durante los 20 años de terrorismo en el Perú, donde enfrentó el peligro de las balas de los senderistas, de los policías y militares emplazados en las zonas de emergencia. La familia de Oscar Medrano Pérez asegura que por su trabajo de fotoperiodista Oscar está expuesto a serios peligros personales incluso perder la vida. Su esposa Angélica Lahura de Medrano y sus hijos recuerdan varios casos difíciles que les tocó vivir en los años de violencia. En los años 90, Medrano Pérez sufrió daños emocionales y físicos en una volcadura de un ómnibus de transporte de pasajeros que lo llevaba a la ciudad de Ayacucho por la vía de los Libertadores. Oscar, para salir del vehículo destrozó una ventana, luego rescató a varios pasajeros y al mismo tiempo pidió ayuda para conducirlos al hospital más cercano. Una noche cumpliendo una asignación periodística ante un informe de un ataque terrorista al Palacio de Gobierno, en el centro de Lima, Oscar se dirigió al lugar con rapidez con su vehículo junto con otro periodista. Iba manejando por la avenida Carabaya y raudamente fue impactado por una tanqueta del Ejército. Providencialmente Medrano Pérez logró sobrevivir lo mismo que su colega.


En otras circunstancias, una madrugada Oscar conducía su vehículo por la avenida Faucett camino al aeropuerto internacional Jorge Chávez y en forma intempestiva impactó contra otro vehículo que recogía la basura, salvándose milagrosamente de morir; sólo tenía algunos rasguños y pudo caminar hasta una clínica cercana. “Todavía mi padre pudo fotografiar su vehículo totalmente arruinado”, recuerda su hijo Herbert”. Para su esposa Angélica, es muy difícil olvidar los años de tensión cada vez que Oscar debía de salir de viaje, los mismos sentimientos atormentaban a sus 4 hijos Oscar Jr. Henry, Herbert y Edward. Conciliar entre la vida familiar y el trabajo de un reportero gráfico no ha sido tarea fácil para él y su familia durante las duras jornadas que cumplió en la época de conflicto armado.


“Ha sido muy difícil para mí explicarles a mi esposa y mis hijos acerca de mi trabajo, de esa vorágine emocional que uno vive en las zonas de conflicto”, menciona Oscar. “Yo mismo pude haber sido otra víctima fatal en aquella fatídica misión en 1983, cuando los ocho periodistas que se dirigieron a Uchuraccay (Ayacucho) encontraron la muerte”, confiesa Medrano Pérez. “Por cambios imprevistos en la redacción de la revista, mi viaje a la zona de Ayacucho fue postergado”. Cada vez que Oscar se alista para salir de viaje se encomienda a la Virgen del Carmen, patrona espiritual de su pueblo natal, Acosvinchos. “Recuerdo que la señora Doris Gibson, fundadora de Caretas, derramó sus lágrimas pensando que yo había sido otra víctima, cuando confundieron mi apellido con otro colega fallecido en Ayacucho”.
finalizó.

Oscar Medrano Pérez, un maestro del fotoperiodismo

Su primer libro ¡Nunca Más- Never Again! próximo a circular

OSCAR MEDRANO, FOTO PARA SOLAPA DEL LIBRO NUNCA MAS
Su primer libro ¡Nunca Más!- Never Again! con una selección de las imágenes de la cruenta guerra desatada por Sendero Luminoso en el Perú será presentada este mes de noviembre en la ciudad de Lima por el Fondo del Congreso de la República del Perú. Oscar Medrano Pérez, fotógrafo activo durante más de 50 años, registró las imágenes de esta violencia política como reportero gráfico de la revista CARETAS y documentó las diferentes caras de este periodo trágico en la historia del terrorismo.
 
El libro ilustrado en idioma español e inglés, pone al alcance de los lectores una selección de fotos impresionantes de muerte, destrucción, secuestros y sabotajes en el período de la violencia interna en el Perú entre 1980 -2000 que hizo cambiar la historia y la vida de los peruanos.


Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, abre el libro ilustrado con un prólogo en el cual resalta el trabajo periodístico del maestro Oscar Medrano Pérez. Los periodistas Marco Silero, director de Caretas, Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros y el editor Roberto Bustamante Flores, enfatizan el difícil trabajo de los reporteros gráficos en situaciones de guerra interna como el que experimentó Oscar Medrano Pérez.

El lector podrá observar fotografías en pleno conflicto armado, de las incursiones de las fuerzas de orden y sus enfrentamientos con los terroristas. Se incluyen imágenes de sobrevivientes, esposas madres e hijas que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, niños huérfanos, los comités de autodefensa (ronderos) creados durante los años de violencia política, entre otros. El autor llegó y cubrió informaciones de lugares casi remotos en innumerables pueblos de los andes peruanos, tras los ataques terroristas como Chuschis, Lucanamarca, Huancasancos, Huaychao, Uchuraccay, Vilcashuamán, Putis, Sacsamarca, entre otros.

La imagen del rostro dolido de Edmundo Camana Sumari, uno de los siete supervivientes de la masacre de Lucanamarca en Ayacucho, (3 de abril 1983) fue captada por Oscar Medrano Pérez y se convirtió en la foto símbolo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Asimismo, el año 2003, en la primera muestra fotográfica “YUYANAPAQ: Para recordar”, las fotos de Medrano Pérez y otras imágenes impactantes de varios fotoperiodistas fueron exteriorizadas al presentar factores, alcances y consecuencias funestas de este conflicto armado en la sociedad peruana.

“Mi deseo tomar fotos de niños alegres”
Medrano Pérez, con 53 años de experiencia en varios medios de comunicación, asevero que desea volver a los lugares y pueblos afectados por la violencia terrorista y captar imágenes ya no del dolor y consternación de la época de los años 80. “Yo creo que las fotos que me faltan tomar son las caras de niños alegres”.


Recientemente, Medrano Pérez, visitó la localidad de Huaychao zona alto-andina en Ayacucho, que hace más de 20 años se mantuvo convulsionada. Lo primero que hizo allí fue caminar alrededor y buscar los rostros de los niños y jóvenes alrededor de sus viviendas. Su reciente libro muestra los rostros de niños huérfanos hijos de campesinos andinos, temerosos de enfrentar un futuro desconocido.

Amor a la profesión de fotoperiodista
“Si no amas la profesión no deber seguirla. Un fotoperiodista debe sentir, así como un guitarrista puede tocar con amor”, declaró Medrano Pérez, en un documental fotográfico producido por la profesional Madeline Townsand, cuando visitó Lima como estudiante de la Universidad Católica en 2014. Cuando fue consultado acerca de sus mejores fotografías logradas a la fecha, Medrano Pérez respondió: “Me siento orgulloso de todas las que yo tomo, es que siempre yo trato de hacer lo mejor en mi trabajo”.

También recuerda como Enrique Zileri Gibson, director de la revista CARETAS, ya fallecido, solía reunirse con los fotógrafos en la sala de redacción y les exclamaba: “sin fotos no hay textos”.

“Para ser un buen fotógrafo hay que llegar al corazón. Siempre hay que llegar a obtener un buen resultado”, subrayó en el dialogo con Madeline Townsend.


Su vida en constante peligro.
El veterano fotógrafo, se jugó la vida en cada asignación durante los 20 años de terrorismo en el Perú, donde enfrentó el peligro de las balas de los senderistas, de los policías y militares emplazados en las zonas de emergencia. La familia de Oscar Medrano Pérez asegura que por su trabajo de fotoperiodista Oscar está expuesto a serios peligros personales incluso perder la vida. Su esposa Angélica Lahura de Medrano y sus hijos recuerdan varios casos difíciles que les tocó vivir en los años de violencia. En los años 90, Medrano Pérez sufrió daños emocionales y físicos en una volcadura de un ómnibus de transporte de pasajeros que lo llevaba a la ciudad de Ayacucho por la vía de los Libertadores. Oscar, para salir del vehículo destrozó una ventana, luego rescató a varios pasajeros y al mismo tiempo pidió ayuda para conducirlos al hospital más cercano. Una noche cumpliendo una asignación periodística ante un informe de un ataque terrorista al Palacio de Gobierno, en el centro de Lima, Oscar se dirigió al lugar con rapidez con su vehículo junto con otro periodista. Iba manejando por la avenida Carabaya y raudamente fue impactado por una tanqueta del Ejército. Providencialmente Medrano Pérez logró sobrevivir lo mismo que su colega.


En otras circunstancias, una madrugada Oscar conducía su vehículo por la avenida Faucett camino al aeropuerto internacional Jorge Chávez y en forma intempestiva impactó contra otro vehículo que recogía la basura, salvándose milagrosamente de morir; sólo tenía algunos rasguños y pudo caminar hasta una clínica cercana. “Todavía mi padre pudo fotografiar su vehículo totalmente arruinado”, recuerda su hijo Herbert”. Para su esposa Angélica, es muy difícil olvidar los años de tensión cada vez que Oscar debía de salir de viaje, los mismos sentimientos atormentaban a sus 4 hijos Oscar Jr. Henry, Herbert y Edward. Conciliar entre la vida familiar y el trabajo de un reportero gráfico no ha sido tarea fácil para él y su familia durante las duras jornadas que cumplió en la época de conflicto armado.


“Ha sido muy difícil para mí explicarles a mi esposa y mis hijos acerca de mi trabajo, de esa vorágine emocional que uno vive en las zonas de conflicto”, menciona Oscar. “Yo mismo pude haber sido otra víctima fatal en aquella fatídica misión en 1983, cuando los ocho periodistas que se dirigieron a Uchuraccay (Ayacucho) encontraron la muerte”, confiesa Medrano Pérez. “Por cambios imprevistos en la redacción de la revista, mi viaje a la zona de Ayacucho fue postergado”. Cada vez que Oscar se alista para salir de viaje se encomienda a la Virgen del Carmen, patrona espiritual de su pueblo natal, Acosvinchos. “Recuerdo que la señora Doris Gibson, fundadora de Caretas, derramó sus lágrimas pensando que yo había sido otra víctima, cuando confundieron mi apellido con otro colega fallecido en Ayacucho”.
finalizó.
  trayectoria,  documentó las diferentes caras de este periodo trágico de una etapa siniestra donde gamonales  resentidos por la  reforma  agraria se aliaron con una
 
El libro ilustrado en idioma español e inglés, pone al alcance de los lectores una selección de fotos impresionantes de muerte, destrucción, secuestros y sabotajes en el período de la violencia interna en el Perú entre 1980 -2000 que hizo cambiar la historia y la vida de los peruanos.


Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, abre el libro ilustrado con un prólogo en el cual resalta el trabajo periodístico del maestro Oscar Medrano Pérez. Los periodistas Marco Silero, director de Caretas, Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros y el editor Roberto Bustamante Flores, enfatizan el difícil trabajo de los reporteros gráficos en situaciones de guerra interna como el que experimentó Oscar Medrano Pérez.

El lector podrá observar fotografías en pleno conflicto armado, de las incursiones de las fuerzas de orden y sus enfrentamientos con los terroristas. Se incluyen imágenes de sobrevivientes, esposas madres e hijas que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, niños huérfanos, los comités de autodefensa (ronderos) creados durante los años de violencia política, entre otros. El autor llegó y cubrió informaciones de lugares casi remotos en innumerables pueblos de los andes peruanos, tras los ataques terroristas como Chuschis, Lucanamarca, Huancasancos, Huaychao, Uchuraccay, Vilcashuamán, Putis, Sacsamarca, entre otros.

La imagen del rostro dolido de Edmundo Camana Sumari, uno de los siete supervivientes de la masacre de Lucanamarca en Ayacucho, (3 de abril 1983) fue captada por Oscar Medrano Pérez y se convirtió en la foto símbolo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Asimismo, el año 2003, en la primera muestra fotográfica “YUYANAPAQ: Para recordar”, las fotos de Medrano Pérez y otras imágenes impactantes de varios fotoperiodistas fueron exteriorizadas al presentar factores, alcances y consecuencias funestas de este conflicto armado en la sociedad peruana.

“Mi deseo tomar fotos de niños alegres”
Medrano Pérez, con 53 años de experiencia en varios medios de comunicación, asevero que desea volver a los lugares y pueblos afectados por la violencia terrorista y captar imágenes ya no del dolor y consternación de la época de los años 80. “Yo creo que las fotos que me faltan tomar son las caras de niños alegres”.


Recientemente, Medrano Pérez, visitó la localidad de Huaychao zona alto-andina en Ayacucho, que hace más de 20 años se mantuvo convulsionada. Lo primero que hizo allí fue caminar alrededor y buscar los rostros de los niños y jóvenes alrededor de sus viviendas. Su reciente libro muestra los rostros de niños huérfanos hijos de campesinos andinos, temerosos de enfrentar un futuro desconocido.

Amor a la profesión de fotoperiodista
“Si no amas la profesión no deber seguirla. Un fotoperiodista debe sentir, así como un guitarrista puede tocar con amor”, declaró Medrano Pérez, en un documental fotográfico producido por la profesional Madeline Townsand, cuando visitó Lima como estudiante de la Universidad Católica en 2014. Cuando fue consultado acerca de sus mejores fotografías logradas a la fecha, Medrano Pérez respondió: “Me siento orgulloso de todas las que yo tomo, es que siempre yo trato de hacer lo mejor en mi trabajo”.

También recuerda como Enrique Zileri Gibson, director de la revista CARETAS, ya fallecido, solía reunirse con los fotógrafos en la sala de redacción y les exclamaba: “sin fotos no hay textos”.

“Para ser un buen fotógrafo hay que llegar al corazón. Siempre hay que llegar a obtener un buen resultado”, subrayó en el dialogo con Madeline Townsend.


Su vida en constante peligro.
El veterano fotógrafo, se jugó la vida en cada asignación durante los 20 años de terrorismo en el Perú, donde enfrentó el peligro de las balas de los senderistas, de los policías y militares emplazados en las zonas de emergencia. La familia de Oscar Medrano Pérez asegura que por su trabajo de fotoperiodista Oscar está expuesto a serios peligros personales incluso perder la vida. Su esposa Angélica Lahura de Medrano y sus hijos recuerdan varios casos difíciles que les tocó vivir en los años de violencia. En los años 90, Medrano Pérez sufrió daños emocionales y físicos en una volcadura de un ómnibus de transporte de pasajeros que lo llevaba a la ciudad de Ayacucho por la vía de los Libertadores. Oscar, para salir del vehículo destrozó una ventana, luego rescató a varios pasajeros y al mismo tiempo pidió ayuda para conducirlos al hospital más cercano. Una noche cumpliendo una asignación periodística ante un informe de un ataque terrorista al Palacio de Gobierno, en el centro de Lima, Oscar se dirigió al lugar con rapidez con su vehículo junto con otro periodista. Iba manejando por la avenida Carabaya y raudamente fue impactado por una tanqueta del Ejército. Providencialmente Medrano Pérez logró sobrevivir lo mismo que su colega.


En otras circunstancias, una madrugada Oscar conducía su vehículo por la avenida Faucett camino al aeropuerto internacional Jorge Chávez y en forma intempestiva impactó contra otro vehículo que recogía la basura, salvándose milagrosamente de morir; sólo tenía algunos rasguños y pudo caminar hasta una clínica cercana. “Todavía mi padre pudo fotografiar su vehículo totalmente arruinado”, recuerda su hijo Herbert”. Para su esposa Angélica, es muy difícil olvidar los años de tensión cada vez que Oscar debía de salir de viaje, los mismos sentimientos atormentaban a sus 4 hijos Oscar Jr. Henry, Herbert y Edward. Conciliar entre la vida familiar y el trabajo de un reportero gráfico no ha sido tarea fácil para él y su familia durante las duras jornadas que cumplió en la época de conflicto armado.


“Ha sido muy difícil para mí explicarles a mi esposa y mis hijos acerca de mi trabajo, de esa vorágine emocional que uno vive en las zonas de conflicto”, menciona Oscar. “Yo mismo pude haber sido otra víctima fatal en aquella fatídica misión en 1983, cuando los ocho periodistas que se dirigieron a Uchuraccay (Ayacucho) encontraron la muerte”, confiesa Medrano Pérez. “Por cambios imprevistos en la redacción de la revista, mi viaje a la zona de Ayacucho fue postergado”. Cada vez que Oscar se alista para salir de viaje se encomienda a la Virgen del Carmen, patrona espiritual de su pueblo natal, Acosvinchos. “Recuerdo que la señora Doris Gibson, fundadora de Caretas, derramó sus lágrimas pensando que yo había sido otra víctima, cuando confundieron mi apellido con otro colega fallecido en Ayacucho”.
finalizó.