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Por Jorge Zavaleta
Alegre.
En América Latina,
entre el 1% y el 5% del presupuesto sanitario se destina a salud mental y de
éste, más del 50% se gasta en hospitales psiquiátricos, según un diagnóstico
de la Organización Panamericana de la Salud del presente año.
Si bien en toda la región esto
representa una gran falencia de servicios, en países como Perú y Colombia, que
viven o han vivido fenómenos de violencia como Sendero Luminoso,
Movimiento Túpac Amaru y las FARCS, existen miles de personas cuya
salud mental requiere atención efectiva.
El caso de Perú
En Perú, el 85% de las personas no acceden a servicio de salud mental. Dentro
del presupuesto de salud, solo el 1,5% se invierte en salud mental, el 22% se
destina a las redes de atención primaria, precisa la Organización Mundial de la
Salud.
Hace poco más de un año se instaló la
dirección de salud mental a nivel nacional como órgano rector. Pero del mismo
modo que en otras partes de América Latina, existen déficits de profesionales e
infraestructura en los servicios de salud, escaso involucramiento de los
gobiernos regionales y locales y escasa participación comunitaria en el ámbito
de la salud mental.
A su vez, existen
pocas organizaciones de la sociedad civil que proveen apoyo en esta área,
aunque existen cientos de pacientes con condiciones como trastorno de pánico y agorafobia, un
miedo y ansiedad intensas a estar en lugares de donde es difícil
escapar o donde no se podría disponer de ayuda.
Existen ejemplos en
otros lugares como Madrid, en donde organizaciones como la Asociación Madrileña
de Agorafobia (AMADAG)
realizan tanto terapias grupales como individuales y acumulan una gran
experiencia en el manejo de la ansiedad y las situaciones ligadas a ésta que
ocurren durante el tratamiento de trastornos que limitan la vida de muchos
pacientes.
El caso de Cuba
En Cuba, el 25% de
las personas que acuden a las instalaciones de salud han sido diagnosticadas
con depresión. Este país tiene la tasa más alta de suicidios en las Américas y el Caribe, de
acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Siendo la salud de la población una
prioridad nacional, no es sorprendente que el Ministerio de Salud Pública, en
un esfuerzo intersectorial, que incluye las familias y las comunidades, haya
fortalecido y ampliado su Programa Nacional de Salud Mental.
La psiquiatría se
ha orientado hacia la Atención Primaria de forma que se han integrado este tipo
de servicios dentro de las comunidades y adoptado estrategias
preventivas. Existen 17 hospitales pecializados en psiquiatría y desde 1995, se
establecieron servicios psiquiátricos en todos los hospitales generales y
pediátricos del país. Además, se lanzó un sistema nacional formado por más de
una centena de centros comunitarios de salud mental.
A partir de 1995
tuvo lugar una innovación que fue la introducción de los “hospitales de día”, que son servicios psiquiátricos
ambulatorios establecidos en la comunidad, donde las personas con trastornos
mentales más severos pero que no requieren hospitalización, pueden estar de
lunes a viernes. Los hospitales de día operan a partir de los centros
comunitarios de salud mental y ofrecen servicios adicionales de acuerdo con las
necesidades.
Si bien la
situación en Perú y Cuba muestran diferentes necesidades y formatos de ofrecer
servicios de salud mental, hay muchos otros países como Alemania, Italia,
España que tienen modelos que podrían servir como ejemplo, y que emergieron
después de la II Guerra Mundial, según explica Amaitlp, organización que
ayuda a personas con Trastorno Límite de la Personalidad y a sus familias.
¿Cuál es la
situación de la salud mental en el tu país? Cuéntanos en la sección de
comentarios abajo o mencionando a @BIDgente en twitter.
Jorge Zavaleta Alegre es agregado de
prensa en la Embajada de la República de Italia, Centro Italiano de Cultura,
Fondo Ítalo Peruano y PNUD.
Banco
Interamericano De Desarrollo, BID, Planes
De Beneficios De Salud En América Latina, Políticas
Públicas, Salud, Salud Mental
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·
SHOWING
6 COMMENTS
·
Carlos Acosta Saal10 de octubre de
2016
La Direccion de Salud Mental del Ministerio de Salud del Peru se
conformo en el 2006 absobiendo al Programa Transversal denominado Estrategia
Sanitaria de Salud Mental y Cultura de Paz. La Agenda se oriento a atender la
vulneracion de los derechos humanos, la asignación de presupuesto, la formacion
de recursos y el Desarrollo de un Modelo de Atencion en Salud Mental que fuera
mas alla de la vision hospitalaria de los Psiquiatras. La realidad hoy, 10 años
despues es diferente pero sigue siendo insuficiente y requiere conjugar no solo
el idealismo de las Normas sino tambien su gerenciamiento y el siempre
necesario respaldo politico.
·
Daniel Condor10 de octubre de
2016
Como mencionas Jorge, la falta de centro de atención de salud mental en
el primer nivel de atención es una brecha que ha marcado un problema en Perú,
llevamos años implementando centros psiquiátricos. En la academia estamos
trabajando impulsando nuevas formas de atención, más integral y con
participación del propio ciudadano. Pero aun esta labor necesita de mayor
empuje. Las experiencias de Alemania, España e Italia nos puede servir como
modelos, y debe ser adecuado a la realidad de nuestros pueblos.
·
Freddy Fernandez
Castro10 de octubre de 2016
Los índices de salud de Costa Rica son muy cercanos a los de los países
desarrollados y definen un perfil en el que predominan las enfermedades
crónicas, entre ellas los trastornos mentales. Sin embargo, éstos sólo
recientemente han venido a ocupar un sitio prominente en el panorama de la
salud nacional, al ser incluidos entre los 10 compromisos de la Agenda
Sanitaria Concertada 2014- 2016.
Costa Rica atraviesa una etapa de su desarrollo que la coloca en una situación especial en cuanto a sus indicadores de salud, perfil demográfico, desarrollo de los servicios públicos y grado de alfabetización, entre otros. Esas condiciones favorables han influido en el perfil de salud de la población de suerte que en la actualidad las tasas de morbilidad por enfermedades infectocontagiosas han sido sobrepasadas por las correspondientes a las enfermedades crónicas, entre ellas los trastornos mentales y del comportamiento.
Costa Rica atraviesa una etapa de su desarrollo que la coloca en una situación especial en cuanto a sus indicadores de salud, perfil demográfico, desarrollo de los servicios públicos y grado de alfabetización, entre otros. Esas condiciones favorables han influido en el perfil de salud de la población de suerte que en la actualidad las tasas de morbilidad por enfermedades infectocontagiosas han sido sobrepasadas por las correspondientes a las enfermedades crónicas, entre ellas los trastornos mentales y del comportamiento.
·
JUAN JON14 de octubre de
2016
Buen día;
agradeciendo la oportunidad que se nos brinda para poder manifestar nuestras
apreciaciones frente a lo expuesto.
Menciono que,
personalmente laboro en uno de los centros de salud mental comunitaria, en el
departamento de La Libertad. Llevamos ya un año laborando en una suerte de
reconocimiento de la problemática social, desde una visión sociológica y
médica. Intentamos evaluar los determinantes sociales de nuestra comunidad y
las determinantes de salud que influyen como factores negativos, que afectan a
la sociedad. Creemos firmemente; que la trasmisión y recuperación de los
factores protectores que se vienen desarrollando dentro de la propia comunidad,
por parte de los mismos pobladores permitiría, en una vorágine de situaciones
cotidianas, recuperar a las personas de la susceptibilidad que la marginación,
ya sea política, social, económica, etc, los puede arrastrar hacia una vida de
alienación en el desfase de intentar mantener su cultura arraigada vs el
adaptarse a las “nuevas tendencias en desarrollo social.”
Hemos comprendido
que bajo los conceptos de “OMNIPOTENCIA” en las necesidades sanitarias de un
determinado territorio, no se logra sembrar nada para el mañana. Como se bien,
se ha logrado reconocer en la lectura, la reforma psiquiátrica ha venido muy,
empoderado de Italia, Estados Unidos, Canadá, España entre otros. Pero lo que
más ha permitido su sostenibilidad; es la capacidad de reconocimiento de que se
debe hacer un trabajo comunitario y con un frente NORMALIZADOR. Nosotros, no
somos “amos” para definir cuales podrían ser las prioridades de un usuario
afectado por un trastorno mental, en determinado momento de su vida, pero si
podemos llegar a concertar una forma de contrato, donde por mutuo acuerdo se
pueda trabajar objetivos determinados.
Srs, no podemos
llegar a imponer un sistema sanitario en una determinada comunidad, pero si
podemos trabajar para desarrollar todas las potencialidades que tienen, desde
inicios, para que ellos mismos, en su propio territorio, puedan dar
sostenibilidad y desarrollo a su comunidad.
Se que lo
mencionado en este comentario no mejorará los indicadores en salud o las
deficiencias en nuestros países. Pero sí, podría mostrar que hay gente ahí,
escondida, trabajando a muy bajo vuelo y que posiblemente estemos listos para
formar las bases de un nuevo paradigma en nuestros hermanos. Este es el
momento, de insertarnos en la cabeza, a los que trabajamos en estos centros de
salud mental, que dentro de muy poco, 15 o 20 años, veremos cuanta
responsabilidad nuestro país ha depositado en nuestro trabajo y en nuestra
convicción por ser generadores de cambio.
CSMC SAN CRISPÍN
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Alfredo Enrique
Oyola García19 de octubre de 2016
En nuestro país la violencia interpersonal, en especial la vivida entre
los años 80 y 2000, ha sido y es uno de los principales factores que ha
impactado en la salud mental de la población. Indiscutiblemente, una gran parte
de la población desplazada -a pesar de los pocos estudios que se han hecho en
nuestro país- sufra las consecuencias devastadoras de esa situación (ver: http://www.redalyc.org/pdf/2031/203132677007.pdf).
En la actualidad, aún quedan espacios donde las condiciones de vida no han
cambiado (como ejemplo, VRAEM y HUALLAGA) y que generan un caldo de cultivo
para la violencia que sigue minando la salud mental de parte de nuestra
población. A esto se deben sumar las escasas o nulas estrategias basadas en la
familia para fortalecer su funcionamiento como base para mejorar la
comunicación interpersonal que reduzcan los crecientes índices de suicidio,
homicidios, consumo de drogas y otros problemas relacionados. Además, el
crecimiento económico, el mejor acceso al trabajo, el aumento de la población
femenina como parte de la fuerza laboral, entre otros, esta configurando un
escenario en que el niño o niña crece con una presencia “virtual” de la familia
y escasa dedicación a la construcción de valores personales y sociales.
La respuesta está en la promoción de la vida en familia desde diferentes sectores, principalmente, educación y trabajo.
La respuesta está en la promoción de la vida en familia desde diferentes sectores, principalmente, educación y trabajo.
·
Terapia de pareja03 de marzo de 2017
Antes que nada,
gracias por el espacio y por compartirlo para poder tener los referentes de qué
tanta atención/educación/prevención de destina a la salud mental desde nuestras
autoridades.
Desafortunadamente es un derecho por el que pocos abogamos y procuramos, debido a las resistencias individuales y falta de educación que generan los prejuicios y a la vez alimentan más esa resistencia a sentirse “locos”. Sin embargo, es importante cómo estas resistencias y prejuicios se ven minimizados ante la exigencia de alguien más, alguien ajeno a mí y a mi deseo de hacer las cosas por mi mism@, pues en mi experiencia como terapeuta y me he dado cuenta que lo que nos ha ayudado a tener ese acercamiento y aportación para el trabajo con los problemas de salud mental son las parejas, pues, en muchos casos, desde mi experiencia, las personas deciden acudir a terapia psicológica por demanda de la pareja o escuela y es a partir de este acercamiento en el que podemos trabajar y contribuir en la disminución de enfermedades o trastornos mentales. Pues en casos de comunidades de escasos recursos muchas personas tienen que vivir en situación de calle debido a que las familias no pueden solventar padecimientos como esquizofrenia y terminan abandonándolos.
Desafortunadamente es un derecho por el que pocos abogamos y procuramos, debido a las resistencias individuales y falta de educación que generan los prejuicios y a la vez alimentan más esa resistencia a sentirse “locos”. Sin embargo, es importante cómo estas resistencias y prejuicios se ven minimizados ante la exigencia de alguien más, alguien ajeno a mí y a mi deseo de hacer las cosas por mi mism@, pues en mi experiencia como terapeuta y me he dado cuenta que lo que nos ha ayudado a tener ese acercamiento y aportación para el trabajo con los problemas de salud mental son las parejas, pues, en muchos casos, desde mi experiencia, las personas deciden acudir a terapia psicológica por demanda de la pareja o escuela y es a partir de este acercamiento en el que podemos trabajar y contribuir en la disminución de enfermedades o trastornos mentales. Pues en casos de comunidades de escasos recursos muchas personas tienen que vivir en situación de calle debido a que las familias no pueden solventar padecimientos como esquizofrenia y terminan abandonándolos.
Así que con o sin
apoyo de nuestras autoridades correspondientes, la mejor manera de ir
trabajando en esta problemática es con trabajo, educación y aceptación
Saludos