Jorge Zavaleta Alegre.
En el Siglo XV, el Océano Pacifico fue el puerto de ingreso a Europa. En la Isla La Española fueron fundadas dos Repúblicas: Haití y Republica Dominicana. Siete siglos después presentan al mundo una cruda realidad, que exige la mirada y la acción de la comunidad internacional.
El zorro de arriba y el zorro de abajo, sexta y última novela del escritor peruano José María Arguedas, publicada póstumamente en 1971 nos deja un mensaje social que sigue vigente.
El autor refiere los tormentos que le agobiaban mientras iba escribiendo la novela, para finalmente anunciar su inminente suicidio. En cartas enviadas al editor español Carlos Barral fechadas en 1977, Arguedas le cuenta sobre un proyecto de novela que versaría sobre:
Los pescadores de anchoveta y sobre la revolución producida por la industria de la harina de pescado en la costa peruana. Posiblemente el razgo más punzante e irónico de la obra de JMA está dado por la coincidencia de la labor de las empresas extranjeras y la de los padrinos y misioneros.
Estamos caminando marzo el 2022 y se puede afirmar que la riqueza material de un país, es base fundamental para el desarrollo integral. Siempre y cuando tenga la capacidad, imaginación, voluntad, mística de sus habitantes y líderes dispuestos a construir una sociedad innovadora, dueña de un futuro.
UNA ISLA 2 PAISES.
En el mar de las Antillas, en la parte central y oriental de la isla La Española se encuentran la Republica Dominicana con su capital y ciudad más poblada de Santo Domingo y al oeste Haití, con su capital Puerto Príncipe.
La República Dominicana - uno de los destinos turísticos más populares del Caribe - y Haití con sus mujeres que dan lecciones para afrontar la pobreza entre los más pobres del mundo.
La RD parece un paraíso a primera vista, recibe más de cuatro millones de turistas al año. Y anuncia nuevas ofertas post pandemia.
En Haití, sin embargo, se necesitan muchas horas para recorrer unos pocos kilómetros. Según las Naciones Unidas solo un 50 por ciento de la población haitiana sabe leer y escribir, mientras que en el país vecino el porcentaje supera el 90 por ciento. La tasa de mortalidad infantil en Haití es casi tres veces mayor que en la República Dominicana
El terremoto en Haití a principios del 2010 causó la muerte de unas 220 mil personas. La mayoría de los haitianos vive en comunidades diseminadas por todo el país. Ninguna ciudad de Haití tiene un abastecimiento regular de electricidad.
Haití es el país más pobre del hemisferio occidental, y República Dominicana, una de las economías de Latinoamericana que en el siglo XXI crece para beneficio de todos sus habitantes.
Los dos países comparten una isla y durante siglos han tenido administraciones de explotación colonial, hablan idiomas distintos y culturas diferentes.
Los extranjeros han desempeñado un papel excesivo en Haití desde su independencia en 1804, No cabe duda que Haití necesita apoyo con urgencia. El 2020 fue asesinado su gobernante Moïse, más de 90 pandillas armadas operaban en todo el país y controlaban más de la mitad de la capital.
Más de la mitad de la población del país subsiste con menos de $2 al día. El COVID-19 ha provocado estragos.
La mayoría de sus presidentes. desde los Duvalier hasta hoy han adoptado su táctica de crear un brazo armado extralegal, y solo el presidente René Préval, en el cargo de 1996 a 2001 y nuevamente de 2006 a 2011, rechazó esa táctica. Los presidentes Jean-Bertrand Arístides y Martelly presuntamente, reclutaron, patrocinaron, toleraron o ignoraron deliberadamente a los grupos armados.
El Departamento del Tesoro de EE. UU. y la ONU informan sobre violaciones graves de los derechos humanos, incluida la masacre de La Saline en 2018. Se estima que hasta que la lucha por el poder no produzca un claro vencedor, las pandillas se mantendrán al margen, mientras vean de dónde podría venir su próximo ingreso para supervivir.
La otra cara que la comunidad internacional aprecia es el actual balance económico social de la República Dominicana, con un período de fuerte crecimiento económico en el quinquenio previo a la pandemia que azota al mundo.
El 2019, RD se encaminaba a cumplir la meta de alcanzar el estatus de alto ingreso para 2030. Pero COVID-19 provoco en los 2020 efectos críticos, en el turismo, construcción y minería.
En los últimos diez años, el crecimiento económico de la RD redujo la tasa de pobreza, favoreciendo a su vez la expansión de la clase media. Aun así, las disparidades en el acceso a las oportunidades económicas y los servicios públicos siguen siendo considerables.
La RD ha logrado ampliar el acceso a la educación y la salud, pero la calidad dispar de estos servicios sigue siendo un gran obstáculo para el crecimiento de base amplia y el desarrollo del capital humano.
Voces oficiales de EEUU han hecho conocer la necesidad de: “Unir a la comunidad internacional en asociación con el pueblo haitiano es fundamental para lograr un enfoque unificado que ayude a restaurar las instituciones democráticas de Haití “.
Esta premisa puede ser una buena intención. Pero ni el discurso del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader ante la Asamblea General de la ONU), ha tenido una respuesta de la comunidad internacional para afrontar las limitaciones económicas de los haitianos.
La reciente Cumbre Virtual para la Democracia convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó en la necesidad de replantear políticas que auspicien la renovación del sistema democrático y sus instituciones.
Actualmente la Republica Dominicana es uno de los países que mayor esfuerzo realiza en la lucha contra la corrupción; Ha logrado reincorporar una gran parte de los dominicanos a un mejor nivel de vida, y se mejorará la distribución de las riquezas generadas.
El Presidente Abinader informa que el “Gobierno ha cumplido con más del 90% de los compromisos asumidos”.
Veamos América Latina.
Al sur del Rio Bravo la pobreza extrema llega a niveles no vistos en casi 30 años. Sus pueblos indígenas se encuentran entre la población más pobres. Cinco millones de personas más en el continente entraron en la pobreza extrema en 2021, que ya ha alcanzado los 86 millones. Mientras que se estima que la tasa de pobreza general habría disminuido levemente.
Los mayores incrementos de la pobreza tuvieron lugar en Argentina, Colombia y Perú, donde alcanzaron o excedieron los 7 puntos porcentuales.
En Chile, Costa Rica, Ecuador y Paraguay creció entre 3 y 5 puntos porcentuales y en Bolivia, México y la República Dominicana, creció menos de 2 puntos porcentuales.
Chile fue el país de América que en 2021 concentró el mayor nivel de patrimonio entre los ultrarricos en relación al tamaño de su economía.
Perú vive una crisis política permanente. Pero su economía sigue un derrotero diferente, aunque se silencia la circulación del dinero de la exportación de droga (cocaína), el contrabando de obras de arte, aprovechando que se encuentran ‘cerrados’ por la pandemia. El país ha tenido cinco presidentes en menos de cinco años y el último, Pedro Castillo, ya va por nueve meses en el poder, con grave silencio de partidos e instituciones representativas de los gremios empresariales.
La mayor crisis económica de las últimas décadas en América Latina está en pleno desarrollo, con un desempleo regional que supera el 13% y que en la práctica significa que 41 millones de personas han perdido su trabajo.
The Economist Intelligence Unit (EIU), anticipa que los países que podrían recuperar su nivel de crecimiento previo a la pandemia hacia fines de 2022 son: Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Costa Rica y Panamá……Cifras más menos América Latina es un continente que ha perdido o ha escondido las instituciones y personas responsables de la crisis o caricatura del crecimiento del nuevo siglo.
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