Sam no es mi
tío
Las pequeñas ciudades de los Andes latinoamericanos han
quedado abandonadas por la acelerada diáspora de los jóvenes hacia
las urbes provinciales y regionales... Solo quedan los abuelos
y nietos, con la ilusión de un reencuentro futuro. Hoy este
fenómeno irreversible desespera a la familia tradicional,
cuya geografía marcaba fronteras infranqueables entre chacra y
urbe.
“Al gobierno de USA le
dicen Tío Sam (Uncle Sam, en inglés) y los impuestos es el dinero del Tío Sam,
que es sagrado.IRS (internal revenue service) servicio de impuestos internos.
La
migración, los migrantes, no son vistos con buenos ojos, si los
protagonistas son del Sur al Norte. El pensamiento y la acción del dinero
legal o clandestino, provocan sensaciones patológicas, tratando de paralizar el
planeta, olvidando que las raíces históricas de EEUU o Europa no se pueden
entender sin la Migración.
Una
nueva mirada nos ofrecen veinticuatro cronistas que participan en Sam no es mi
tío, escritores, periodistas, y académicos latinoamericanos que se propusieron
narrar América, las Américas. Recoge, posiblemente, una fracción pequeña
de los millones de migrantes, que caracteriza la fundación y desarrollo
de USA, país que concentra la cuarta parte de la riqueza industrial
del planeta. 25% del PBI representa este país, cuya presidencia
republicana se empecina en levantar un muro de 7 mil kilómetros,
siguiendo el curso del Rio Bravo.
La
historia oficial soslaya que EEUU es fruto del concurso
del planeta, de la población Latinoamericana y del África que aún
mantienen una relación asimétrica. Y cualquier futuro, para todos
los habitantes de otras regiones dependerá de
cuánto debemos apostar por la humanidad entera para
garantizar la vida que nos prodiga el Planeta.
Los
autores de Sam no es mi tio, desde el título, nos induce a la
lectura obligada. Los comentarios, la realidad está compuesta por
millones de historias como las suyas que conforman nuestras sociedades.
Promesas de unidad, después de dos años de gobierno
unilateral, induce en la necesidad impostergable de entender que el mañana no
es un proyecto económico social para una parte sino crear condiciones
para todos.
Estas
crónicas son los relatos de la microhistoria americana contemporánea. Donde las
eternas migraciones, la violencia, las partidas y los regresos, el éxito y la
derrota, los cruces lingüísticos y culturales, el racismo y la xenofobia
cohabitan dentro de un relato que permanecerá siempre incompleto.
El
lector de estas crónicas va a acompañar trayectos tan fascinantes como
familiares. Se acercará a mundos bajos de los que ya escuchó hablar alguna vez.
Reirá y sufrirá con los protagonistas de historias reales, tan reales como las
de aquel amigo, aquella prima, aquel padre que se fue al Norte, pero nunca
contó qué pasó por allá. O la de una mujer y su amante que ven por la tele la
caída de las Torres Gemelas mientras especulan si su esposo murió en el ataque;
o un norteamericano que se dedica a defender latinos pobres que más tarde lo
van a traicionar.
Creo
que uno de los temas de este libro adquiere más importancia en
tanto plantea que es prioritario entender que sino hay salud mental de
todos, seguirá multiplicándose los dramas de la depresión de
millones, entre otros efectos. Dejar su tierra natal e insertarse a la economía
del trabajo resulta, hoy más que nunca, una quimera. El
desencuentro fatal de volver a la comarca es muy doloroso,
porque oportunidades no hay para todos. El Norte está lejos, muy
lejos aún, del Sur.
Recordemos
a Hipócrates (460-377 AC), el médico griego considerado el padre de la
medicina, distinguió entre la frenitis, que sería el delirium febril, la
manía o delirio violento, la melancolía y la epilepsia. Los médicos
hipocráticos identificaron cuatro temperamentos: colérico, sanguíneo,
melancólico, flemático. Cada temperamento estaba originando por el predominio
de uno de los cuatro humores: bilis amarilla, sangre, bilis negra y flema. Con
la palabra Cacopatía, Hipócrates designaba de esta manera a los trastornos
psiquiátricos graves. Delirio de posesión por el demonio o por un espíritu
diabólico.
Melancolía
es otro de los términos más antiguos de la psiquiatría, ya lo empleó Hipócrates
al referirse a la depresión. Se aplica en la actualidad, a la depresión
caracterizada por anhedonia grave, cualidad distinta del estado de ánimo, falta
de reactividad a los estímulos, despertar precoz, empeoramiento por las
mañanas, pérdida de peso, sentimientos de culpa, marcado retraso psicomotor o
agitación y anorexia o pérdida importante de peso.
OLEADAS
PASADAS
EEUU
desde su independencia a finales del siglo XVIII, ha vivido diversas
oleadas migratorias. El día de hoy, un modo de comprender el alcance real de
las migraciones pasadas y presentes es observando la composición étnica,
los ancestros de la mayor parte de sus habitantes. Otro modo .es el mapa
interactivo diseñado por Max Galka, de Metroscom, en el que podemos repasar
cómo ha sido el proceso migratorio a EEUU desde 1820 hasta nuestros días.
El
mapa ilumina los otros estados modernos que, en un momento dado, más migrantes
aportaron a Estados Unidos. Las personas se representan en pequeños puntos de
colores (cada punto son 10.000, aproximadamente) que parten de su país de
origen hasta el otro lado del mundo. Así, por ejemplo, a mediados del siglo XIX
la práctica totalidad de la inmigración recibida en Estados Unidos era europea.
El mapa ilumina de forma especialmente países como Irlanda, Reino Unido y
Alemania. Fue la primera generación, la más exitosa hoy.
¿Por
qué exitosa? Porque es la que mejor se ha asimilado con el paso del tiempo,
hasta el punto de como la alemana pasa desapercibida pese a ser la mayoritaria
en todo el país. Conforme avanzan los años, el patrón migratorio hacia Estados
Unidos cambia: a finales del siglo XIX son los países de Europa del Este
(húngaros, polacos), Irlanda y muy especialmente Italia los que más población
expatriada aportan al nuevo continente. Se suman también los escandinavos:
suecos y noruegos que pueblan el norte del país (Minnesota, las Dakotas):
1850
A
mediados del siglo XIX, los principales países que aportaban migrantes a Estados
Unidos estaban en Europa Occidental. Reino Unido e Irlanda por un lado y
Alemania por otro, además de Francia.
1890
La
tendencia cambia a finales del siglo XIX, cuando se suman otros países
europeos. Los escandinavos, por un lado, Italia, por otro, y numerosos estados
actuales de Europa del Este como Hungría, Polonia o Rusia.
Hasta
la Segunda Guerra Mundial, el grueso de la inmigración hacia Estados Unidos es
europeo, con puntuales aportaciones de México, Canadá o China. Tras el
conflicto, el patrón se modifica sustancialmente.
A
partir de los sesenta, México comienza a liderar la inmigración a Estados
Unidos, acompañada de otros países latinoamericanos como Cuba, Colombia o
Argentina, mucho más minoritarios. Y a partir de los setenta, el foco, además
de en México, se traslada a Asia: la India, China y muy especialmente
Filipinas, de pasado colonial estadounidense, comienzan a copar los primeros
puestos.
1980
Tras
la Segunda Guerra Mundial, Europa deja de aportar inmigrantes en su gran
mayoría. Ahora, la mayor parte de ellos provienen de México y de un amplio
abanico de países asiáticos, especialmente China y Filipinas.
Durante
los noventa aumenta el flujo migratorio (se alcanzan los casi 10.000.000 de
inmigrantes) con dos países a la cabeza: México, cuya aportación neta de
inmigrantes en las últimas cuatro décadas ha sido superior a la de cualquier
otro país del mundo, y China, además de otros estados asiáticos.
GRUPOS
ÉTNICOS
Otra
forma de observar el proceso, de forma estática, es el gráfico interactivo realizado
por Natalia Bronshtein. En él, podemos seguir la línea temporal de la migración
en Estados Unidos a través de sus distintos grupos étnicos, y el modo en el que
ha cambiado a lo largo de los siglos (europea en el XIX, reducida antes y durante
la Segunda Guerra Mundial, americana y asiática durante el siglo XX y XXI)
Las
oleadas migratorias, ininterrumpidas prácticamente desde su independencia, han
configurado el actual cariz sociopolítico del país. Hablamos de ello con motivo
del futuro poblacional estadounidense: en base al origen de los ancestros de
cada ciudadano del país, el gobierno es capaz de elaborar un listado de grupos
de pertenencia étnicos (que son arbitrarios, pero que permiten rastrear los
orígenes migratorios del país). Como hemos comentado antes, los
“german-american” son el grupo étnico mayoritario hoy.
Estos
son los diez grupos más numerosos según el actual censo:
Alemanes
49.206.934 – 17.1%
Afroamericanos
45.284.752 – 14.6%
Irlandeses
35.523.082 -11.6%
Mexicanos
31.789.483 – 10.9%
Ingleses 26.923.091– 0
Gonzalo
Fanjul, de la Fundación Foesa basa su análisis desde una hipótesis
simple: El régimen migratorio que prevalece en España, en cualquier otro país
europeo y, en menor medida, en las instituciones europeas comunes es tan
moralmente cuestionable como contraproducente. Viola los derechos
fundamentales, restringe las oportunidades individuales, limita el crecimiento
y el progreso nacional, y despierta los peores instintos de nuestras
sociedades. Lo que constituye sin duda uno de los retos fundamentales de
nuestras generaciones, es una fuerza en contra del interés común de los países
de origen y de destino, así como del de los propios migrantes. Un régimen más
favorable al desarrollo es a la vez un régimen más próspero y seguro para los
países de destino, y viceversa.
La
pregunta clave que debemos abordar es si esta fuerza es inamovible. La
radiactividad y la polarización política que acompañan cualquier debate sobre
la migración sugieren que no hay alternativas al modelo imperante excepto la de
moverse dentro de los estrechos márgenes delas políticas que hemos observado en
Europa, los EEUU y cualquier otro país de la OCDE en los últimos veinte años.
Un
contexto marcado por una economía vulnerable (o una recesión abierta, en el
caso de los países del sur de Europa) no ayuda en este sentido. Fanjul
nos propone una postura más práctica, que evita un debate de
“absolutos” (inmigración sí o no) y trata de intentar la transformación de las
políticas migratorias españolas y europeas desde un enfoque más quirúrgico,
aunque progresivo: identificar las restricciones vinculantes que impiden las
reformas y sugerir unas medidas que las facilitarían.
En
pocas palabras, nos propone abordar cuatro obstáculos diferentes para una
reforma inteligente de las políticas migratorias europeas: institucionales,
políticos, éticos y, finalmente, estratégicos. Este último no sólo es
fundamental para la construcción de alternativas para navegar las complejidades
políticas del debate sobre la migración, sino que estamos también convencidos
de que la construcción progresiva de una confianza mutua entre los socios
allanará el camino para cambios más ambiciosos.
Aunque se hacen numerosas referencias al caso español, en todo
momento las propuestas de Fanjul y otras investigaciones sociológicas
establece como marco de análisis el conjunto de la Unión Europea. La
razón es doble: a pesar de las apariencias, y con los matices que imponen
gobiernos de uno u otro signo, no existen diferencias fundamentales en el
enfoque de las políticas migratorias entre los diferentes países de la UE. En
segundo lugar, cualquier solución razonable a este reto debe pasar por la
comunitarización de las normas e instituciones que rigen la movilidad de los
ciudadanos que no pertenecen a la UE.
En
un siglo donde las figuras de autoridad (ya sea a nivel político o
representantes de tradiciones espirituales) parece que no solamente fallaron a
sus multitudes, sino que incluso las engañaron de forma activa, puede que los
consejos vagos y poéticos de Gibrán hayan llegado para llenar un vacío de
integridad y liderazgo. No es necesario criticar a aquellos que han leído sus
obras (entre los que se incluyen figuras de la talla de John Lennon y David
Bowie) y que pueden que les hayan servido para expresar su amor, escribir
canciones de dolor o apaciguar sus temores existenciales.
GUERRA
COMERCIAL
Trump
quería una guerra comercial. Ya la tiene: China anuncia aranceles a $50.000
millones China. En cambio en China el acuerdo se está presentando de forma
distinta. Aunque sí que hay un tono de satisfacción general, no se menciona en
ningún punto los 90 días de negociaciones sobre los temas no arancelarios que
EEUU lleva años mencionando. Y es más, en WeChat, el sistema de mensajería por
excelencia de China, no es posible compartir la nota de prensa de la Casa
Blanca.
.¿Optimismo?
Lo que está claro es que las tensiones entre China y EEUU se han rebajado.
Ahora quedan esos 90 días de negociaciones que son un gran escollo, pues China
lleva empleando esta estrategia para acaparar tecnología y propiedad
intelectual muchos años (aunque realmente ya no es necesario, ya que China
innova por su cuenta de sobra). Los mercados, desde luego, se han tomado esta
reunión como una buena noticia y suben con fuerza en Asia y EEUU. Tenemos 90
días más para respirar.
Al final los emigrantes en
general no son tontos y no se mudan a países a tener peores condiciones, ya
sean los miles que van de los países del sur de Europa a Alemania o los latinos
que van a EEUU.
Pekín
hace uso de experiencias similares para fomentar los vínculos con los países en
vías de desarrollo, como puede ser recordar las dificultades durante un proceso
de descolonización. Los líderes chinos tampoco pierden tiempo en explotar los
errores de la presidencia de Trump. Por ejemplo, China busca un lugar en la
industria petrolera iraní en un momento en el que la amenaza de las sanciones
estadounidense hace que las empresas europeas se echen para atrás.
China
también es capaz de ganar peso en Latinoamérica porque no cuenta con un bagaje
histórico con el continente. China ha sido capaz de utilizar su experiencia en
cuanto a desarrollo económico para posicionarse como una posible fuerza
alternativa y ganar peso en la zona.
Todo
un debate, el seguimiento y preocupación de una drama que
involucrar, debiera involucrar, a todos.