Papel de Arbol

domingo, 26 de junio de 2011

DE DEMOCRACIA Y ESTETICA, POR JAVIER SOTA NADAL

Arquitecto de profesión es un estudioso del desarrollo urbano. Ha sido dos veces rector de la Universidad Nacional de Ingeniería, presidente de la Asamblea Nacional de Rectores y Ministro de Educación. Ahora es columnista del diario La Primera de Lima y de Papel de Arbol, con Apuntes y Perspectivas:
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/de-democracia-y-estetica_89080.html
1 ¿Otorga el poder un diplomado en arte?: La teoría dice que no, pero la realidad demuestra lo contrario. En efecto, los cusqueños recordamos que el alcalde Daniel Estrada, con la tesis que la historia cusqueña incaica debía ser reivindicada por artistas locales, facilitó -por no decir empujó- el levantamiento de dos monumentos gigantes que hieren la estética y edilicia Inca y Colonial del Cusco, nos referimos al Cóndor y a Pachacútec. Su sucesor no quiso quedarse atrás con otro Pachacútec de igual tamaño y despropósito en las laderas que enmarcan nuestra emblemática ciudad. Antes -se dice- Odría influyó los diseños del Estadio Nacional y el Ministerio de Educación para curarlos de feminidad, sugiriendo con un lápiz rojo verticalidades que aseguraran virilidad.

En estas dos últimas décadas, alcaldes y presidentes regionales obviaron el desarrollo para dedicarse a la construcción de lo inútil a la par que huachafo. Cementos, yesos, piedras y cristales de todos los colores se convocaron en la escenificación del parnaso griego, la producción agrícola y la simbolización del poder local, allí donde Educación, alimentación, salud y agua no pasan de ser una quimera para los desposeídos.
En esta historia de lo impropio, el Cristo levantado en el Morro Solar es un pecado venial: no ha consumido -según se informa- fondos públicos y, en la bahía de Lima, a penas se distingue. Las críticas levantadas, sin embargo, tienen fundamento si es que se toma en cuenta que los peruanos estamos empeñados en construir un proyecto moderno y democrático en el que el territorio y la ciudad se modelen por la razón y el arte y no por la fuerza.

2- Lo grotesco: Lo inmenso para fines artísticos no simboliza la idea. Esta opción es edilicia no escultórica; se usa para funciones mundanas como bancos, hoteles, centros de comercio, etc. Una razón es que la belleza para la sensibilidad artística contemporánea se asocia a la escala, si se la transgrede se pisa terrenos grotescos. Un canario de veinte metros de altura sería pavoroso.

3- Lo huachafo: La autenticidad es componente de la verdad y la verdad es bella. Toda falsía o impostura es una traición; peor aún, cuando es mímesis de mímesis. Cuando ello ocurre, ineluctablemente, nace lo huachafo, que no es otra cosa que pretende ser lo que no es.

4- La particularidad en la generalidad: No hay argumento para desvalorar el gusto de los otros; por ejemplo el de la estética chicha; pero sí del gusto del alcalde de Chorrillos o de cualquier otro alcalde que imponga su particularidad estética a los ciudadanos. En los estados modernos los espacios públicos se respetan como legados históricos y, si se intervienen con obra nueva se trata de no alterarlos.