Escribe: Jorge Zavaleta Alegre | Cultural - 01:53h
Tuvo la extraordinaria claridad y capacidad de síntesis para expresar sus sentimientos, pasiones y sueños, empezando por su propio nombre que provenía de una familia inmigrante de ascendencia española, inglesa y alemana: Hijo de don Eduardo Hughes Roosen y de doña Licia Esther Galeano Muñoz, optó por tomar el nombre de su padre y el primer apellido de su madre.
Se inició cultivando caricaturas con el seudónimo de Gius en el semanario El Sol, alternando el oficio como mensajero, peón, cobrador, taquígrafo y cajero de banco. Fue redactor jefe del semanario Marcha y director del diario Época. Cuando el presidente Bordaberry cedió parte del poder político a las Fuerzas Armadas, se exilió en la Argentina, donde dirigió la revista Crisis. Se trasladó a España y regresa a su país cuando Julio María Sanguinetti asume la presidencia.
Después de Días y noches de amor y de guerra y Memorias del fuego, trilogía que combina poesía, historia y cuento, conformada por Los nacimientos, Las caras y las máscaras y El siglo del viento, el Ministerio de Cultura de Uruguay, el American Book Award - Washington University, entre otras instituciones, distinguieron u obra.
Galeano dio su apoyo a la alianza Frente Amplio encabezada por Tabaré Vázquez. Junto a Tariq Ali y Adolfo Pérez Esquivel entre otros formó el comité consultivo de TeleSUR, y con Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Ernesto Sabato, Carlos Monsiváis y Pablo Milanés, entre otros, demanda la soberanía para Puerto Rico. El presidente venezolano Hugo Chávez entregó una copia de "Las Venas Abiertas de América Latina" al presidente estadounidense Barack Obama durante la 5ª Cumbre de las Américas, Puerto España, Trinidad y Tobago. Fallece el 13 de abril, en su propia tierra como consecuencia de un cáncer de pulmón.
Galeano amó tanto la Política como el fútbol a sol y sombra, el amor y la gastronomía. En julio de 1977, con el título de CALELLA DE LA COSTA, reflexiona sobre el significado de los sabores, el aroma de las plantas, las carnes y el vino:
“La ciruela gorda, de puro jugo que te inunda de dulzura, debe ser comida, me enseñaste, con los ojos cerrados. La ciruela remolacha, de pulpa apretada y roja, es para comer mirándola”
“Te gusta acariciar el durazno y desnudarlo a cuchillo y preferís que las manzanas vengan opacas para que uno pueda arrancarles el brillo con las manos”
“El limón te inspira respeto y las naranjas te dan risa. No hay nada más simpático que las montañas de rabanitos y nada más ridículo que el ananá, con su coraza de guerrero medieval”.
“Los tomates y los morrones parecen nacidos para exhibirse panza al sol en las canastas, sensuales de fulgores y perezas, pero en realidad los tomates empiezan a vivir su vida cuando se mezclan con el orégano, la sal y el aceite, y los morrones no encuentran su destino hasta que el calor del horno les deja en carne viva y las bocas nuestras los muerden con ganas”. “Las especias forman, en el mercado, un mundo aparte. Son minúsculas y poderosas”.
“No hay carne que no se excite y eche jugos, carne de vaca o de pez, de cerdo o de cordero, cuando la penetran las especias. Nosotros tenemos siempre presente que si no fuera por las especias no hubiéramos nacido en América y nos hubiera faltado magia en la mesa y en los sueños. Al fin y al cabo, fueron ellas las que empujaron a Cristóbal Colón y a Simbad el Marino”.
“Las hojitas de laurel tienen una linda manera de quebrarse en tu mano antes de caer suavemente sobre la carne asada o los ravioles. Te gustan mucho el romero y la verbena, la nuez moscada, la albahaca y la canela, pero nunca sabrás si es por los aromas, los sabores o los nombres. El perejil, especia de los pobres, lleva una ventaja sobre todas las demás: es la única que llega al plato verde y viva y húmeda de gotitas frescas”.
“Sirvo el vino y lo dejamos reposar un poco en los vasos. Lo respiramos y le celebramos el color, luminoso al fueguito de la vela….Se besan los vasos. El vino está contento de la alegría nuestra. El buen vino, que desprecia al borracho y se pone agrio en la boca de quien no lo merece. En la cazuela bulle la salsa, con burbujeos de marmita, lentas mareas de la salsa espesa, rojiza, humeante: comemos lentamente, saboreándonos, charlando sin apuro”
“Comer solo es una obligación del cuerpo. Contigo, es una misa y una risa”.
Lecciones que deja. Una buena lectura es una lección para la vida, decía mi padre poeta, escritor y matemático, dándome una propina por cada libro que leía. Leyendo a Galeano, comprendí la dimensión del amor de mis padres, de mis tres hermanos, de mi esposa y de mis dos hijos. De mi familia. De mis ideales.
Vivo enamorado de esa pasión infinita que mi madre daba a la pequeña huerta, sembrada de rocotos verdes, rojos y amarillos, a la sombra de un palto, un pacay y de granadillas. Recuerdos imborrables son sus flores y el perfume de la Madre Selva que deja en la madrugada eterna, en tanto los cuyes colgados en el cordel, recibían la luz de la luna, como un secreto de los guisos pasionales de los que nos hablaba el mexicano Octavio Paz.
*Crónica para Isaías Zavaleta Figueroa. Pronto, muy pronto, pasará su primer siglo de vida saludable. *Lienzos de July Balarezo-Taller Teresa Mestres-Perú-España
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